Capítulo 14.

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Pov.. Wik.

Los templos eran espectaculares como siempre, el caminar junto a P'Aií me hacía muy feliz.

Pasamos por un lugar del templo central que me trajo recuerdos de una época distinta.

Años atrás.

-Vegas. - Lo llamaba, habíamos venido al templo a petición suya y ahora yo no sabía donde estaba.-Vegas.-Grite.

-No grites. - Me abrazo por detrás y se gano la mirada de la gente, sin embargo no me soltó.

-No te encontraban. - Suspiré.

-Caminemos, te mostraré algo. - Vegas me llevo aunte un arco de madera. - Estaba haciendo eso. - Señaló, en y en una esquina de la madera tallada de iniciales estaba un, "Vegas y Kim", en una linda letra en la madera. - Para que nuestro amor sea eterno.

Sus manos me sontenian amablemente de la cintura. - Para que  nuestro amor sea eterno.

Repetí.

Fin..

Camine soltando la mano de Aií al lugar y busque con los ojos el tallado sin embargo mi nombre estaba eliminado del corazón, no estaba, había un tallado irregular que lo convertía en nada entendible.

No comenté nada, no quería que Aií viera nada.

Cuando Regresamos a casa nos encontramos con todos y mire a Vegas.

Si alguien borro mi nombre y ese era el.

-Vegas, podemos hablar. - Le dije por alguna extraña razón, a todos se les hizo raro pero no dijeron nada cuando no se nego a seguirme hasta el balcón, lejos de todos.

-¿Qué? ¿Me Extrañas?.-Me dijo burlon.

-Para nada, tu borraste mi nombre en el templo. - Lo señale.

-Borre muchas cosas nuetras Kim. - Me señaló.-Pero dime muñequito. - Me acarició la mejilla y me aleje. - ¿Eso te afecta?.

-Idiota. - Me queje en silencio.-Claro que no.

-Entonces pequeño. - Intentó volver a acariciarme sin lograrlo. - Por que te importa.

-Olvidalo.

Vegas me halo del brazo y en un momento tuve sus labios en mi boca.

DIOS, ME HABÍA OLVIDADO LO  SUABES QUE ERAN.

-Oye.-Le empuje soltando un golpe. - ESTOY CASADO.

Grite. - Y NO ME TOPES.

-Seguirás culpandome por algo que bo te hice yo. - Me señaló.

-FUISTE TU. - Grite.

-Yo no fui. - Me dijo.-Yo te amaba.

-Claro y por eso me hiciste daño, por eso me amarrabas y me lastimabas. - Suspiré. - Por eso dejaste que alguien más se acostara conmigo a la fuerza. - Me rei muy ahogada mente. - MALDITO ESTÚPIDO. - Grite.

-Yo no sabía que eso pasaría.

No respondí y me fui.

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