Jimin se encontraba a solas sentado en el suelo de habitación de la casa, aún esposado de manos y ahora con una cadena atada a su pie derecho que se encontraba a su vez atada a una de las patas de la cama de la habitación.
Parecía que se encontraba en un cuarto de invitados. No era una habitación tan grande considerando el tamaño de la casa, era normal, y al menos más grande que la de su departamento.
El empapelado era blanco con detalles dorados que a simple vista parecían formar la flor de lis, aunque solo eran líneas irregulares. La cama de una plaza se encontraba tendida con un acolchado con los mismos colores, la almohada era blanca y las patas de la cama doradas. El suelo era de madera color café claro.
Había una pequeña mesa de noche de mármol blanco con una lámpara que también que hacía juego con el pequeño y no extravagante candelabro del techo. Por último junto a la puerta había un espejo de cuerpo completo con un marco también dorado y una cómoda de madera con seis cajones; tres derechos y tres izquierdos uno sobre el otro.
Al fondo, en la pared que enfrentaba la cama, había una puerta de madera que guiaba al invitado a un pequeño baño privado.Parecía antigua, era bonita, aunque seguramente la disfrutaría más si no tendría su movilidad limitada ni unos asesinos rondando por la casa.
Park estaba más tranquilo que hace unas horas, pero aún así seguía pensando en lo que había pasado en el estudio del hombre de traje. Ese tal Odio había disparado al viejo que había conocido esa misma tarde y no parecía tener remordimientos en lo más mínimo. Su mirada permaneció relajada como si el señor Choi solo hubiese decidido dormir una corta siesta. El causar una muerte parecía algo completamente normal para él.
Jimin había visto cadaveres múltiples veces a causa de su trabajo en escenas del crimen o fotografías en algunos archivos. Pensaba que estaba acostumbrado, pero el trabajo en la oficina o un cuerpo que se encontraba en ya descomposición no era lo mismo que haber visto a un hombre apuntar a otro y quitarle la vida como si nada, y más si la sangre ajena había llegado a salpicarlo. Normalmente el solo veía los cadaveres si la situación lo ameritaba, pero no los tocaba o interactuaba tan de cerca con ellos; eso era labor de los trabajadores del departamento de autopsia del mismo edificio. Él solo investigaba la situación tras ese asesinato.
En este momento intentaba comprender que estaba pasando. No sabía si se trataba de asesinos en serie, narcotraficantes, secuestradores o de los mismísimos Cosa Nostra. Aún necesitaba más datos para llegar a una conclusión.Observó su ropa. Había sangre seca en su camisa, rostro y un poco en su pantalón. No sabía si el que no fuese suya lo tranquilizaba o alteraba aún más.
De repente oyó pasos acercarse a la habitación y luego la llave de la puerta siendo introducida a la cerradura para abrir, puesto que también lo habían encerrado en caso de que llegara a liberarse. La misma se abrió y dos hombres de traje aparecieron; los mismos que se encontraban con él y el señor Choi en el auto.
Uno de ellos se puso de cuclillas en el suelo y con ayuda de otra llave retiró la esclava que retenía su pie derecho a la cadena. El otro hombre lo sostuvo de las esposas tras su espalda y de un tirón lo obligó a ponerse de pie. Sin soltarlo lo guió nuevamente al estudio de Odio, que luego de dos golpes abrió sus puertas.Jungkook se encontraba sentado tras su escritorio fumando un cigarrillo de tabaco y formando una leve nube de humo en el lugar, aunque esta vez con otro hombre de cabello castaño oscuro y ondulado sentado sobre sus piernas. La cintura de Taehyung era rodeada con posesión por el brazo libre de su esposo.
Cuando Park fue guiado al sillón marrón y obligado a sentarse, Obsesión se levantó del regazo de su marido y abandonó la habitación con total tranquilidad, como si no hubiera acabado una sesión de sexo en el estudio minutos antes, pero no sin darle un rápido vistazo al rubio. Odio por su parte quitó el cigarrillo de su boca y presionó el extremo encendido contra el material del cenicero en su escritorio para apagarlo y desecharlo.
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El beso de la Mafia
FanfictionDos años después de la desaparición de su compañero el detective Park Jimin decide tomar el caso para investigar desde cerca, pero no contaba con que sería tomado como prisionero del jefe de los Cosa Nostra; un demente llamado Jeon Jungkook que esco...