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—Es aquí —dijo Taehyung frente a una casa que fácilmente podría ser la casa más grande que Hoseok había visto en toda su vida

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—Es aquí —dijo Taehyung frente a una casa que fácilmente podría ser la casa más grande que Hoseok había visto en toda su vida. El pelinegro se detuvo, ¿era una mansión? Tal vez no pero... por Dios, era gigante. Y eso lo hacía sentir muy inferior.

El castaño abrió la puerta dándole lugar a que pase primero. Entonces Hoseok cuando lo hizo -dudoso- y se arrepintió de inmediato, sobre todo al verse en una gran espejo de la sala.

Se veía horrible.

Aunque él siempre lo era.

—T-tengo que irme —dijo yendo hacia atrás pero Taehyung que ya había cerrado la puerta y lo miró algo confundido.

—¿Por qué? —preguntó pero Hoseok no sabía que responder exactamente—. Hace frío afuera... primero debes cambiarte de ropa porque podrías enfermarte —dijo y el pelinegro recién sintió que su ropa estaba húmeda—, debemos darle de comer al cachorrito también.

—Tus padres podrían molestarse...

—Ellos no harían eso —Hoseok subió su mirada ante sus palabras—. Y, no están en casa. Ven, vamos a mi habitación. Te daré algo de ropa antes de que te enfermes.

Hoseok lo siguió en silencio, con el cachorrito aún en su mano. Se sentía tan avergonzado, su casa era hermosa, totalmente reluciente y enorme. Nada que ver a la suya. Vio a Taehyung abrir su armario a penas entró y pareció rebuscar algo entre las ropas hasta que se detuvo y se giró mirándolo. Hoseok tragó saliva aún parado en la entrada de aquella habitación y el castaño le sonrió débilmente.

—¿Qué haces ahí? Entra —lo invitó. Hoseok asintió y dio un pequeño paso adentro de la habitación con mucha timidez. El castaño sólo lo miró hasta que entró casi a la mitad del cuarto y volvió a rebuscar en sus ropas—. Bien, encontré esto, pruébatelos —dijo pasado unos segundos con unas prendas en sus manos.

—No es necesario que me prestes nada —respondió Hoseok intentando no mostrarse avergonzado.

—Vamos, ponte cuál te quede mejor y dame al perrito —el pelinegro no tenía muchas alternativas así que obedeció y le dio con cuidado al cachorrito a la vez que tomaba las ropas que le ofrecía el castaño. El perrito se despertó y comenzó a dar quejidos muy bajitos—. Oh.

—Debe tener hambre...

—Si —susurró mirando preocupado al cachorro—... estaré abajo. Puedes usar el baño de acá o el de afuera. Hay bolsas en algunos estantes puedes poner tu ropa ahí.

Hoseok asintió, y aunque seguía cabizbajo por todo, también se sentía muy cálido ante las palabras de Taehyung.... no estaba fingiendo, ¿cierto?

—Gracias, Taehyung —susurró y el castaño asintió diciéndole que lo esperaba abajo.

Cuando Hoseok entró al baño vio que el castaño había seleccionado tres pantalones y tres camisetas. Se puso lo que le quedaban y el resto la dejó doblada sobre su cama. Antes de salir del baño intento arreglar su cabello y cara, luego metió su ropa húmeda a una bolsa para ir a en busca del castaño y el bebé de Hoya.

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