Veinticuatro

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Después de muchos días, por fin los hermanos podrían dormir tranquilos.

Estaban todos juntos luego de tanto tiempo lleno de incertidumbre.

Choromatsu comenzaba a recuperarse.

Karamatsu seguía estable.

La rutina de todos se había transformado para poder cuidar de ambos hermanos, pero fuera de eso, todo seguía bien.

Ya eran las 9 de la noche. Los 3 menores y Osomatsu tenían permiso para quedarse todo lo que quisiesen.

La madre de los 6 había entrado ya a asegurarse de que todo iba bien y a despedirse de ellos para ir casa hasta el día siguiente...

Todos tomaron sus posiciones para descansar.

Jyushimatsu y Todomatsu dormían abrazados a Karamatsu.

Ichimatsu y Osomatsu dormían pegados a Choromatsu.

De rato en rato uno se levantaba de sobresalto, pero al ver que todo iba bien volvía a dormir.

****

Todo estaba oscuro, no tenía miedo. Estaba acostumbrado a ver todo negro.

Se sentía tranquilo, relajado y protegido.

Podía sentir el cariño de sus hermanos cerca y el peso de ellos mimándolo.

Iba bien, sentía que todo mejoraba.

...Una extraña presión comenzó a invadir su cuerpo.

En un principio no la comprendía e intentaba ignorarla, pero poco a poco, al ver que se expandía por su cuerpo, comenzó a asustarse.

Su cuerpo había comenzado a temblar y sus miembros habían dejado de responderle.

Intentaba gritar, pero no podía.

¿Her... Hermanos?

Sentía su cuerpo quebrarse. La desesperación no lo dejaba hacer nada más que llorar.

La extraña presión que sentía se fue expandiendo hasta convertirse en dolor.

Su respiración comenzó a entrecortarse, realmente le dolía respirar.

Intentaba moverse, intentaba hablar, pero su cuerpo simplemente no le obedecía.

Un pensamiento antiguo vino a su mente: el día lluvioso que se encontraba solo en casa y decidió salir por hermanos a llevarles paraguas...

"No... no por favor"

Uno a uno, varios pensamientos vinieron a su mente.

Todos eran de momentos antiguos en los que lo habían lastimado.

Sí, un ataque de ansiedad se estaba apoderando de él.

"Bas... Basta, por favor"

Era horrible. Odiaba que esas cosas hubiesen vuelto justo en el momento que más se recuperaba.

¿Por qué? ¿Por qué tenía esos ataques?

Se supone que todo iba bien, que sus hermanos lo amaban, que sus hermanos estaban con él ahora, que no sestaba sólo.

¿POR QUÉ?

¿De... debo morir ahora?

Por favor... no... mis hermanos me necesitan...

Me... me necesitan...

M... me necesitan ¿verdad?

¿Verdad?...

Los necesito... por favor... no quiero estar sólo...

Ya no podía más, ya ni quería entender por qué le tocaba vivir esto.

Dejó que el dolor lo venciera.

Dejó que su corazón latiera un par de veces más.

Y gritó.

-¿KA... KARAMATSU QUÉ PASA?

Despertó a todos sus hermanos de golpe. Asustados inmediatamente fueron con él.

Lo levantaron de la camilla. Lo sentaron sobre ella, pero Karamatsu no reaccionaba.

-KARAMATSU, KARAMATSU...

Su cuerpo estaba inmóvil, no reaccionaba por más le hablasen o lo moviesen.

Entraron en pánico. Temieron que lo que menos querían... hubiese llegado de nuevo...

Ichimatsu y Osomatsu salieron disparados del cuarto a buscar a algún médico en guardia.

Jyushimatsu cogía a Karamatsu entre sus brazos intentando hacerlo despertar. No dejaba de llorar mientras llamaba suavemente... Nii-san... despierta... despierta... por favor... no me gusta bromear así contigo...

Todomatsu se cogía con fuerza de Choromatsu que aún miraba incrédulo la escena. No se podía mover bien y se sentía más impotente que nunca al ver a Jyushi sólo desde el otro lado.

Los médicos no tardaron en llegar y entraron corriendo a la habitación

Prendieron las luces, alejaron a los hermanos del cuerpo de Karamatsu.

Comenzaron a revisar su pulso, le quitaron las vendas de sus ojos y revisaron su vista.

Revisaron la historia clínica del mayor. Chequearon las medicinas.

Y una oración que los 5 hermanos grabarían se hizo presente:

-No está respirando, debemos reanimarlo ahora mismo, DESPEJEN AHORA – dijo el médico principal mientras sus asistentes sacaban la camilla de Karamatsu por la puerta.

Choromatsu solo pudo ver desde el sitio donde estaba cómo se llevaban a su hermano. Por más que intentaba pararse no podía.

Los otros 4 veían, incrédulos, desde afuera, como se llevaban a Karamatsu.

Veían a las enfermeras corriendo.

Veían a los médicos gritarse unos con otros.

Todo se había salido de control.

Todos estaban seguros... de que esta era la última vez.

*Continuará.

La desesperación del segundo hermano | Osomatsu-san Donde viven las historias. Descúbrelo ahora