Un amor prohibido pero diferente

Primer encuentro

Todo comienza cuando en el reino celestial deciden que su princesa Gaia al cumplir su mayoría de edad debe viajar y estar en contacto con la gente inmortal pues, debe encontrar un marido apropiado para poder ocupar la corona que le corresponde.

Son las ocho en punto de la mañana y la pricesa acaba de despertar con la voz de un guardia.
-Princesa por favor levantese, debe desayunar para emprender nuestro viaje lo antes posible. A lo que la princesa muy alegre respondió
-¡Voy estoy deseando ver el mundo exterior!
La sirvientas ayudaron a la princesa a vestirse con un elegante vestido azul con algunas priedras turquesa incrustadas,
La princesa llegó al comedor para el desayuno y junto a su madre, había un hombre alto, hermoso, ojos verdes y con larga melena rubia como el oro, la princesa quedó perpleja.
-Buenos días princesa, veo que eres tan hermosa como tu madre me decía, seremos grandes amigos, soy Angelus y seré tu acompañante y guía durante todo el viaje.

- Encantada de conocerte Angelus yo soy Gaia, princesa del reino celestial de Diamondo.
La madre de Gaia tuvo que criarla sola, y a la vez gobernar el reino pues su padré habia fallecido cuando aún era un bebé en una terrible batalla contra los oscuros o también llamados vampiros, por eso le era muy difícil despedirse de ella.
- Hija llegó el momento de que emprendas tu viaje, recuerda que siempre te querré y que siempre estaré a tu lado pase lo que pase. Dijo con voz melancólica Caris la madre de Gaia.
Al salir Angelus ayudó a la princesa a subir al carruaje, que lo tiraban unos hermosos caballos blancos, y después subió con ella.
-¿Bueno dime princesa que esperas encontrar en este viaje exactamente? preguntó Angelus
-Pues verás e estado siempre encerrada en palació con mi madre, quiero ver mundo, sentir el aroma de la naturaleza, conocer gente, y tal vez encontrar el amor, aun que solo tal vez, dijo la princesa no muy convencida. Angelus al ver su expresión le preguntó:
-¿Por qué pones esa cara? ¿acaso no estas segura de querer casarte algún día? apuesto a que no te será dificil encontrar pretendientes.
Al decir eso Angelus se dió cuenta que la princesa era una joven extremadamente hermosa, tenía una larga melena ondulada y pelirroja, sus ojos parecían esmeraldas brillantes, sus labios eran carnosos y rosados y su cuerpo delgado y esbelto. La princesa respondió:

- Yo...si quiero enamorarme pero...he visto a muchos hombres patanes y no quiero que a mi me hagan daño también.

Entonces Angelus se dió cuenta que debía ser extremadamente cuidadoso con la princesa pues no quería que lo viese como un patán, si no como un amigo más.
De pronto el carruaje se detuvo y Angelus dijo: