Ya'aburnee: La esperanza de que uno de los amantes muera primero, porque quien la dice supone que no podría vivir sin el otro.
HarieDosis tras dosis es en lo que se ha convertido mi vida, despertar en la noche sintiendo mi cuerpo pedir la droga, tratar de no tenerla un cierto periodo de tiempo y mi cuerpo comenzaba con la abstinencia. El insomnio era cada vez mayor y la mayor parte de la noche solo me quedo observando a Daniel en la oscuridad mientras duerme. Mientras él duerme curé sus heridas de la muñeca y tuve cuidado de que no despertara. Pienso en lo mala persona que me siento al saber que Daniel se está haciendo tal daño y hago como si me importase un pepino.
No es así. Solo lo hace en sus crisis, ha llegado a la magnitud que es lo único que hace que paren y pueden llamarme ignorante, pero sé cuando lo hace y sé que Daniel no esta bien de estabilidad mental, ninguno lo estamos y es lo único que ha logrado esta puta relación dependiente. Hemos encontrado deshacernos de nuestra dependencia (entre comillas) en las heroínas y las cortadas.
Nos autodestruimos juntos. Y la única manera de esto acabe es que uno de los dos muera primero, no quiero dejar a Daniel, no imagino un futuro sin él, y sabiendo que es él quien tiene que vivir por toda la mierda que le ha tocado a mi lado estaría bien dejar de existir.
Los dos días que pasaron Daniel se pasó su tiempo cuidando a su mamá. Sé que me oculta algo y a pesar de ello me niego a pensar o aceptar que es aquello que siempre reemplaza con su tiempo en los chicos. No me tragué el cuento de el tal Marcos así como así pero tampoco quise indagar en todo el asunto, Daniel y yo estábamos tomando caminos diferentes pero que siempre terminaban en el mismo final; él y yo.
Las noches que no estaba en casa por estar con David cuidando a Marta que se estaba recuperando del trasplante iba a fiestas y terminaba en algún callejón drogada con dos o tres más para cuando llegara el amanecer y me diera cuenta de todo me sintiera culpable por haber tomado ese camino. A pesar de eso pueden preguntarme si lo dejo de hacer y como la hija de puta que soy digo que no. ¿Para que retrasar lo inevitable?
—Creo que deberíamos divorciarnos —fue ese día cuando algo dentro de mí se rompió y me negué a la posibilidad de que Daniel hubiese dicho esas palabras. Está loco.
—¿Estás bien de la cabeza? —pregunté con notable sarcasmo tragando las ganas de pegarme contra la pared. Algo se apretaba dentro de mí haciendo que respirar se volviera difícil, pero como siempre delante de Daniel tengo que fingir que no me importa nada. Ser la mala de la historia porque siempre hay una y soy yo y para que sepa que debe alejarse poco a poco. ¿Ahora que lo tengo que cambia?
—Sí, no creas que es fácil para mí —noté las uñas enterradas en la palma de su mano y por más que lo intenté no pude.
—No te hagas más daño —primer error, mostrar debilidad delante de Daniel. Hice que dejara de hacerlo y acaricié las marcas de sus uñas—. Deja de autodestruirte, no eres así y te dejas llevar por algo dañino. Puedes dejar esa estupida adicción que estás comenzando a crear.
—Y por eso debo divorciarme. Estoy cansado de siempre someterme a tí, de aguantar todo, de seguirte amando y sentirme una mierda porque no siento que sea recíproco, me harta ver que estas destruida y no encuentro el motivo, la causa, ya no me hablas y no me dejas ayudarte. Yo sí quiero salir adelante, quiero tener una relación sana.
—Ya lo hemos intentado —me limité a responder. Ver a Daniel a punto de llorar me removia los jugos gástricos, pero otra vez demostré que no me importaba solo para que no se rompiera frente a mí. No soy tan fuerte como las personas piensan.
—Pero quiero que esta vez sea definitivo —aclaró con la voz dura. El plato en mis manos resbaló y para que no me viera llorando me agache a recoger los pedazos rotos. Es como estar recogiendo mi corazón y no saber como repararlo. El plato no tiene remedio, mi corazón tampoco—. Harie, estoy hablando en serio —la voz se le iba.
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Sol de Invierno
Teen FictionAunque todo esté perdido siempre habrá aquel rayito de luz que nos ilumine para saber tomar el camino correcto. ‹‹ Jamás te llamaría mi vida, tú eres mucho más que este desastre. ››