16. Fintas (I)

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***Capítulo dedicado a mi paisano @QuickMakok***

Gracias por darle una oportunidad a mi libro y por el feedback y las risas que me has ido dando =) Este chico tiene un proyecto interesante en su perfil, donde trata de romper la cuarta pared! Id a darle mucho amor, a ver si le llega a su prota 🤭

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Julio

Centro mis ojos en los de mi oponente, mientras boto la pelota de baloncesto de manera aparentemente errática, para confundirle. Ahora mismo, todo lo que tengo en mente es llegar a la canasta que tiene a su espalda y marcar el tanto que me dé la victoria, pero no parece ponérmelo fácil. Trata de confundirme con su constante parloteo, con el objetivo de desestabilizarme, pero si algo tenemos claro ambos, es que en pleno partido no hay amistad que valga y que soy implacable, así que, con una finta, consigo adelantarle por el lado y dando un salto, el balón pasa limpiamente por el tan ansiado hoyo metálico.

     —Te has vuelto un blandengue, Marc... —me burlo de él—. Cada vez se me hace más fácil ganarte.

     —Es lo que tiene que te desvelen de madrugada, ya sabes. Ah no, espera, que tú no tienes novia.

     Le lanzo la pelota bruscamente, riendo con desdén ante ese golpe tremendamente bajo, pero consigue atraparla al vuelo.

     —¿A que pica? —continúa—. Bueno, lo prometido es deuda, te invito a tomar algo.

     —¿Le vas a echar veneno? —le pregunto con socarronería, mientras me echo algo de agua sobre la cabeza para refrescarme un poco. Este mes de julio está siendo horrorosamente cálido. Estamos a fin de mes y todavía hay días en los que no bajamos de los 30ºC, es una tortura. Espero que no dure mucho más. Por suerte parece que se acercan por el horizonte unos nubarrones que prometen lluvia.

     —No, tranquilo, ya sabes que soy buen perdedor... —empieza, y aunque parece que tras esa declaración va a decir algo más, se calla de golpe, probablemente tras ver mi expresión de incredulidad—. Anda, vamos.

     Nos acercamos al bar al que solemos ir de vez en cuando y nos sentamos directamente en la barra, donde ambos nos pedimos una cola mientras nos agenciamos algunos pintxos. El de tortilla de patatas con pimientos y mayonesa de wasabi está especialmente delicioso. Mientras tanto, hablamos sobre el partido que tenemos el próximo fin de semana. Se trata de un encuentro importante, ya que competimos contra un equipo bilbaíno, nuestros eternos rivales, así que evidentemente no podemos permitirnos perder.

     —¿Crees que Tomás podrá jugar? Últimamente parece estar muy liado con el trabajo —pregunto, echando una ávida ojeada a los nuevos pintxos que el camarero está depositando en la barra. Uhm... ¿son eso mini hamburguesas con tomate seco?

     —Esperemos que sí. Como no juegue lo vamos a tener complicado para ganar, es muy bueno. Por cierto, ¿te has enterado de lo de Bea y Urrutia?

The F wordDonde viven las historias. Descúbrelo ahora