# 36 Inicio de una nueva etapa

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Cap. 36

Juliana

Nos vamos a casar, nunca imaginé vivir esta experiencia, mis padres nunca me amaron, pero eso no evitó ser la persona que soy.

El resto fue un golpe de suerte, encontrar a la mujer de mi vida, ya eso fue algo que no me esperaba.

- ¿Lista prima?

- Si. Estoy tan nerviosa. Le dije a Esme

- Te ves tan hermosa. Prima eres una mujer increíble y te mereces que te sucedan cosas increíbles.

- Me vas a hacer llorar

- Ya no llores, y vamos que tengo junto a Sergio está difícil tarea de entregarte.

Nos abrazamos, le di un beso en la frente a mi prima y le susurré.

- Algún día tú también estarás de este lado y seré tan feliz como este momento. Eres mi pequeña doctora. Ella sonrió y salimos de la habitación donde estaba Sergio quién camina aun con un bastón, pero ya pronto lo dejara también.

- Dios santo, que hermosa eres, Valentina quedará con la boca en el piso. Juliana Dios mío. Dijo Sergio.

- Juliana mi niña que hermosa, eres una increíble persona y mereces casarte con la niña Valentina porque el amor de las dos es único y especial. Lupe me decía esas palabras tan bonitas.

- Si Señorita Juliana, las dos merecen este momento tan bonito. Deseo mucha felicidad. Chivis se unió a hacerme llorar.

- Sus palabras llegan a mi vida de una manera tan bonita. Gracia a las dos.

- Abajo está Macario esperándola, para llevarte. Intervino Lupe.

- Vamos ya quiero ver a mi Val, ya quiero verla.

- Lista vamos. Dijo Esme.

Salimos a subirme en una limusina que se alquiló para llevarme a mí y después a Val, ambas llegaríamos a un hermoso lugar lleno de flores, estaría Luna y toda nuestra familia.

- Juliana que hermosa estás. Macario no se iba a quedar sin decirme algo lindo.

Luego de varios minutos, llegamos al lugar, parecía un lugar de cuentos de hadas, de princesas, parecía un castillo, con grama, flores, muchas flores hermosas, los invitados todos sentados, ya estábamos listos, mi chica llego, debido a que ninguna de las dos tenía a su padre, una porque amaba mucho a su padre y nadie reemplazaría su lugar y otra porque la figura paterna fue un asco decidimos entrar juntas. Después que entraran las damas, Esme, Lauren y Eva, entrarían Mariana y Luna tirando pétalos de rosas haciendo una alfombra, Luna se quería comer lo que Mariana estaba tirando y la gente reía, Entraron los dos caballeros Santi y Sergio haciendo de guardaespaldas a la madrina de la boda a Lucía. Quien llevaba los anillos, era algo fuera de lo común, pero era una boda nada común. Por fin vi a mi princesa, en la entrada de ese camino de rosas. Tenía un vestido blanco, largo, de encajes, tenía como estrellas a mi parecer, algo resplandecía en su vestido. Se veía tan hermosa.

Tenía un velo bajo, con una especie de una corona, era como una diadema delicada de pequeñas piedras que brillaban, era hermosa, parecía una diosa. Mi diosa. Mi corazón se va a salir, estoy anonadada. Ella se acercó a mí.

Nos quedamos viendo ambas. Yo también tenía un vestido blanco, con un corte en V, con tirantes, un velo bajo un poco ceñido al cuerpo hasta las rodillas allí hay un poco acampanado, también era hermoso mi vestido. Mi chica quería llorar y la tomé de la mano, le di un beso el cual fue aplaudido por los presentes.

Una nueva HistoriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora