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   Chaos: Ese sería el sobrenombre de Jimin de ahora en adelante y todo se lo debía a Jungkook.

   Y la peor parte es que el rubio no tenía idea del por qué. ¿Por qué entre todos los apodos del mundo Odio escogió "Chaos" para él?
  Jimin intentaba comprender la razón armando diversas teorías en su cabeza, pero la verdad es que su mente estaba en blanco.
No parecía haber un patrón. Tampoco sabía si serían asignados por las iniciales de sus nombres o apellidos puesto que no conocía sus verdaderas identidades, aunque ni su nombre ni apellido llevaban una letra C.

   Lo único que notó hasta ahora por haber oído "Odio" y "Justicia" era que parecían ser... ¿sentimientos?
   Era obvio que quien estaba a la cabecera de todos era Odio, así que no sería extraño que él fuese quien escogiera los nombres para todos, incluso para su primo.

  La pregunta es ¿Por qué?

   ¿Por qué razón escogería llamarse a sí mismo Odio? ¿Cuál era la razón detrás de eso? ¿Sería la misma razón por la que nombró a su primo como Justicia o a él como Chaos?

   Park tenía muchas preguntas y pocas respuestas.


Luego del interrogatorio de Jeon, Jimin había sido nuevamente arrastrado al lugar donde anteriormente había sido encadenado. Le quitaron las esposas de las manos bajo la amenaza de una pistola para que no intentara nada raro.
  Le dijeron que lo dejarían allí hasta el día siguiente donde volverían a esposarlo hasta que pudiera demostrar que era de confianza, también que debería vestir un traje negro como uniforme al igual que todos los trabajadores del señor Odio.

   Le marcaron que debería estar presentable porque Jeon siempre quería que sus hombres se vean bien, por lo que le indicaron que debía tomar una ducha. Optó por usar la del baño privado de la habitación de huéspedes en la que se quedaría. Para su suerte tenía agua caliente, pero no contaba con shampoo ni acondicionador. Solo una barra de jabón.
   Aunque a Park no le importó. Considerando la situación en la que se encontraba su cabello era lo que menos le importaba. El jabón sería suficiente como para quitarse la sangre seca del cuerpo y para mantener un aroma agradable en él. También le habían dejado un cepillo de dientes y un tubo de pasta sobre el lavamanos.

Luego del baño se secó, tomó su ropa sucia y algo pesado cayó del bolsillo de su pantalón.

Era su teléfono.

Jungkook no había notado que lo traía con él puesto que estaba en su bolsillo trasero.
Jimin sintió su ritmo cardíaco aumentar de repente; si Odio lo veía pensaría que llamó a alguien y estaría en serios problemas. O aún peor: lo revisaría, se daría cuenta que es un detective y lo mataría.

Park intentó acomodar sus ideas rápidamente. Lo primero que hizo fue ir a su lista de contactos y buscar el número de su jefe, agendado como "señor DongYul". Vio la seguidilla de números y los repitió un par de veces en voz baja para intentar memorizarlo. Era la persona en la que más confiaba en el departamento de seguridad y si en algún momento tenía la oportunidad lo llamaría para enviar refuerzos y poder escapar con vida. También para que encarcelen a los delincuentes.
Una vez aprendido el número comenzó a borrar todo lo que había en su teléfono. Contactos, fotografías, música y aplicaciones fueron eliminados. Aunque tuvo la picardía de dejar algunas fotos en las que estuviera solo y archivos irrelevantes para que sea creíble en caso de que Odio lo revisara, pues si estaba vacío sería obvio que había borrado todo.

Tres golpes en la puerta lo sacaron de sus ideas. Levantó la mirada alerta y miró el reloj sobre la mesa de noche. Era la hora de comer.
Jimin arrojó el teléfono debajo de la cama y cuando la puerta fue abierta velozmente él mostró sus palmas mostrando que estaba desarmado. Vio a los tres hombres de negro asistentes de Jungkook, dos de ellos apuntándole con un arma desde el marco de la puerta mientras el otro entraba y dejaba un plato de comida y una botella de agua sobre el mueble de madera contra la pared.

El beso de la MafiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora