Pillado

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Al entrar en la cabaña a la princesa le pareció muy acogedora ademas Angelus no dudó ni un segundo en ponerse a recoger madera para encender la pequeña chimenea.
Además la princesa se percató que su equipaje se encontraba allí sano y salvo,
Una vez encendida la chimenea Angelus preguntó:

-¿Princesa conocía a alguien de quien nos atacó?

-Bueno la verdad que una de sus voces me sonó. Dijo la princesa apenada.
-Creo que era un tipo que solía hacer negocios con mi madre para palacio, hasta que un día ella lo pilló robando y lo desterró.

-Entiendo, tranquila ahora estás a salvo nunca dejaría que te pasase nada.

Entonces Angelus se dio cuenta de algo tenía sentimientos encontrados, sintió miedo cuando pensó que algo le pasaría a la princesa una angustia que nunca había sentido. Angelus prosiguió

-¿Tiene hambre princesa? Ya es casi de noche deberiamos comer algo antes de dormir, ya que mandé un aviso a palacio pero tardarán unos días en mandar otro carruaje.

-Sí por favor, muero de hambre. Dijo la princesa

-Muy bien haré algo de comida con lo que compramos hoy en el mercado.

Una vez hecha la comida ambos comieron con ansias y cuando terminaron Angelus preparó la bañera para que la princesa pudiese darse un baño. La princesa le advirtió:

-No mires Angelus, date la vuelta no quiero que vuelvas a verme desnuda.

Angelus asintió y se giró pero la curiosidad lo mataba no podía resistirse así que por la mirilla del ojo observó a la princesa, era tan hermosa, con ese cuerpo esbelto, esos pechos tercios y esos gluteos perfectos.
Angelus se estaba acalorando así que decidió salir a tomar el aire.

Al entrar la princesa le dijo:
-Tu turno deje agua caliente para que puedas bañarte también. Tranquilo no miraré.

Mientras Angelus se duchaba la princesa se apresuró a peinarse y meterse en la cama, estaba muerta de frio, cuando Angelus terminó cepilló su larga cabellera y Gaia vio que puso una manta en el suelo para acostarse entonces preguntó:

-¿Angelus que haces? ¿Por qué quieres dormir en el suelo? Él respondió:

-Princesa pero solo hay una cama ¿que puedo si no hacer?

-¡Ven aquí conmigo no te comeré! Hace demasiado frio para que duermas ahí
exclamó la princesa.

Angelus avergonzado obedeció a la princesa y se metió en la cama, rápidamente entró en calor.
La princesa no dudo en abrazarlo y le dijo:

-¿Sabes? te ví mirandome cuando me duchaba, pero tranquilo no me enfadaré si me respondes a una sola pregunta.

A Angelus se le vinieron las imagenes de la princesa bañandose a la cabeza y comenzó a acalorarse de nuevo pero le respondió sereno a la princesa:

-¿Que pregunta?

-¿Te parecí bonita mientras me veías?preguntó Gaia

-¿Bonita? princesa con todos mis respetos eres perfecta.

Entonces inesperadamente Angelus besó a la princesa, el beso era tan intenso que no podía evitar que sus manos furtivas acariciasen el cuerpo de la princesa...


Un amor prohibido pero diferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora