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     Esa misma tarde, poco antes de que comenzara a anochecer, Jimin acabó con sus tareas en el laboratorio. Se mantuvo muy callado luego del comentario de Namjoon, llegando a preguntarse a sí mismo si le estaba diciendo la verdad o si simplemente se reía de él.
Destrucción por su parte también tenía muchas preguntas sobre lo que Odio intentaba hacer y eso lo mantenía inquieto. Con él jamás se sabía.

    El detective volvió a ingresar a la casa por la puerta trasera en la sala del fondo, la cual comunicaba con el jardín. Los grandes ventanales mostraban un atardecer limpio y colorido y un aparente futuro cielo estrellado. A su lado estaban los tres hombres que siempre lo escoltaban a todos lados. Bogum lo tomó por la espalda y lo empujó levemente indicándole que avanzara en dirección al pasillo para que cuando llegara pudiera quitarle las esposas y dejarlo en su habitación, pero en el trayecto pasaron frente a la puerta principal la cual fue abierta dejando ver a Obsesión vistiendo un conjunto blanco de Chanel el cual constaba de un saco largo hasta las rodillas con bolsillos, unos pantalones de vestir y zapatos de mismo color. Sobre su cabeza una boina blanca. De sus orejas colgaban aros con el logo de la marca y en sus manos tenía múltiples anillos con grandes piedras de colores tales como naranja, rojo y verde, y claro, su sortija de matrimonio en el dedo anular de su mano izquierda. Cruzando su torso de manera trasversal la cadena dorada de un pequeño bolso de cuero blanco en el que debido al tamaño probablemente solo guardaba su teléfono y dinero. También tenía un ligero toque de sombra de ojos café tan sutil que apenas se notaba.
A su lado lo acompañaban dos hombres de negro, quienes eran trabajadores de Odio encargados de cuidar de él.
   Los tres hombres a mayor altura como consecuencia del desnivel que era más alto hacia la puerta por la presencia de dos pequeños escalones.

Cuando Jimin aprecio en el campo visual del chico este sonrió de inmediato quizá con un poco de timidez, pero cuando estuvo a punto de decir algo fue interrumpido por Bogum:

—Bienvenido a casa, señor Obsesión. Permítame decirle que se ve radiante y con un atuendo espectacular. —alagó, sincero y con un brillo en sus ojos, ganándose la mirada de Kim y luego una sonrisa cuadrada por su parte.

—Te lo agradezco mucho, Ocho —asintió con la cabeza—. Que lindo de tu parte.

Bogum hizo una pequeña reverencia ante la figura de autoridad, intentando esconder el sonrojo en sus mejillas al ver la sonrisa que había causado en Taehyung. Este último devolvió su mirada hacia Jimin, el cual observaba la reacción de Número Ocho atentamente junto con los otros hombres de negro que lo miraban con advertencia al notar lo que estaba haciendo. A espaldas de Kim sus guardaespaldas cerraron las puertas y se quedaron de pie a su lado esperando alguna orden.

—Hola, Chaos. —saludó Taehyung con una sonrisa.

Aunque la reacción de Park ante la repentina amabilidad de quien lo había amenazado con una daga en el cuello fue simplemente una ceja levantada y una mirada confusa. El detective miró hacia ambos lados perdido bajo la fija observación de Obsesión.

—¿Es a mí? —preguntó Jimin desconcentrado, señalándose a sí mismo con ambas manos por el limitado movimiento a causa de las esposas.

—Si —confirmó mientras asentía con la cabeza—. ¿Cómo ha estado tu día? ¿Mi esposo te ha dado mucho trabajo?

—Uhm no en realidad. No lo he visto en todo el día. He trabajado con los señores Destrucción y Vida. —explicó.

—Oh, así que has pasado la tarde con mi hermano y mi cuñado —habló mientras bajaba los dos pequeños escalones y se acercaba a los trabajadores para encontrarse a la misma altura, siendo seguido por sus hombres—. ¡Que envidia! —posó la palma de su mano sobre su propia mejilla acunándola y sonrió nuevamente.

El beso de la MafiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora