Capítulo XVIII: Vision.
Había sido un día completamente agotador para Jane. Lo que tendría que ser tranquilo le estaba comiendo la cabeza. Su última semana de clase no era como la esperaba.
En cuanto salió de clases ese día fue un completo alivio, no podía esperar más a llegar a la casa de Emily y tirarse en su cómodo sillón. Quizás dormiría un poco, pero de que cuando llegaba se acostaba, estaba hecho y derecho.
Afuera la espera Embry, quien lucía bastante despreocupado con una expresión totalmente tranquila. Jane se acercó hasta el y ambos chocaron los cinco.
— Hola Jane.— la saludo y le revolvió el cabello.
— Hola, Embry.— dijo, ambos empezaron a caminar a paso lento. Sin duda alguna ambos estaban cansados.
— Te ves cansada. Pero mírale el lado positivo, solo te quedan dos días y luego vacaciones.
— Definitivamente necesito vacaciones con urgencia.— lo miró.— ¿Tu por qué estás cansado?
— Tuve guardia nocturna.— Jane frunció el ceño. Agradecía profundamente no ser un lobo de la manada, si no dormía no podía pertenecer en el humor que tenía todos los días.
— Que bueno que no soy lobo, no entiendo como aguantan sus guardias nocturnas. Creo que me quedaría dormida en el medio del bosque.
— Una vez me quede dormido, tuve guardia doble. No te recomiendo hacer enojar a Sam.
— ¿Y por qué yo haría enojar a Sam?
— Buen punto, Jane.
Embry la observo de pies a cabeza, el como los demás, estaban sorprendidos por lo rápido que estaba creciendo. Estaba cerca de cumplir sus catorce años y se empezaba a notar.
— Diablos, Jane. Creces demasiado rápido.— dijo dramáticamente.
— Eso significa que tu te estas volviendo viejo.
— Eres demasiado cruel, Jane Swan.— Embry se puso una mano en la frente mientras que Jane se largaba a reír de una forma malévola.
— ¿Qué te puedo decir? Las personas me conocen como Jane Malévola Swan.
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SERENDIPIA² | Paul Lahote
FanfictionS | "No esperaba absolutamente nada ese día, pero me alegra haberte encontrado, Jane." En donde la hermana menor de Bella Swan se ve envuelta en el mundo sobre natural sin quererlo. O donde Paul Lahote se imprima de una niña y se vuelve su fiel pro...