Parte 2

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Años antes.

Kim.

La música había sido mi pasión desde joven y había comprado cientos ee guitarras e instrumentos que ahora adornaban toda mi habitación en la casa, estaba acostado escuchando la nueva composición que presentaría en la universidad de artes hasta que Kinn invadió mi espacio.

-Kim, papá te llama. - Cerre los ojos con algo de molestia.

-¿Para qué?. - Suspiré.

-No lo se, tu ve y escuchalo es nuestro padre, además no estas haciebdo nada.

No queria discutir cob Kinn mis cosas así que mejor me aleje de el a donde mi padre.

-Padre, buenas tardes.-Me mostre tan neutro como era posible.

-kim, necesito un favor de tu parte hijo mío. - Sonreí.

-Que favor padre.

-Sabes que Vegas tiene encargado un trabajo verdad. - Vegas, por que hablabamos de mi primó.

-¿Mi primo?. - Señalé.

-Si.

-Se que tu y el tío le encargaron la muerte de unos japoneses, pero en que entró yo allí. - Me Señalé.

-Quiero que vayas a su ayuda y te asegures de que los mate. - Me dio una caja qué tome y abrí. - Sera la primera vez que mates a alguien en nombre de la familia, esa arma sera tuya, como alguna vez le regale la suya a Kinn.

La pistola era hermosa, pero yo no había matado jamás, eso era trabajo de Vegas, o los guardaespaldas, en el peor de los casos eso lo hacía Kinn, ¿Pero yo?, yo no había matado nada jamás.

-Padre, yo lo vigilare. - Fue lo único que pude responder.

Cuando el carro me dejó en el lugar, entre y me encontré con Vegas sentado en unas gradas antes de llegar a un piso subterráneo, no había visto a Vegas en años.

-Primo. - Saludé.

-Mira, si es mi Kim. - Me dio una palmadita levantándose. - Mi tío me dijo que te drjara uno para matar, sígueme.

Me llevó con el y habían cuatro cuerpos muertos y uno vivo que se intentaba safar asustado y se quejaba con la mordaza en la boca.

-¿Por que no lo mataste tú?. - Vegas se carcajeo.

-Por que mi tío dijo que quería que lo mates tu. - Saque mi pistola y apunte.

-Hazlo rápido y vámonos. - Dijo Vegas sin mucho interes, pero el ver al hombre desesperado me asustaba y de los nervios tire del gatillo llegando a la pared pero no a matarle.

-Que pésima puntería Kim. - Se burlo, pero creo que al verme bien se percató de lo asustado que estaba.

-Eyy. - El bajo mis brazos dejando la pistola. - ¿Nunca has matado verdad?. - Negué.

Vegas me quito la pistola y disparo al tipo sumamente rápido, la sangre de su cabeza me dejó sorprendido

-Vamos. - Sujeto mi brazo volteandome.

-¿Cómo puedes hacer eso?. - Vegas elevó los hombros.

-Solo no lo pienso, no escucho súplicas, solo lo hago. - Tiro de mi brazo.-Vamos Kim, camina.

-¿Mi padre quería que yo lo matara?. - Me Señalé.

-Pues todos lo hacemos alguna vez Kim, en lo que a mi concierne tu lo mataste. - Abrí los ojos en grande. - No dire que fui yo. - Extendió mi pistola de vuelta y la tomé. - Pero en un futuro vas a tener que matar de verdad y no podras escabullirte de ésto.

-Pero si lo puedo evitar.

-Pues se evita Kim. - Me dio una palmadita amigable acompañada de una sonrisa.

-¿En donde has estado estos años?. - Susurre curioso.

-Estudiando. - Lo miré sorprendido.

-¿Tú?. - El se río.

-No todo en esta vida es mafia, me fui por que necesitaba un tiempo, así que me puse a seguir una carrera, Kinn y Khun también estudiaron. - Aclaro.

-Pero no se fueron de la ciudad para hacerlo.

-Pero ellos y yo no somos iguales. - Llegamos a un automóvil y me abrió la puerta . - Sube, te llevare a comer algo.

Una vez en su automóvil el condujo a un restaurante donde ordenamos algunas cosas mientras charlábamos. - Y que planeas estudiar Kim.

-No lo se, supongo que tendre que esperar para saber que dice mi padre. - La risa de Vegas me sorprendió.

-Puedo darte un consejo. - Asentí. - A la mierda tu padre, debes buscar algo que te guste a ti, como Kim, no lo que tu padre quiera que seas.

-Sabes que si pudiera me fuera y jamás regresaría, dejaría la mafia, las muertes. - Suspiré

-Hazlo entonces. - Puso su mano sobre la mía. - Eres de la primera familia y el menor además, para ti es más fácil.

-Fácil. - Susurre.

-Vamos. - Sentí su mano en mi mejilla.-tienes que ser valiente y ya está.

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