Estaba sentado en la cama aún mirando a Wik.
-Si me velaras el sueño así siempre podría pasar durmiendo toda mi vida. - Dijo de pronto.
-Hace cuanto estás despierto. - Susurre.
-Hace un momento, ¿Que tiene de tan interesante tu cuaderno Aií?, No me digas que haras otro libro sobre mi. - Me sonroje, eran pocas las veces en las que ese pequeño ser llamado mi esposo, podía conseguir sonrojarme.
-No me alcanzaría un solo libro para hablar de ti, jamás uno solo va a ser suficiente. - Le aclare.
-Escribe algo bueno sobre mi está ves.
-Jamas escribi algo que alterara la verdad de los hechos. - le hice notar.
-Merezco una secuela donde mi vida no se sumerga en antidepresivos y terapias. - Añadió.
-Supongo que es oarte esencial de nuestra historia. - Asintió.
-Nada de lo que me sienta orgulloso, como ya muchas veces te lo he dicho. - Se sento.
-¿Cómo te sientes?. - Acaricie su rostro.
Me quito el cuaderno mirando el dibujo. - Me gusta, esperaba ver letras, y respecto a como me siento. - Negó con la cabeza. - Bastante mal Aií, los ansiolíticos no son mi medicamento favorito, tengo la sensación de estar dopado mientras estoy despierto. - Solto el cuaderno. - Podrían violarme ahora y nisiquiera sentiría algo.-Se burlo riendose cínicamente.
-No es gracioso, Wik. - Reclamé. - No figas estupideces, por Dios.
-No son estupideces Aií, es la mera verdad, si no te gysta no me escuches. - Lo mire molesto.
-Mm... Claro, vuelve a a dormir. - Estaba bastante molesto como para escucharlo.
-No tengo sueño, me siento drogado y no es muy bonito dormir drogado, o deberías probar un día. - Me arrebato el cuaderno de nuevo. - Te dije que no quería pastillas. - Tomo el lapiz y emoezo a rayar una hoja en blanco.
La ansiedad jamás había sido amable con el, y el en ese estado jamás amable conmigo.
-Te amo, lo sabías. - Hable.
-Si, lo sabía.-Sonreí, había aprendido a no sentirme ofendido por eso hace mucho, pero lidiar con el siempre había sido complicado en las crisis.
La última fue hace un año por una tontería que Wik atribuía a mi responsabilidad, una cantidad de celos mal fundados por parte de una compañera de mi trabajo.
Yo podía confiar en el, pero el era más susceptible a pensar que lo podría dejar depsues de tantos años sosteniendolo.
Años atras....
Llegué agotado de una clase, había tomado un examen y habían intentado copiar, al entrar a mi oficina encontré como de costumbre a Wik, dormido plácidamente.
Con los meses el había traido ua almohada y luego tres cobijas en semanas distintas, ahora lo encontraba demasiado abrigado para el verano con tantas cobijas en el, había aprendido a no tocarlo si no era necesario, así que enfríe el lugar con el ventilador eléctrico.
-Apaga eso. - Reclamo lurgo de un rato. - Me da frío.
Me había sentado en mi escritorio a descansar. - Tengo bastante calor. - Quejé, me había quotado la chaqueta y corbata quedandome en camisa.
-Pero yo tengo frío. - Suspire apagando el ventilador.
-¿Estas enfermo?. - No contestó. - Te sientes mal. - Repetí molesto.
-Por qué estas molesto. - Se sento, tenía las mejillas rojas y los ojos cansados.
-No estoy molesto, hace un calor del infierno y tu estas lleno de cobijas. - Me acerque despacio. - ¿Puedo?. - Avise antes de querer llevar mi mano a su frente.
-Adelante. - Mi mano topó su piel, ardía y no sabía si era fiebre o de remate estaba loco.
-Estás ardiendo. - Quice qyitar la cobija de sus hombros y me miro mal.
-No. - Me. Amenazó, intente halar de nuevo. - TE DIGO QUE NO. - Grito desesperado, solte la cobija.
-Ardes, no lo entiendes, no quiero hacerte daño Wik, pero estas. Hirviendo.
Quite la cobija de un tiron cuando estuvo desprevenido y me di cuenta que tenía la camisa de abajo rota, no solo le faltaba botones, estaba literalmente rota, le faltaban pedazos. - DAME. - Me grito.
-¿Qué te paso?. - Quite la otra cobija encontrando que la ropa estaba destruida totalmente, encendí el ventilador ignorando sus gritos y lo puse frente a el. - DIME QUE TE PASO. - Si el hiba a gritar yo gritaria igual.
-NADA PASO. - No se movía, el rojo de las mejillas había disminuido y sus gritos pararon abruptamente, tenía la camisa blanca manchada y aparte rota, el pantalon evidentemente mojado.
-Qué sucedió. - Repetí.
-Se enteraron de algo mío. - Susurró.
-¿Quiénes?. - Tenía que abordar con cuidado.
-Unos compañeros de una clase. - Automáticamente supuse que eso lo habían causado ellos, me lleve la mano al puente de la natiz, esto no era un colegio, no era adrcuado en nada aquel trato.
-¿De qué se enteraron?. - Wik me miro.
-Para que le interesa saber profesor. - Quizás el no lo sabía pero a mi me había empezado a gustar.
-Por que actos como éstos están prohibidos señor, un estudiante no puede agreder a otro. - Aclare.
-Esto lo hice yo, no me lo hizo nadie. - Agregó.
-Al igual que esos morados de allí y allí. - Señalé su cuerpo poco cubierto.
-No le interesa. - Agregó de nuevo.
-Jamas había conocido a alguien tan necio.
-Bueno , me presento soy Wik, y me caracterizó no solo por ser necio. - Se levantó a quitarme la manta. - También soy un hijo de puta.
Se puso la cobija sobre los hombros.
-Vaya noticia, voy a traerte algo de ropa. - Dije molesto saliendo del lugar, pero antes de irme le quite las cobijas y las guarde con llave en el cajon. - Lávate en el baño. - Señalé y salí enojado.
-ESTÚPIDO. - Me grito.
Me causaba suma desesperación su actitud.
Que iba a hacer con el si me gustaba tanto y no lo podía ayudar.
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RESILIENCIA
FanfictionHabía aprendido a darme por vencido, aprendí cual es mi lugar cuando sus ojos se iluminaron por alguien más, aprendí que si el amor podía doler yo tenía que ser Resiliente. Si sus brazos no me abrazarian, ni sus ojos me iban a mirar como a Él.... Qu...