Capítulo 26.

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Aií se desperto en la noche.

-Wik. - Dijo viéndome a su lado.

-Hola dormilón. - Se sento y me vio, el doctor me había quitado el suero y otras enfermeras me ayudaron a ducharme y ponerme ropa de dormir normal, había hablado con el doctor soble mis ganas de volver a caminar y sobre que no me dejaría vencer por la tristeza.

-¿Cómo estás?. - me incline y lo bese.

-Bien, el doctor dijo que cuando despertaras podíamos irnos a casa. - Sonreí.

-Vaya, te explico todo. - Asentí.

-Si, todo, ya quiero irme. - Suspiré.

-Seguimos en Bangkok, no he salido de aquí mas de tres veses en todos estos meses. - Suspiró. - Así que el viaje a cada es largo.

Ya no quería estar en el hospital. - ¿Tenenos automóvil?.

-Si, fui a traer el otro de la casa. - Sonreí.

-Ya no quiero estar aquí, voy a llamar a Porsche. - Aií me miro.

-Quieres volver a meterte en el mismo lugar donde nos pusieron la bomba en un principio.

-No sabemos quien puso la bomba Aií. - Le aclare.

-El loco de tu ex sin duda. - Me recalcó molesto.

-Eso no lo sabemos Aií, no sabemos si fue el, no podemos culparlo.

-¿Conoces a alguien más loco que el?. - Me rei.

-Si, Aií, conozco personas más locas que Vegas, por si no te diste cuenta vengo de una familia de mafiosos, la mayoria esta sutilmente loca. - Sabía que Aií estaba asustado, pero ya no quería estar en el hospital.

-Bien llamalos. - Cuando nos fuimos, Aií me dio un celular de caja por que el mio se había roto en el accidente.

-hola. - Respondió Porsche.

-Porsche soy kim. - hble amable. - Disculoa las moledtias. - Aií habia empezado a conducir.

-No es molestia kim, me llamas después de mucho, ¿Qué sucede?. - Sonreí al teléfono.

-Podrías dar la orden de abrirnos tu casa, acabamos de llegar con Aií. - Aií miraba con una mueca el portón.

-En seguida, que emoción verte. - Me corto la llamada.

El portón se abrió de par en par y Aií entro con el auto, Porsche estaba con ropa de dormir en la puerta juto a Kinn.

-Voy a darme la vuelta para bajarte. - Dijo Aií sonriendome y sujetando amablemente mi mano.

Se bajo y saco la silla de ruedas del asiento trasero poniéndola en el suelo y atraves del vidrio del auto pude ver la cara de duda de Porsche y mi hermano.

Aií los saludo inclinándose y abrió la puerta. - Listo. - Me preguntó.

-Si. - Me bajo del automóvil y me puso en la silla lentamente.

-Kinn, Porsche. - Salude. - ¿Cómo están?, disculpen que no me levanté tuve un pequeño accidente.

-¿Qué te paso?. - Kinn parecía preocupado, se agachó y puso su mano en mi cara y me reviso como si buscara algo.

-Explotó una bomba. - Le explique. - ¿Me veo tan mal por eso?.-Kinn negó.

-Kinn, creo que deberíamos llevarlos al cuarto que descansen. - Subimos en ascensor a mi cuarto y me acoste con la ayuda de Aií y no tardamos en dormirnos dejandolos con muchas dudas sobre que había pasado.

Habia visto la duda en los ojos de Porsche y la preocupación en los de Kinn al verme en silla de ruedas.

Yo si amaba a mi familia, ¿ Quien tuvo la estupida idea de poner una bomba en mi carro?, me daba miedo.

Aií me abrazo y lo escuche suspirar, se que amaneceria mejor ya en mi compañía.

-Te amo. - Le susurre.

-Te amo más. - Fue lo único que dijo antes de caer el sueños.

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