- 🗝️CAPITULO 11🗝️ -

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"A tus órdenes" Cap 1

Narra Elizabeth

El silencio se apoderó de la habitación, lo único que se escuchaba era nuestras respiración acelerada y el latir de mi corazón en mis oídos.
Meliodas unió nuestras frentes mientras sus ojos se apretaron con fuerza así como su mandíbula. Mi pobre cuerpo adolorido temblaba entre sus brazos, aún no asimilaba lo que acababa de pasar.  

— Lo siento... — se disculpó en un susurró, estaba arrepentido ni siquiera se atrevía a abrir sus ojos.

«¡Dios yo aún quiero mi orgasmos!» creo que estaba demasiado metida en mi papel de stripper insaciable. La noche en verdad había sido larga, mucho voltaje.

— Solo te perdonó... Si me das mi orgasmos — con la respiración agitada hablé en su oído, mientras mis manos volvían a recorrer su cuerpo.
Cualquiera que escuchará mi historia me tacharía de enferma y loca; les daría la razón, pero no sin antes recordar que "todos somos razonables fuera de una relación, pero cuando la lujuria y el placer entra en tu vida, tu cuerpo y mente se nublan bajo su poder".

— Ummms — el aire se escapaba de mi boca poco a poco, meliodas sin decir una palabra empezó a moverse y darme placer. Mi cuerpo retomaba su temperatura y el sudor bañaba cada sentimiento de él.   

Esa noche deje a un lado todo por lo que estaba trabajando, solo con el fin de gozar lo que en ese momento estaba viviendo, ya luego abría tiempo de arrepentimientos. Esté es el ahora, ¿Por qué tendría que importar el mañana?.

[. . .]

— ¡Elizabeth! ¿Qué avances nos traes? — yo traía era un dolor de cabeza y de caderas. «¿Que putas iba a decir?» que Meliodas coje como ninguno, o hablar del maravilloso cuerpo que carga.

Estaba realmente perdida, me sentía como cuando llegaba sin estudiar a una exposición, y decía la primera babosada que se me ocurría, para no quedar en silencio.

— Emma... Pues.. yo siento que aún es muy poco tiempo. — «ja ja ja» reír para no llorar. todos los capitanes y el general me miraban sin poder creer lo que acababa de decir.
Parecía que me gritaran ¡enserió!, «hay mi vida es un perfecto caos, y pensar que ayer solo gritaba ¡Ahhh así Meliodas! Y ahora estoy quedando en vergüenza en mi trabajo».

— Señorita Elizabeth, ¿está consciente usted de la gravedad de la situación? Me cuesta asimilar que una de mis mejores tenientes me pida tiempo, lleva casi tres semanas en el caso y no a presentado avances. — Ludociel solo me mareaba con sus gritos.

— Es que la teniente solo se a centrado... en ser buena en la cama de Meliodas — «uyy la víbora de Merlín» se tardó en lanzar veneno.

— Sabe que sí, porque en esta misión hasta eso es imposible para otras. — me levanté de mi puesto, coloque las manos en la mesa y  dije: — obvio que le pido tiempo. aún que usted no crea don Ludociel, hasta para ganar la confianza de Meliodas en la cama se necesita de inteligencia y análisis; si tanto le preocupa el tiempo que he tomado envié a otra, a ver si logra lo que yo.

Estoy cansada de que se menos precie el trabajo de los demás, que estúpido. No tienen ni idea de todo lo que cuesta en lo físico y emocional el trabajo que estoy haciendo.

El general con frustración sobó su cien y dijo: — Tienes razón, te voy a dar más tiempo... Pero necesito que rindas más, está es una misión importante y todos estamos en tensión por ella.

Sus excusas me parecen tontas, ellos no sufren ni padecen el maravilloso tormento que es estar en la cama con un hombre como Meliodas. «Estoy loca» creo que al finalizar la misión recibiré terapia y como resultado me arrojarán al manicomio.

LA STRIPPER || MelizabethDonde viven las historias. Descúbrelo ahora