Maldita enfermedad

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Alexander se quedó tres días, fueron espectaculares, aprovechamos cada minuto libre para amarnos y salir. Obviamente Álvaro no se quedó tranquilo, me encontraba con él en todos lados, estaba segura que nos seguía. A cada sitio que iba con Alexander él estaba ahí, era demasiado incómodo para mi.
Álvaro lograba molestarme y salía casi arrancando del lugar en donde estábamos con Alexander. Daba gracias de no haberle contado nada a él sobre Álvaro, porque se hubiese dado cuenta enseguida de muchas reacciones que al pobre le hice.

Acompañe a Alexander a su avión y de vuelta a mi departamento estaba nada menos que Álvaro - hola princesa - dijo, estaba parado en la puerta

- Álvaro, éstas loco, acabo de ir a dejar a Alexander y tú estás aquí, que esperas que ahora este contigo como si nada - le dije abriendo la puerta.

Entramos y se sentó, - Isabel te dije que no volveré a cometer el error de dejarte, voy a luchar por ti, tu eres mía - dijo muy convencido.

- Perdón... Yo no soy tuya - respondí mientras me servía una copa de vino

- Seguramente eres de ese muñequito de New York -, dijo poniéndose en frente

- Se llama Alexander y tampoco soy de él, todavía soy dueña de mi vida, sabes Álvaro estoy muy cansada, no tengo ganas de conversar, mañana debo trabajar, así que necesito que te vayas - le dije cuando me dirigía a la puerta.

Me dio un beso en la frente y se marchó.
Me quite la ropa y enseguida me acosté, realmente estaba muy cansada.

Álvaro no me dejaba tranquila, me esperaba en la salida de la oficina, enviaba flores, iba a mi departamento, y así un montón de cosas más, hasta que acepte salir con él, me di por vencida.

Mis sentimientos por Alexander eran muy fuertes pero lo que me hace sentir Álvaro, va más allá de la razón, un lazo muy fuerte me unía a él y tengo claro que mi cuerpo no escucha mi razón y lo único que pide es estar con él.

Me llevó a cenar a la playa, tenía una mesa hermosamente adornada con velas, y alrededor de la mesa candelabros y arreglos florales con rosas blancas y tulipanes naranjas, ese hombre sabe muy bien lo que me gusta.

Pasamos una velada muy romántica, si fuese posible pondría a Álvaro y Alexander en una batidora y el resultado de eso sería el hombre perfecto. Porque la vida es tan injusta, poner en mi vida a dos hombres magníficos y a la misma vez.

El tiempo pasó volando y ya faltaba casi dos semanas para volver a New York. Casi no tuve contacto con Alexander, viajaba mucho y estaba muy ocupado, y Álvaro me tuvo muy entretenida, estábamos todos los días juntos, cenabamos, se desvivia para aceptarlo y quedarme con él y ya estaba media convencida.

Si pongo en una balanza la relación que tengo con Alexander versus Álvaro, este último sacaba mucha ventaja, ambos eran millonarios, obviamente Alexander un poco más que Álvaro pero para mi eso no es de importancia, Álvaro trabaja pero no vive para trabajar como Alexander, que mujer mantendría una relación con un hombre que viaja casi todas las semanas, vivir con guardaespaldas, y que los paparazi la sigan y escriban cosas muy feas de ella, bueno yo he soportado pero hasta que punto, realmente podría formar una familia con ese estilo de vida.

Ya estaba decidida, iba a dejar a Alexander y seguir con mi relación con Álvaro como siempre tuvo que ser, obviamente iría a New York para terminar con mi relación amorosa y de trabajo.

Era el último día en Sydney. No le comenté nada a Álvaro de mi decisión, quería primero terminar todo y darle la sorpresa al volver pero la vida como siempre te da golpes y ese fue el peor de todos, recibo un llamado por Skype de Roberto, el novio de mi madre, me sorprendió, yo había hablado con él pero jamás me había llamado

- Isabel, hola espero que estés bien, me imagino que debes estar sorprendida por mi llamado, pero necesito decirte algo muy importante - se veía un poco cansado

- Hola Roberto, me estas asustando, por favor dime que es lo tan importante - hablé un poco nerviosa

- Disculpa por hacerlo de esta manera, tu madre hace unas semanas fue al doctor, ella no se ha sentido muy bien y les hicieron algunos exámenes y hoy nos dieron una pésima noticia ....... - Se quedó en silencio por unos segundos y retomó - Isabel tu madre tiene cáncer de mamas - dijo con los ojos llenos de lágrimas a punto de estallar.

Al escuchar esas palabras despertó un dolor gigantesco en todo mi cuerpo, esa palabra "cáncer", debe estar en el diccionario terrorífico

- Te agradezco Roberto por avisarme aunque sea la peor noticia, ¿me imagino que soy la primera de mis hermanos en enterarme? - le pregunté

- Isabel de hecho tu madre no quiere avisarle a nadie, quiere vivir este proceso sola, sin preocuparlos a ustedes pero creo que eso no corresponde, ustedes son su motor, su amor y apoyo le servirán para salir de esto - contestó Roberto

- Tienes toda la razón, yo nunca la dejaría sola con esto, viajare lo más pronto posible y de corazón te agradezco esto y realmente puedo ver que eres un excelente hombre - dije con sinceridad.

- Isabel, yo adoro a tu madre y sé que saldrá de esto, te esperamos, y no te preocupes porque yo estoy aquí para cuidarla - dijo, se despidió con un movimiento de mano y se desconecto.

Obviamente mi madre es lo más importante, y estaré con ella el tiempo que sea necesario, maldita enfermedad no permitiré que acabe con la vida de la persona más importante en mi vida

INESPERADO AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora