Epílogo

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Escribi esto con Willow de Taylor Swift de fondo, asi que les recomiendo escucharlo mientras lean el capitulo...









La ansiedad me consumía entera.

¿Estoy lista? ¿O no? ¿nos apuramos mucho? ¿O no? ¿Le gustará como luzco? ¿Me apoyaría si le digo que me tome de la mano y corramos lejos? Sí, Él lo haría... ¿me estoy volviendo loca?

— Estas preciosa.— me volteé hacia Katy.— deja de pensarlo demasiado y solo hazlo.

— Katy tiene razón.— Cheryl me dio una sonrisa, podía ver el orgullo en sus ojos y eso quería hacerme llorar.— a veces se te escapan momentos increíbles por tomar decisiones apresuradas.— dio una leve mirada hacia Katy, ella evitó sus ojos y tomó la corona con el velo de la cama.

— Ven, solo te falta esto.— me volteé hacia el espejo nuevamente y la vi intentar colocarme el velo, Katy era pequeñita así que Cheryl le acercó la escalera.

Hace unos días ala pelirroja y yo tuvimos una charla acerca de Katy, me dijo que tenia una pareja para hoy y que no sabia como actuar, seria la primera vez que la vería con alguien mientras sentía atracción por ella.

Si, atracción, Cheryl decía que no estaba enamorada, eso decía... Toni se ofreció a ser su cita para no dejarla sola, Cher se había sonrojado y yo solo me las quedé viendo.

¿Cómo y cuándo habíamos cambiado tanto? Mirando en retrospectiva me parecía absurdo el presente en el que vivíamos. Agradecía no ser más esa chica que mendigaba amor en lugares donde no me lo podían dar. Agradecía tener ahora a alguien que me complemente. Jughead era eso. Estaba allí siempre para mí, pero también sabía que yo podía sola y aún así, decidió quedarse.

— Deja de pensar, estas a punto de arruinar tu maquillaje.— mi madre me regañó.

— Dios, no puedo creer que te estés a punto de casar con el vagabundo ese y estés derramando lágrimas de felicidad y no de tristeza.— Cheryl negó con la cabeza fingiendo decepción, mi madre, Katy y yo reímos.

La pelirroja camino hacia mí y me abrazó por detrás.

— Te adoro, Cher.— tomé su mano y la enlacé con la mía.

— También te adoro, Vero.

La ansiedad se había ido, en su lugar, terminamos destapando una botella de vino burbujeante y entre chistes, risas y juegos extraños, terminamos de prepararnos. Las tres, Cheryl, Hermione y Katy eran mis damas de honor y no podía estar más orgullosa de ello.

— ¿Y Levana?— pregunté a mi madre.

— Está en el parque del lago con Maddy.— sonrió, sonreí también, sabía que ambas estaban en buenas manos.

Llegando la hora me sentía tan lista como se podía y aun más, no podía esperar a verlo parado esperando por mi. Nos casábamos en la cabaña de Greendale, no como cualquier otra ceremonia, era una unión distinta, una unión entre él y yo, ningún tercero, sólo él y yo confesándonos nuestros sentimientos el uno al otro y jurándonos amor eterno.

Recuerdo que el padre al principio no quería celebrar la ceremonia fuera de la iglesia pero terminó accediendo cuando se acordó que también había celebrado la misa de mi confirmación. Sumando todo eso, esto se sentía tan íntimo, tan mío y tan suyo.

Cheryl se encargo de toda la decoración con... Betty, sí Betty. La invitación fue enviada para ella, era la madre de Maddy, la hija del hombre que amaba, y lo amaba con todo lo que él era y tenía. Mandé la invitación, a diferencia de ella en su momento, con ningún tipo de malicia. Y a cambio recibí una carta con lo siguiente escrito:

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