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         Un ensordecedor grito de desesperación seguido de dos disparos fue lo que logró que Mingyu levantara la mirada de su montón de billetes. El jefe de los 'Ndrangheta se encontraba en su despacho contando la gran cantidad de dinero en efectivo recaudado por la venta semanal de narcoticos mientras bebía a sorbos pequeños de su vaso de whisky. Aquel grito de voz masculina hizo que se levantara maldiciendo ante la distracción y saliera del lugar para caminar por los largos pasillos en dirección a donde los mismos provenían. Tan solo rodó los ojos cuando sin siquiera inmutarse y empujó la puerta (al final del mismo) que estaba tan solo apoyada.
En el interior de la habitación oscura y vacía alumbrada tan solo por un foco de luz fría se encontraba uno de los hombres 'Ndrangheta de pie; Taehyung estaba montado en su espalda mientras mordía su oreja con fuerza al punto de hacerla sangrar con exageración. El hombre gritaba con desesperación ante el gran dolor que le causaba la dentadura del chico ejerciendo presión sobre su piel.
Kim terminó por morder con tal fuerza que le arrancó la oreja, sosteniéndola entre sus dientes como si se tratara de un perro con un mísero juguete. El sujeto dio un grito más al mismo tiempo que tiraba manotazos para intentar golpear al chico, pero este último optó por ser más rápido, posar sus manos en cabeza y mentón y darle un movimiento rápido que la doblaría hacia uno de los lados, crujiéndole el cuello y afectando los accidentes anatómicos y vasos de la zona que transportaban sangre a su cerebro, causándole una muerte instantánea. El hombre cae muerto en el suelo, hacia adelante, y Kim separa las piernas para caer sobre ellas soportando el peso sobre sus propios muslos y cayendo de pie.
Su mirada furiosa se conecta con la relajada de Mingyu en el momento que escupe la oreja hacia uno de los lados. Su boca y dientes se encuentran llenos de la sangre ajena al igual que sus puños apretados a los lados de su cuerpo, sobrepasando apenas su pelvis. El sujeto había sido torturado, arañado y mordido por el joven Cosa Nostra cuando había intentado llevarle algo de comer.
El jefe 'Ndrangheta lo mira serio, escondiendo sus manos tras su propia espalda.

—Es el tercer guardia que matas en dos días —informa inexpresivo— ¿Hasta cuando vas a seguir siendo tan necio?

—Hasta que me dejes ir. —le responde Taehyung furioso y cortante. Comienza a caminar de un lado a otro cual un león enjaulado, aún con la guardia en alto por la indeseada presencia del 'Ndrangheta. La distancia recorrida es escasa a causa de una cadena unida a su pie derecho mediante una esclava la cual emite un sonido metálico al ser arrastrada por el suelo.

—Pues no te dejare ir. —se encoge de hombros.

—Entonces hasta que Odio venga por mí y te asesine. —protesta con enfado, deteniéndose en el lugar, apenas a unos metros de distancia del hombre.

—Han pasado tres días y aún no hay noticias de él. ¿Realmente crees que vendrá por ti? —sonríe de lado, burlón. El contrario imita el gesto con superioridad.

—Créeme. Si hay algo de lo que estoy seguro es que Odio no me dejaría, ¡y si tú crees que está inactivo es porque definitivamente viene por ti! —protesta nuevamente.

—Ojalá así sea. Soy difícil de encontrar, pero sinceramente estoy esperando que venga por ti para encargarme de él —confiesa—. Eres el cebo —posa sus ojos sobre el cadaver y luego en los dos disparos marcados en la pared previamente accionados por el trabajador los cuales no habían alcanzado al chico—. Bueno, un cebo difícil de manejar, pero un cebo al fin y al cabo.

—No me importa. Tampoco me interesa lo que hagas conmigo. Incluso si muero sé que mi esposo encontrará la forma de matarte y eliminar a toda tu asquerosa mafia de una vez por todas.

El beso de la MafiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora