Capítulo 7

10.5K 980 58
                                    


El rubio veía el río que eligió para practicar su naturaleza de chakra, sonrió emocionado, su control había crecido bastante, su odama rasengan se duplicó en tamaño. Se quitó las sandalias ninjas con velocidad aventándolas en el pasto, bajó el cierre de su chamarra retirándola haciendo lo mismo que con las sandalias, el pequeño comenzó a deslizar su malla corporal, atorándose al final con ella, rodó un poco forzándola a salir, rio divertido al haberse atorado, desabrochó su banda ninja y la colocó sobre su chamarra, levantó un poco más sus pantalones doblándolos hacia arriba, él corrió con velocidad al centro del río sintiendo la corriente hasta las rodillas, un escalofrío recorrió su cuerpo de inmediato poniendo su piel erizada por el agua fría, sacudió su cabeza, puso un rostro lleno de determinación creando treinta clones para cubrir el largo del río, se agacharon todos un poco, comenzaron a tratar de cortar el flujo.

Desde un árbol a las cercanías del rubio, se podía observar a un azabache observando el espectáculo con atención, su vista recorrió el cuerpo del pequeño con detalle, una sonrisa apareció en sus labios apreciándolo con gusto, más cuando la malla obligó al rubio a rodar para zafarse de ella, se veía adorable a su vista, desde aquel día en el bosque donde chocaron, no puede sacarse de la mente el rostro del pequeño, sus facciones brincan a sus ojos, no entendía porqué le sucedía esto, tal vez le causaba ternura, estaba consciente de su necesidad de cuidarlo y protegerlo, suponiendo que era porqué se le hacía adorable e indefenso, no por poder, era poderoso el pequeño, pero había algo que lo hacía ver de esa manera a sus ojos.

Itachi tenía un leve sonrojó en sus mejillas del que él mismo no se había percatado, sus onix recorrían su delgada espalda y su torso levemente marcado, esa piel acanelada que se veía suave y tersa, su cabello mojado escurriendo agua sobre su rostro y cuerpo, sus mejillas redonditas, esa nariz respingona, sus marquitas que lo hacían ver aún más adorable, y sus grandes gemas, con ese color exótico que a su forma de ver parecía un gatito, comenzó a sentir su rostro arder y su cuerpo comenzó a responder a la vista del pequeño, sacudió su mente girando su vista hacia el horizonte apreciando el medio día, continuó de esa manera, de vez en cuando girando sus ojos hacia el rubio.

El rubio podía sentir de vez en cuando la mirada del azabache sobre él, estaba feliz de recibir atención en su entrenamiento de un ninja del rango del azabache, así como sus consejos, sonrió emocionado creyendo que era el profesionalismo del mayor, quería demostrarle que podía superar ese obstáculo, de repente sintió otro chakra cerca, volteó los ojos al darse cuenta de quién se trataba, desde que regresó podía sentir a la chica seguirlo por toda la aldea y eso lo estresaba.

Itachi vio incómodo al pequeño, giró su rostro, vio a la chica cerca del lugar, su ceño se marcó levemente, una gran molestia lo llenó, llevaba días queriendo alejarla, bajó del árbol con la elegancia que siempre representaba, se colocó frente a ella cubriendo la vista del pequeño -señorita, debo pedirle que se retire, Naruto Uzumaki se encuentra en un entrenamiento privado por órdenes de la Hokage -la chica abrió sus ojos con vergüenza, se inclinó en una reverencia exagerada -lo… lo… la… lamento, no quise incomodar -la Hyuga salió corriendo del lugar, el mayor giró su rostro hacia el rubio quien lo veía directo a los ojos de manera seria, de repente sonrió en grande realizando una leve reverencia, continuó entrenando, por un momento el azabache creyó que podía enojarse, pero no fue así.

El sol estaba por ponerse, el rubio liberó a los clones sintiendo que todo se volvía negro, cuando comenzó a tomar sentido abrió levemente los ojos observando como era cargado con delicadeza, ya estaba vestido, sus mejillas se sonrojaron con vergüenza, pero no podía moverse, estaba totalmente cansado -gracias… nueva… mente -el rubio se acomodó en el pecho del mayor, como cuando Jiraiya lo cargaba por exigirse demasiado. Itachi vio que había parado de entrenar, bajó del árbol entendiendo que el día había terminado, cuando el pequeño deshizo los clones, recibió el agotamiento de chakra de ellos también, vio en cámara lenta como comenzaba a perder la conciencia, con velocidad lo atrapó para evitar que la corriente se lo llevara, lo acostó en el pasto con cuidado, delicadamente lo vistió observando con más cuidado todo los rasgos hermosos que había visto de lejos del pequeño. Con el reverso de sus dedos acarició su mejilla con cariño, lo tomó en brazos, decidió llevarlo a descansar.

Sus mejillas se sonrojaron al escuchar sus palabras cansadas de agradecimiento, el color aumentó en su rostro al ver al pequeño acurrucarse en su pecho con cariño. Al llegar al departamento de Naruto la puerta de la terraza estaba sin seguro, abrió, se adentro al desordenado lugar, de inmediato recostó al pequeño en su cama. El lugar era frío y triste, Itachi imaginó que Naruto se sentía sólo en ese lugar, peinó un cabello que caía rebelde por su rostro observando nuevamente sus facciones, con su dedo índice tocó los labios del rubio queriendo probarlos, sus ojos se mantenían hipnotizados por ese lugar de su rostro, reaccionó sacudiendo su mente, lo cubrió con la manta, de inmediato salió del lugar con velocidad.

Amor inocente (Itanaru)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora