CAPÍTULO XXXVIII- Emily to the rescue

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Capítulo XXXVIII: Emily to the rescue

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Capítulo XXXVIII: Emily to the rescue

Paul estaba con la cabeza apoyada sobre la mesa de la casa de Emily

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Paul estaba con la cabeza apoyada sobre la mesa de la casa de Emily. Sam estaba sentado frente suyo mientras lo miraba y tomaba un café. Incluso su seño estaba fruncido, intentando descifrar que era lo que le pasaba. 

La cabeza del lobo gris era todo un caos en esos momentos. Y el caos tenía nombre y apellido. Jane Swan. Cada vez las cosas se ponían más fuerzas y sus sentimientos iban cambiando. Se sentía raro. Y el sabía que la pequeña también lo estaba sintiendo. 

Solo que su problema era la imprimación. No sabía si ella se sentía así por que el lo hacía o salia de ella misma. Todo era un problema en esos momentos para Paul. Quería ir al bosque y destrozar un árbol. 

Emily dejo una tasa de café frente a Paul y se sentó en la mesa bastante divertida. Jamás imagino verlo de esa forma. Tan agobiado porque no sabía que hacer con una chica. 

Paul había esperado a Jane durante tres años, y ahora que estaban en la última fase de la imprimación que les tocó vivir, estaba fuera de sí mismo. 

— Levanta la cabeza, Paul. No es necesario ese dramatismo.— Emily tomó un poco de café mientras que Paul y Sam la vieron con el ceño fruncido. 

— Es un momento crítico.— dijo Sam, estaba serio pero se notaba en su tono de voz que estaba sumamente divertido.— Imagínate conocer a tu impronta cuando tiene trece años y tu diecisiete. Entonces tienes que ser su guardián, después son mejores amigos y al pasar los años los sentimientos crecen en ambos. Ni en los libros pasan estas cosas. 

— Gracias por hacerme un resumen de mi imprimación.— respondió Paul con un notable tono sarcástico. 

— No es como que Jane no te fuera a corresponder. No está todo perdido.— Paul miró a Emily para que siguiera hablando.— Debes decirle lo de la imprimación. 

Paul negó con la cabeza muchas veces. Le daba mucho miedo que la reacción de Jane no fuera buena y que no quisiera verlo en mucho tiempo. 

— Ya no es una niña, ya no tienes escusa. Incluso aunque se lo hubieras dicho hace unos años atrás, ella lo hubiese entendido. Jane siempre fue muy inteligente y razonable para la edad que tenía. 

SERENDIPIA² | Paul LahoteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora