- Bueno querida, si me disculpas iré a descansar - anuncia Octavia colocando una taza de té encima de una de las mesitas de mi habitación.
El día había pasado sin mayores preámbulos, la lluvia parecía haber esperado a que termine de desayunar para comenzar a caer. Octavia me había deleitado con su compañía la cual agradecía profundamente, no conversamos de nada demasiado importante, sino de cosas vanas.
No había vuelto a ver al príncipe lo cual me tranquilizaba, aún recordaba a la perfección la manera en que sus ojos se habían deslizado por mi cuerpo desnudo. Para mi suerte él había actuado con un mínimo de respeto, tapado sus ojos y retirado cuando se lo pedí.
Ni en un millón de años habría pensado que invadiría mi privacidad de tal manera y aunque no me había animado a preguntarle a Octavia qué hacía él ahí o para que me necesitaba, mis mejillas se incendiaban de vergüenza cada vez que recordaba la humillante escena que me había obligado a pasar.
- Por supuesto Octavia, agradezco tu compañía como no tienes idea - le digo de manera sincera observando la dulce sonrisa que se forma en su rostro.
- No tienes nada que agradecer, es un placer - murmura modesta acomodando sus chistosas gafas redondas por encima de su nariz - Bueno querida, nos vemos mañana - se despide para caminar hasta la puerta y cerrarla tras de sí.
Los truenos y relámpagos seguían cayendo, la lluvia en si parecía no dar tregua ni tener interés alguno en cesar.
Observo el balcón donde las gruesas gotas de agua se deslizan por los cristales, camino hacia este y logro ver como el viento sacude con fiereza los árboles y el exquisito paisaje que había presenciado durante la mañana ahora sólo era una mancha borrosa.La noche era algo tenebrosa y espeluznante en el castillo Moondlitch, el aire algo pesado y con olor a madera vieja. Las vibras se sentían como algo difícil de describir.
Mi cuerpo de a poco comienza a pedir a gritos un descanso, observo el paisaje nocturno y tormentoso por última vez para ir a dormir hasta que un destello inusual llama mi atención.
El brillo que comienza a crecer en el horizonte de repente es cada vez más y más llamativo, una llamarada naranja a lo lejos, si la vista no me fallaba parecía un incendio que había aparecido de la nada en las afueras de Moondlitch.
¿Pero como era posible con la tormenta que sacudía la ciudad? ¿Sería posible que la lluvia no alcanzara esa zona y un incendio estuviera comenzando?
La suerte no siempre se encontraba de mi lado y menos aún la razón, así que antes de ver qué acontecía salgo corriendo con dirección a la puerta de mi habitación.
Mi corazón bombeando rápidamente no me permite pensar que mis pies van descalzos o que el vestido de dormir de seda verde que Octavia me ha dado no es el más adecuado para ir corriendo por allí.Al salir al pasillo no me saluda nada más que el silencio abrumador, los miles de cuadros colgados por las paredes y las luces tenues apenas iluminando.
Debía encontrar a alguien y no importaba a quien, pero si ese fuego se propagaba y llegaba al pueblo, corría peligro de que se expanda y no iba a permitirlo de ninguna manera.Camino rápidamente sintiendo el frío mármol negro bajo mis pies, hay una infinidad de puertas que no me animo a tocar y busco en mi mente el camino que había tomado hacia la salida durante la mañana con Octavia.
Bajo varios escalones que parecen interminables y sigo caminando por varios pasillos hasta que logro llegar a la cocina. Todo se encuentra en penumbras, los cubiertos colgando, el fuego apagado, todo vacío y sin sentido, ya todos habían cenado por lo tanto era de esperarse.
Lo único que se oye son las gruesas gotas de lluvia cayendo al otro lado de la puerta.
Al salir de la cocina se encontraba el jardín real, ¿como había llegado hasta aquí y que había pensado? Ni idea.
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Moondlitch
FantasyEL BRILLO DE LA LUNA RESPLANDECE SOBRE SU ELEGIDA. El suelo Moondlitch está construido sobre manantiales de agua y brillo lunar, nunca nadie ha descubierto la verdad a excepción de historias de magia y fantasía que circulan por el pueblo, nadie hast...