Luneida

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Por la mañana el carruaje llegó a Luneida y se detuvo frente a un castillo de color dorado y negro estilo gótico.
Al bajar del carruaje la princesa y Angelus aún soñolientos bostezaron y el cochero se rió él les dijo:
-Valla si no llega a ser por estos paisajes también hubiese querido dormir ahí atrás, ambos parecíais muy cómodos. Dijo con una sonrisa pícara.

Ambos se miraron sonriendo y entraron al castillo, un mayordomo les ayudó con el equipaje y les llevó al comedor donde habían preparado un gran banquete para ellos, había todo tipo de comidas, bailarines exóticos y buena música, lo mejor para un día relajante.
Al terminar de desayunar Angelus le dijo a la princesa:

-Mi princesa,¿me concedería este baile?

Inmediatamente la princesa aceptó y comenzaron a bailar, ambos estaban tan ensimismados en su baile que el tiempo voló, y no se dieron cuenta que todos estaban contemplandolos.
Al terminar Gaia, la princesa, se sintió acalorada y decidió ir a darse un baño mientras que Angelus, decidió quedarse para beber un poco más de ese dulce vino.
Una vez en su cuarto la princesa se percató de algo que la dejó atónita, y sin aliento,
su pequeño dragón de piedra comenzaba a moverse y brotaba de él un luz azul intensa.
Ella sin moverse se quedó observandolo y derrepente el dragón cobró vida, la princesa estaba tan asustada que corrió para avisar a Angelus pero al llegar lo único que encontró fue a él bailando muy acaramelado con una de las bailarinas, entonces ella grito enfadada y algo celosa:

-¡Angelus! Necesito que vengas inmediatamente.

Angelus se apresuró y al entrar al cuarto de la princesa lo vio...

-Pe...pero ¡no puede ser! ¡es el dragon que compraste! ¿como pasó?

-Bueno ocurrió mientras estabas perdiendo el tiempo con esa cualquiera. Dijo la princesa con ciertos celos.

Angelus se acercó al dragón sigilosamente pero este le escupió fuego, entonces el pequeño dragón se dirigió hacia la princesa, pero Angelus se interpuso.

-Angelus déjalo, creo que no quiere hacerme daño.

La princesa acercó su mano y no acarició, él dragón le correspondió y batió sus pequeñas alas felizmente.Entonces la princesa pensó que era buena idea sacarlo del castillo un buen rato para hacerse con él.
Una vez fuera caminaron por unos 15min y llegaron a un hermoso bosque de arboles con todas sus hojas azul turquesa, también había un gran rio de agua azul cielo y unos hermosos peces bioluminiscentes de todos los colores iluminaban sus aguas.
Una vez allí el dragón empezó a revolotear como un feliz colibrí y para la sorpresa de Angelus y la princesa se hizo tan grande que ambos podian subir sin ningún problema sobre él, pero cuando llegó la hora de volver el pequeño dragón volvió a su forma pequeña y original, revoloteando cerca de la princesa en todo momento pues ahora ella era su gran alma pura.
Volvieron al castillo y la princesa fué inmediatamente a su cuarto sin pronunciar palabra con Angelus, él al verla así pensó que tan solo era cansancio así que la dejó sola, esa noche ambos cenaron en sus habitaciones.

Un amor prohibido pero diferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora