Una semana.
Había pasado una semana desde que ninguno veía a sus hermanos mayores.
Gracias a los doctores podían entender los avances de la recuperación de cada uno, pero no sabían nada más de ellos.
Todo tipo de contacto estaba prohibido.
¿Cómo estaría Karamatsu ahora? ¿Realmente los odiaba tal como sentían?
Recuperar de pronto todos esos dolorosos recuerdos... No cualquiera podría asimilarlos tan rápido e intentaban entenderlo.
¿Osomatsu estaba enojado con todos? O mejor dicho... ¿Osomatsu... estaba bien? ¿Qué ocultaba? Desde la conversación que tuvieron sobre si había vuelto a las pandillas, todo era muy difuso ¿Cómo podrían ayudarlo si no se dejaba?
Ver a Osomatsu y Karamatsu pelear tan fuertemente era algo que nunca antes habían visto. Ambos eran muy violentos y orgullosos... ¿Todo se resolvería si pedían disculpas? ¿Acaso eso era lo que faltaba?
Fue recién al octavo día que Karamatsu pidió ver únicamente a su madre. Todos sintieron algo de alivio al ver que tal vez intentaba abrirse nuevamente con el resto, pero la mujer, al salir de la habitación de su hijo y contarle a su familia sobre lo que habían hablado, dejó muchas dudas...
"Karamatsu quiere ver a Osomatsu"
¿Por qué?
¿Para qué?
¿Acaso seguirían discutiendo?
La última vez que se habían visto prácticamente lo había molido a golpes.
- Mamá... no es una buena idea ¿Qué dicen los médicos? – preguntó Choromatsu algo temeroso.
- No... no es bueno, Osomatsu-niisan... No sabe contenerse – replicó Todomatsu.
Era una posición complicada, pero... ¿Qué es lo que tenían que decirse?
Cuando la madre fue a darle la noticia a su hijo mayor por la solicitud de un encuentro con el segundo, este se negó rotundamente.
Se veía cansado, muy enfermo y apenas había comenzado su tratamiento a unas fuertes úlceras que llevaba en el estómago. Esto era lo que le llevaba molestando hacía un tiempo...
Sin embargo, luego de tanta insistencia y al ver las lágrimas de su madre, decidió aceptar.
- Si le sucede algo esta vez, no podré ayudarlo... - fue lo único que dijo.
*****
Era una situación demasiado compleja.
Se pactó un día por la mañana en un horario determinado.
Debido a la complicación del estado de Osomatsu, se decidió que Karamatsu fuese el que iría a su habitación.
Estarían solos en la sala, pero estarían siendo escuchados a través de una cámara que registraría todo.
El psicólogo a cargo del caso del segundo mayor y los hermanos menores podrían escuchar lo que hablarían en una habitación aparte.
Karamatsu previamente se había negado a hablar con alguien más antes de encontrarse con su hermano, por lo que nadie sabía qué pasaría...
Finalmente, el día llegaría dejando a todos muy ansiosos y a la exceptiva.
Una vez Karamatsu fue llevado hacia la habitación de su hermano se acercó a una distancia prudente de su camilla.
Y silencio.
Primero hubo un incómodo silencio entre ambos.
Osomatsu estaba semi recostado en su camilla, no podía levantarse.
Karamatsu estaba sobre una silla de ruedas ya que aún se encontraba débil.
¿Cómo se iniciaba una conversación en estas circunstancias?
- Discúlpame por haberte golpeado, pero... creo que te lo merecías – dijo Karamatsu en un tono serio.
Osomatsu no sabía exactamente qué responder, incluso sonrió un poco burlón al verlo – Bueno, sigo vivo... todo está bien – fue lo único que dijo.
- ¿Por qué lo hicieron? – dijo inmediatamente el segundo.
- ¿Hacer qué? – respondió el mayor.
- ¿Por qué decidieron salvarme?
Silencio.
Sabrían que algo así podría pasar, por lo que el mayor fue advertido miles de veces en saber qué o no responder ante la situación crítica del segundo hijo.
- Porque eres nuestro hermano... ¿Qué otra cosa hubiésemos podido hacer?
- ¿De qué sirve salvarme a mí si eres tú el que morirá? ¿Acaso quiere huir y dejarme a mí la responsabilidad ahora? – reclamó Karamatsu.
Eso sorprendió al mayor. Definitivamente no se esperaba algo así – No voy a morir, estoy internado por algo ¿No lo ves?
- No me refiero a eso... ¿Por qué crees que te golpee? Has estado juntándome de nuevo con las pandillas. De seguro por dinero ¿Cuánto debes ahora? ¿Pagarás con tu vida? Ninguno de nosotros trabaja, sabes que no es sencillo deberles algo tanto tiempo...
Osomatsu no pudo evitar impacientarse – Tú no te preocupes por eso. Solucionaré todo ni bien me recupere. Deberías hacer lo mismo – respondió.
Karamatsu se puso de pie acercándose al mayor y mirándolo a los ojos - ¿Podrías por favor comportarte como el mayor por una vez en tu vida?
Osomatsu guardó silencio.
- ¿Acaso entiendes lo que estás haciendo? Esto ya no es una broma sencilla, estás retando no solo tu vida si no la de los demás.
Nuevamente el mayor guardó silencio.
- ¿O acaso no recuerdas cuando amenazaban de muerte a nuestros hermanos menores? ¿Todo lo que tuvimos que hacer para sacarte de ahí? La policía tampoco puede ayudarnos en esto.
Silencio una vez más.
- ¿De qué sirvió salvarme a mí arriesgando a los demás? ¡SE HUBIERAN DESECHO DE MI CUANDO PUDIERON! ¡¿POR QUÉ GASTAR TANTO AHORA?!
- Karamatsu... tú serás siempre un mejor hermano mayor que yo... No podía simplemente dejarte ir - fue lo único que respondió Osomatsu.
*Continuará~
MORÍ
PERO SOBREVIVÍ
Sí, actualicé después de casi 4 años 😊 Quería terminar esta historia ya que me trae gratos recuerdos. Espero que los que aún sigan en el fandom puedan leer ¡Gracias!
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La desesperación del segundo hermano | Osomatsu-san
FanfictionToda la falta de interés que sus hermanos le habían mostrado durante estos años, lo llevó a la locura.