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Karamatsu temblaba, estaba asustado. No comprendía bien lo que ocurría ni porqué sus piernas lo llevaban cada vez más lejos de casa.

Estaba totalmente oscuro afuera, apenas las luces de los postes iluminaban la calle. Todo se veía tétrico y propicio para un lamentable accidente...

La imagen de él mutilándose los brazos le daba nauseas. Sentía demasiado rencor, pero a la vez tristeza ¿Por qué el haría tal cosa? ¿Acaso sufría? ¿Estaba deprimido? Quería olvidarlo todo, simplemente ignorarlo, pero no podía. Las imágenes se repetían una y otra vez en su cabeza.

Comenzó a correr cerrando los ojos con fuerza y tapándose las orejas con las manos. Hacía mucho no se sentía de esa manera tan horrible. No quería pensar en nada, ni siquiera en sus hermanos.

Luego de un rato, cansado, se recostó cerca de un poste que apenas iluminaba el lugar. Ahí, más tranquilo y secándose el sudor y las lágrimas se dio cuenta de que seguía en pijama. Dio un gran suspiro y luego un quejido de angustia. Había experimentado demasiadas emociones en tan poco tiempo.

Estaba también asustado. Era el primer recuerdo que tenía después de tanto... y la experiencia había sido más que aterradora, especialmente por lo que recordó ¿Eso significaba que todo lo próximo que recordase sería de la misma forma? ¿Acaso sería igual de cruel o incluso peor?

Agitó su cabeza intentando desviar más pensamientos negativos y vio que justo en frente había un puesto abierto. Se acercó un poco más para ver y se trataba de un bar... un bar que le parecía demasiado familiar.

"Oh... no"

Sí, se trataba exactamente del bar en donde el día de su accidente sus hermanos estaban bebiendo. El mismo bar frente a la doble pista donde fue atropellado. El mismo bar cerca a la calle donde comenzaron todas las desgracias para él y su familia...

"Bas... basta... por favor..."

Uno a uno, cada recuerdo de ese día vino de golpe a su cabeza. Abrió sus ojos asustado y su cuerpo comenzó a temblar del miedo, de la angustia. Recostó su cuerpo cerca al poste de luz y finalmente sus piernas comenzaron a fallarle hasta caer de rodillas sobre la vereda.

Recordó cada detalle. Desde que sus hermanos se fueron de casa sin despedirse, de cómo él cogió cada paraguas para cada uno de ellos y salió con muletas y el brazo fracturado, incluso comenzó a recordar los lugares exactos donde cada parte del auto que lo impactó le habían hecho daño.

Karamatsu no podía creer nada de lo que recordaba. No podía creerlo. No después de todo lo que había pasado en casa. Sus padres eran demasiado amorosos y tiernos con él. Sus hermanos eran amables y atentos, los veía incapaces de la forma que ese día lo trataron antes del accidente, pero todo se sentía demasiado real.

Aún asustado y tembloroso se levantó la camisa viendo su abdomen comprobando las cicatrices que recordaba de las heridas que había sufrido... no había duda, era verdad, todo lo que recordaba era verdad.

Se llevó las manos al rostro intentando contener su llanto, pero era inútil. Apenas había recordado un 5% de su memoria, pero ya no quería recordar más. Quería quedarse con esa imagen ciega y pura de su familia a saber toda la verdad. Quería pensar que él era alguien amado y querido y no simplemente el resultado de varios errores y la culpa por un mal trato. Quería pensar que él no era el culpable de todo lo que sucedía en la casa, de toda la tensión y los problemas, pero...

Se quedó un buen rato sentado intentando calmarse, pero por más que lo intentaba seguía recordando cada detalle de ese día. Se puso de pie confundido, vio el cielo y parecía estar amaneciendo. De alguna forma agradecía que nadie aún se haya dado cuenta de su escape, pero... al mismo tiempo quería que alguien lo pasase a buscar.

-¡KARAMATSU! – escuchó a lo lejos, era la voz del tercero de los hermanos. Inmediatamente se tensó, no sabía cómo reaccionar después de todo lo que había recordado...

*Continuará

Gracias por leer hasta aquí <3 
Esperaré sus comentarios :) 

La desesperación del segundo hermano | Osomatsu-san Donde viven las historias. Descúbrelo ahora