Amor inocente (Itanaru)

Capítulo 5

Jiraiya había hablado con el rubio sobre su clan, su origen, sus padres, su herencia, la casa de sus padres ya no existía. Cuando el mayor salió de su habitación, el rubio respiró hondo tratando de darle sentido a todo lo que escuchó hace unos momentos, el colchón parecía ser un lugar atractivo en ese momento, abrió sus gemas aún lagrimosas al sentir la presencia de alguien, sobre su ventana había una sombra, la imagen últimamente de esta persona cruzaba su mente de vez en cuando. El sujeto en el alféizar de la ventana lo observaba cuidadosamente con su mirada estoica, sus onix conectaron de inmediato con las gemas azules del pequeño, podía observar al rubio debilitado mentalmente por los acontecimientos recientes -¿cómo te sientes? -el Uzumaki abrió un poco sus ojos con sorpresa, pero entendía su duda, lo había estado viendo en estos momentos de debilidad constantemente -bien, creo -los onix lo intimidaban bastante, pero no quería demostrarlo, volteó su mirada al colchón -¿no visitarás al doctor para un chequeo? -el rubio negó apretando sus sábanas -no es necesario, soy un jinchuriki, ¿recuerdas? además, el doctor que se hace cargo de mi salud es la abuela, no quiero preocuparla, me siento bien -el azabache sabía algo básico de ninjutsu médico, había aprendido para cuando estuviera herido fuera de la aldea o para su equipo, se acercó con su ninjutsu activado pasándolo por su pecho para hacer un chequeo rápido del pequeño quien abrió los ojos con sorpresa. Al finalizar el Uchiha dejó el jutsu -al parecer estás bien, tienes razón -el rubio sonrió un poco -ves, es difícil que me enferme -el azabache lo veía con su rostro estoico -pero anímicamente estás mal y eso no puedes negarlo -

Naruto se sentía expuesto -son tonterías, no te preocupes -el rubio giró su vista al colchón -Itachi levantó dos dedos y los estrelló en su frente -te estaré observando -el azabache desapareció, el rubio lo veía con cuidado , ¿qué es lo que ganaba el Uchiha cuidándolo?, no entendía su interés en él.

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Naruto se encontraba en el campo de entrenamiento siete tratando de mejorar su rasengan, la odama ya alcanzaba un buen tamaño, parecía una pelota grande, lo estrelló en el suelo con fuerza creando un gran cráter, el campo tenía tres agujeros iguales, sintió un chakra detrás de él -no tienes que preocuparte, me he sentido bien -el pequeño se tiró al suelo con la respiración agitada por el chakra que usó en las odamas -te falta control de chakra, por eso te agotas tan rápido, una buena forma de mejorar tu control es comenzar a dominar tu naturaleza de chakra -el rubio abrió sus ojos con curiosidad -¿cómo puedo dominarla? sé algunos jutsus viento, pero gasto mucho chakra en hacerlos -el azabache lo vio estoico por un momento, se dio la vuelta, el pequeño creyó que se iba, lo estaba haciendo perder su tiempo, de repente sintió su chakra acercarse, vio que venía hacia él con un bonche de hojas de árbol, giró su rostro con duda.

-Crea clones por cada hoja, con tu chakra viento pártelas por la mitad, los clones de sombra tienen la virtud de regresar las memorias de lo que hacen al original, sólo debes prestar atención -el rubio abrió los ojos, lo vio con sorpresa, un gran sonrojo de vergüenza se posó en sus mejillas, asintió lentamente -gracias, no me había dado cuenta ttebayo -el Uchiha lo observó un momento más, salió con velocidad del lugar. El rubio lo observó retirarse, aún sin entender porqué lo ayudaba.