La ceremonia

349 25 0
                                    

Regresamos a nuestro hotel, yo no dejaba de pensar en esos bellos ojos azules. Durante todo el camino junto a mis amigas, no dejamos de elogiar al presidente de la empresa y me molestaban por el beso que le di.

Durante la semana, nos llamarían de la empresa para ver el tema de trabajar en aquel lugar. Yo no tenía claro aún, dejar a mi madre y mis hermanos, aunque también era una gran oportunidad y podría ayudarlos con más dinero y aprovechar de vivir en New York.

Llegó el día de recibir nuestros diplomas, en la escuela preparaban todo para la ceremonia, a las siete de la tarde se realizaba.

El día anterior, fuimos de shoping con el club de Lulú, 15 mujeres, eligiendo el mejor vestido, era todo un caos. Para mi fue muy fácil, me probé solo tres vestidos y opté por un vestido entallado color rojo, me llegaba hasta abajo de las rodillas, tenía un escote en la espalda, me encanto apenas me lo probé.

Durante esa noche hable con mi madre, estaba feliz ya que faltaba poco para volver a vernos. No quise hablarle de la oferta de trabajo en aquel lugar, le iba a dar la noticia personalmente.

En el salón principal de la escuela se realizaba la ceremonia, estaba todo hermosamente adornado.
Las sillas tenían asignados los nombres de cada uno.
Empezamos a sentarnos en nuestro respectivos asientos, los 10 mejores promedios, estábamos separados de los demás, nos sentaron todos juntos en la primera fila.

Ya estábamos todos instalados y en el escenario, el director de la escuela y nuestros profesores, y de repente hubo un silencio, subía al escenario nada menos que el presidente de la empresa, Alexander Robsons.

Nos miramos con mis amigas, se veía tan guapo, con un traje plomo y una camisa negra. Saludo al director y a los profesores, tomó asiento.

Empezó el director a dar su discurso y hablar de lo afortunados que éramos de pertenecer a una empresa que se preocupa por sus trabajadores, yo estaba muy pendiente del discurso, cuando derepente sentí que me estaban observando, cuando me di cuenta de quien era, casi me da un paro cardíaco, era nada menos que el dios griego, Alexander.
Volví mi vista al director, pensé que era una tonta, ese tipo de hombre jamás se fijará en mi, todo era parte de mi imaginación.

Con aplausos término el discurso el director y presentó a Alexander y lo dejó en el podio de vidrio para dirigirnos unas palabras. Dios era tan bello, la verdad no escuche nada de lo que dijo solo lo admiraba. Cuando terminó, empezaron a entregar los diplomas, llamando a cada uno al escenario y el encargado de entregar los diplomas era nada menos que el dios griego.

A nosotros nos llamaron de los últimos dando a conocer que éramos los mejores promedios, dieron mi nombre y subí, al acercarme Alexander dijo - Felicitaciones, señorita Isabel de Chile -, me dio la mano y me entrego el diploma, sonreí al oírlo, - ¿y mi beso? - preguntó, ninguna mujer lo beso y a mi me lo estaba pidiendo, lo besé, tenía un exquisito y excitante olor. Bajé del escenario.

Desde luego había una convivencia después de la ceremonia, estábamos todos disfrutando de los últimos momentos juntos, ya que casi todos se marchaban al otro día, sólo quedaríamos los 10 afortunados para concretar la oferta laboral.

Estaba conversando con mis amigas sobre el dios griego Alexander, y como por arte de magia apareció en la convivencia, quedamos todos en silencio, y él como si nada empezó a hablar con los grupos.
Se acercó a nosotras, nos saludo y empezó a conversar. Yo lo escuchaba tenía un tono de voz tan masculino, y ese olor que desprendía me estaba volviendo loca.
Se despidió de cada una con un beso, cuando fue mi turno me dijo al oido - señorita Isabel la espero el lunes en mi oficina -, me beso y se marchó.
Mis amigas me miraban con ojos de platos, - ¿que fue eso? - dije en voz alta, todas nos reímos.

INESPERADO AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora