Capítulo XXXXI: Wolfs beware.
Jane no podía más de lo mal que se sentía. Estaba intentando poner toda su atención en la última clase antes del almuerzo, pero era demasiado difícil cuando la cabeza se le estaba partiendo al medio, se sentía un poco mareada y tenía más mocos que agua en el cuerpo.
Lo había pasado demasiado bien el otro día con Paul, pero todo tenía consecuencias. Ahora se sentía pésima y solo quería llegar a su casa, meterse en la cama y solo dormir.
Pero todo parecía jugarse en su contra. La clase pasaba demasiado lento y su profesor no parecía hacer nada entretenido o ponerle algún tipo de ganas para que su clase fuera entretenida.
Cuando los dioses escucharon sus plegarias y el timbre se escucho, empezó a guardar todas sus cosas en la mochila. No tenía clases por la tarde, así que se iría a su casa porque no aguantaría ningún segundo más parada.
Sintió una mano en el hombro y miró hacia el costado. Ahí estaba Collin analizándola con la mirada. Se veía bastante preocupado.
— Estás muy pálida.— le dijo para luego poner su mano en la frente de Jane.— Estás ardiendo.
— Me siento pésima. Recuerdame no volver a tirarme al agua en pleno otoño.— Le pidió mientras que ambos caminaban al casillero de Jane.
— ¿Jane estas bien?— le preguntó Henry a lo que Oliver le pegó en la nuca.
— Es obvio que no se siente bien. Deja de hacer esas preguntas tontas.
— Perdóname por preocuparme por mi amiga.— empezaron una pequeña pelea verbal.
La cabeza a Jane en ese preciso momento le empezó a pinchar. Frunció el ceño y cuando sacó el skate cerró demasiado fuerte la puerta de su casillero, logrando que todos los lobos se callaran de una vez.
— Gracias por preocuparte por mi, Henry. Pero no me siento bien, estoy pésima.— le dijo a lo que los cuatro lobos asintieron.— Me iré a casa. No tengo clases a la tarde.
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SERENDIPIA² | Paul Lahote
FanfictionS | "No esperaba absolutamente nada ese día, pero me alegra haberte encontrado, Jane." En donde la hermana menor de Bella Swan se ve envuelta en el mundo sobre natural sin quererlo. O donde Paul Lahote se imprima de una niña y se vuelve su fiel pro...