Capítulo 13

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El Uzumaki estaba en la oficina de su abuela acostado en el sillón, quería tener noticias del sannin por cualquier cosa, la lluvia era densa fuera de la torre, el pequeño tenía su mirada perdida en el cielo gris, una lágrima caía por sus ojos de vez en cuando, tenía miedo, había sido inteligente, colocó un sello en el sannin, cuando su chakra esté debilitado o por terminar le mandaría una alerta, como el tatuaje anbu, lo colocó en él cuando estaba abrazándolo rogando que no fuera. La rubia de vez en cuando lo observaba preocupada por el sannin y por el pequeño, respiró hondo, se recargó en la silla, no tenía cabeza para trabajar, estaba nerviosa, ese presentimiento cada vez era más fuerte, tomó su taza con café, dio un ligero sorbo, la taza se rompió del maneral cayendo al suelo rompiéndose en cientos de pedazos, se puso nerviosa, abrió su cajón del escritorio, revisó su billete de lotería y la publicación del día, había ganado el primer lugar -demonios-

Naruto la vio con duda y miedo, Tsunade mordía su dedo con ansiedad y un gran miedo en sus ojos, el pequeño abrió sus ojos al sentir esa descarga eléctrica en el sello de su brazo derecho, se paró de inmediato, hizo sellos de manos a gran velocidad siendo observado por la rubia y el Uchiha, el pequeño sabía que el sannin estaría usando el modo sabio si las cosas se complicaban, si era así, el viejo sapo estaba anclado a él, sólo esperaba que fuera así, reunió una gran cantidad de chakra y lo invocó -kushiyose no jutsu, Fukasaku -una nube de humo se mostró en la oficina Hokage, cuando esta desapareció, el sapo anciano y un sannin casi muerto se mostró en el lugar, la rubia corrió de inmediato en su auxilio con terror en su mirada -demonios Jiraiya, Shizuneee ven aquí -el rubio lo veía en shock -Tsunade-chan, ayúdalo por favor, aún hay esperanza-

El Uchiha bajó de su esquina de inmediato -ayúdame a retirar la barra Itachi -mientras la Hokage cerraba la herida de la garganta, Shizune comenzó a cerrar la de la barra mientras la sacaba el Uchiha, Itachi sintió una gran distorsión en su chakra al sacar la barra lentamente -esta barra la usaron para inutilizar su chakra -la rubia frunció su ceño con coraje, el viejo sapo asintió -así es, si me muevo de aquí muere, estoy tratando de regularizar el chakra de Jiraiya-chan -el rubio veía a su padrino con la mirada perdida, sus ojos mostraban terror.

Itachi guardó la barra en un pergamino, se acercó al pequeño y lo abrazó con cariño, el Uzumaki comenzó a llorar a lágrima suelta sobre su pecho -abue… abuelaaaa -la rubia se sintió mal por el pequeño -Itachi llévalo a su departamento, tardaremos algunas horas, regresen en unas horas al hospital, todo estará bien, este viejo pervertido es fuerte -el azabache asintió, en un shunshin de cuervos desapareció del lugar.

La puerta se abrió mostrando a una Sakura llena de papeles, cuando abrió la puerta sus ojos se abrieron con miedo -Sakura, deja eso ahí y ayúdame, Naruto logró traerlo a tiempo -la chica obedeció, comenzó a cerrar el muñón que aún sangraba con velocidad, las tres médicos ninja trabajaban con estrés, preocupación y ansiedad, la puerta se abrió ligeramente mostrando al comandante Jounin quien estaba en shock, había escuchado los gritos, se asomó a ver qué sucedía -Shikaku, haz los arreglos para un traslado urgente a la habitación de Naruto en el hospital, que lleven los aparatos de terapia intensiva, iremos en un momento -

El sujeto corrió con velocidad hacia el hospital movilizando a la gente, cuando lograron regularizar al sannin la rubia invocó un pedazo de katsuyo para su traslado, mientras estaba envuelto en la babosa su chakra y salud iban mejorando lentamente, las tres limpiaban sudor de su rostro -demonios, Sakura que limpien mi oficina, Shizune adelántate, iré en un momento -cuando ambas chicas salieron, la rubia se derrumbó en el suelo, comenzó a llorar con miedo, sus manos aún temblaban bastante recordando la muerte de Dan, y ahora casi pierde del mismo modo a Jiraiya. Cuando estuvo más tranquila corrió al hospital.

....

Itachi abrazaba con cariño al pequeño -Hokage-sama dijo que estaría bien, debemos confiar en ella, es la mejor ninja médico del mundo, ¿recuerdas? -el rubio hipaba en su pecho sintiéndose protegido y más tranquilo, tenía razón, su abuela era la mejor, le sanará a su Ero-sennin. El pequeño temblaba cada vez menos, el calor del chakra de Itachi lo relajaba bastante, ya más tranquilo levantó el rostro con sus grandes gemas aguadas -gracias por estar conmigo y no dejarme como prometiste -Itachi con una de sus manos tomó su mejilla con la palma, usaba el dedo pulgar para acariciar su marquitas mientras lo observaba atentamente, unió su frente a la del rubio quien abrió sus gemas bastante sorprendido por la cercanía -te lo prometí ¿no es así?-

Naruto lo veía con cuidado, un gran sonrojo se posó en sus mejillas, podía sentir el aliento del azabache, un deseo enorme de ser besado por este Uchiha había nacido en él, se sonrojó aún más por sus pensamientos, cerró sus ojos disfrutando su proximidad, tomó la mano del mayor en su rostro con cariño. Itachi lo observaba con detalle, besó su nariz un poco, se separó lentamente, el rubio sonrió tímido cuando abrió los ojos -vayamos a ver a Jiraiya-sama al hospital, ¿te parece? -el pequeño asintió aún en shock, salió detrás del azabache observando su masculina figura con un sonrojo por verlo de esa manera, corrió con velocidad trás de él, su mano sostuvo su chaleco anbu con fuerza, no queriendo separarse del mayor. Itachi sonrió un poco por esa acción, ambos continuaron su camino.

Al llegar al hospital el Uzumaki soltó su chaleco con algo de vergüenza, el anbu se escondió en las esquinas mientras el rubio llegaba a la que es su habitación, abrió la puerta asomando su rostro con cuidado, la rubia anotaba los signos vitales del sannin, lo observó y sonrió asintiendo, Naruto sonrió con lágrimas en sus ojos, tomó la única mano del sannin con velocidad colocándose a su lado, la colocó en su rostro y lloró sobre ella a su lado -gracias abuela, gracias -la Hokage acarició su cabeza -si está vivo es porque lo trajiste a tiempo, gracias a ti por regresarlo a nosotros -el pequeño sonrió, no se separaría de su lado.

Amor inocente (Itanaru)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora