· ─ ❨ 𝗽𝗲𝗮𝗰𝗲 ❩
nunca creí poder conocer
algo tan bello como él
Luego de aquel evento tan horrible en el que Ōishi Yasu fuera la burla de toda la secundaria y primer año de su preparatoria, decide irse a otra lo más lejana d...
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Ōishi Yasu había pasado un día muy agradable en compañía de Hana, sobre todo después en el club ya que conoció a todos los miembros y fueron muy agradables con ella. No quería sentir tanta confianza con ellos por su miedo constante al conocer a nuevas personas, así que se dedicó en ser amable.
Hana y Shimada habían dicho que las galletas estaban deliciosas, poniendo feliz a Yasu. Emiko era una excelente cocinera y sabía que eso le pondría de muy buen humor, porque para ella, que apreciarán su buena cocina era el mejor cumplido que podían darle.
Había finalizado su día y Yasu se dirigía a la estación de tren para llegar a casa, mientras tarareaba una canción y sus audífonos puestos. Estaba un poco agotada, puesto que el ir en tren mucho tiempo ya comenzaba a cobrarle factura a su cuerpo, pero le gustaba y estaba dispuesta a seguir; al cabo se iba a acostumbrar tarde que temprano. De pronto, una voz la detuvo y le pareció extraño, provocando que se sobresaltara y sus pensamientos comenzarán a irse a situaciones poco probables, pero eran de las que más temía volver a experimentar. Un poco asustada se giró a su lado, y volvió a respirar con normalidad al ver a Hinata ahí.
—¡Ōishi! Qué bueno que te alcancé —se veía ligeramente cansado, y pudo ver que venía en bicicleta—. ¿Vas para la estación?
—Así es —sonrió, quitándose los audífonos y deteniendo el paso—. ¿Siempre pasas por aquí? No te había visto.
Él negó.
—No, en realidad venía a alcanzarte...creí por poco que no lo lograba —riéndose, se tocó la cabeza con vergüenza y Yasu también sintió un poco de vergüenza sin saber por qué—. Es que recién comí las galletas y quería decir que sí me gustaron... ¡tu hermana debería estudiar repostería! Sería aún más increíble.
—¡¿Verdad?! —exclamó entusiasmada de pronto, ya que siempre pensaba lo mismo y a Emiko le daba pena, diciendo que no era tan buena—. Eso deberías decírselo personalmente, nunca me cree. ¡Y es buenísima! Necesita más confianza.
—Lo necesita, ¡podría darle una nota como la que ella me dio para agradecerle!
Yasu solo podía pensar que Hinata se veía lindo con sus expresiones tan llenas de vida. Nuevamente, el sentimiento de paz inundó su cuerpo y la tranquilidad la invadió; no estaba acostumbrada a sentirse de esa forma... tenía años desconfiando de todos a su alrededor, de preguntarse sí lo qué hacía era correcto a los ojos de las demás personas, temiendo que se alejaran de la nada, de actuar de cierta forma porque creía que sí era como ella misma le dejarían de hablar. Era horrible no poder estar tranquila en su día a día, porque recordaba vagamente como antes tenía una vida de ensueño que compararla con su presente causaba risa.
