Capítulo 15

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Jennie era una obra de arte.

Lisa decidió eso mientras ella estaba pintando la chica más pequeña. Cada pincelada, cada uno de los detalles sobre el lienzo contribuyó a que fuera su creación favorita. Aunque había algo acerca de la Jennie de verdad. Algo que Lisa no podía capturar con un pincel.

Pero trató lo mejor que pudo. Porque Jennie merecía ser inmortalizada. Ya fuera a través de la pintura, o por escrito, o en algún otro arte, la chica tenía que ser recordada.

Era la mitad del día, lo que significa que el sol estaba alto en el cielo y enviaba rayos de luz por la ventana y hacía parecer como si Jennie estuviera brillando.
                   
Sin embargo, había una parte de la pintura en que Lisa se centró más. Los ojos de Jennie.
                   
Los ojos café de la chica más pequeña eran tan expresivos. Lisa no sabía que los ojos de alguien pudieran contener tanta emoción hasta que conoció a Jennie. Cada vez que veía los orbes café de su esposa, se encontraba con consuelo y adoración.
                  
Así que Lisa pasó tiempo extra en los ojos de Jennie, mezclando varios tonos de marrón y haciendo todo lo posible para capturar su profundidad. Se inclinó tan cerca del lienzo que su nariz casi tocaba el material. Usando pequeños trazos de su pincel, alzaba la mirada cada pocos minutos para estudiar los ojos de Jennie antes de volver su atención de nuevo a su pintura.

Cuando finalmente logró crear el tono perfecto de color marrón, Lisa comenzó a añadir los detalles más pequeños. Las arrugas alrededor de los ojos de Jennie cuando sonreía, la forma específica de sus labios, los pequeños mechones de cabello que caían sobre sus hombros. Con cada pincelazo, la pintura se hacía más y más definida.
                   
Ella tenía la pintura casi terminada cuando su teléfono sonó en la mesa entre ellas. Jennie se inclinó hacia adelante para agarrarlo, frunciendo el ceño.

—Es Hyuna—asintió suavemente y levantó el teléfono. Lisa hizo un gesto para que respondiera, dejando su pincel y secándose las manos en sus pantalones. Jennie se llevó el teléfono a la oreja.

—¿Hola?—la pequeña chica inclinó la cabeza hacia un lado. Lisa estaba tan ocupada analizando su pintura que no se dio cuenta de que los ojos de Jennie se abrieron unos momentos después.

—Lo tengo—Jennie asintió rápidamente. Dejó el teléfono de nuevo y saltó del taburete, luchando por volver a ponerse sus leggings bajo su suéter largo. Fue entonces cuando Lisa se dio la vuelta y levantó una ceja.

—¿Qué estás haciendo? ¿Qué te dijo?—preguntó Lisa confundida. Jennie negó con la cabeza y agarró su chaqueta de la esquina de la habitación.

—Tenemos que irnos—Jennie se mordió el labio con nerviosismo y miró a Lisa—Ella dice que hay una emergencia. Necesita a alguien que cuide de Lucas.

—Espera, ¿qué?—los ojos de Lisa se agrandaron. Jennie la tomó de la mano, sacándola de la habitación y hacia la puerta principal. Lisa rápidamente se dio cuenta de lo que estaba pasando, apresurándose a ponerse los zapatos antes de salir corriendo al auto detrás de Jennie.

—¿Dijo algo más?—Lisa se mordió el labio. Jennie se sentó en el asiento del pasajero junto a ella, golpeando con el pie ansiosamente mientras Lisa salía rápidamente de su corta entrada y se alejaba por la carretera.

—No—murmuró Jennie, sacudiendo la cabeza—Estoy preocupada—se pasó una mano por el cabello y se volvió hacia Lisa, sus ojos café buscando algún tipo de consuelo.

—Está bien—Lisa tomó rápidamente su mano y la apretó—Voy a llegar allí tan rápido como nos sea posible, ¿sí?—hizo un giro brusco, conduciendo un poco más rápido de lo habitual para llevarlas a su destino más rápido.
              
Jennie golpeteó su pie con impaciencia durante todo el viaje, por los muchos escenarios posibles que estaban en su mente. En el segundo en que el auto se detuvo delante de la casa, Jennie prácticamente saltó de su asiento y corrió a la puerta principal. Lisa la siguió de cerca.

Green (Jenlisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora