19. Como una nota musical.

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— No puedo creer que me voy a pasar todo el show teniendo que aguantarte.— Marinette se pasó los dedos por la frente en señal de impaciencia.

— Ya dije que no pretendo estar pegado a ti. Con tantas mujeres atractivas por ahí, ¿de verdad crees que voy a caminar en grupo como un rebaño de ovejas?

— Eres sin duda el ser más molesto sobre la faz de la tierra. — gruñio.

— Y tú tampoco te quedas atrás. — Respondió Adrien sosteniendo la barbilla de Marinette e inclinándose hacia su rostro. — No debes fruncir el ceño tanto, tu hermosa carita envejecerá. —  dijo suavemente. Las mejillas de Marinette ardían, ya que estaba avergonzada por el acercamiento repentino del chico.

— N-No me toques g-gato estupido. — Marinette se alejó torpemente, completamente sonrojada. — i-idiota. — Susurró. — e-están... mirando.

— ¿quien esta viendo?

— ¿eh? Los... — Marinette se giró hacia donde estaban sus amigas hace unos minutos. — Oye, entraron sin nosotros.— se dio cuenta extrañamente.

— Es tu culpa — gruñó Adrien, cruzando los brazos sobre el pecho.

— ¿Cómo es esto mi culpa? — Preguntó Marinette irritada por la arrogancia del chico. Siempre fue sorprendente cómo Adrien pudo hacer que la Dupain tuviera cambios de humor tan opuestos en tan poco tiempo.

—  Si no hablaras tanto no nos hubiésemos separado de ellos.

— Y si no hubieras dicho tonterías de que Luka es mi novio no hubiera hablado tanto.

— ¿Y me equivoco? — preguntó, sin molestarse en ocultar su ira. Adrien se fue dando cuenta de que odiaba cada vez más al Couffainer al escuchar su nombre tantas veces pronunciado de la boca de aquella provocativa mestiza.

— Por supuesto que te equivocaste.

— ¿Por qué un chico te daría boletos VIP y te invitaría a su cabina si ustedes dos no tienen nada que ver el uno con el otro?

— Porque es un buen amigo. — lo aclaro con total honestidad.

— Bueno, déjame decirte algo nuevo princesa: tu precioso amiguito quiere follarte. —dijo susurrando mientras hacia un gesto con sus dedos indicando sexo.

— Que solo pienses en la perversión no significa que todo el mundo sea tan repugnante como tú.

— No me veo tan asqueroso cuando hago que te corras, ¿verdad?

—  e-estúpido.

— Arf, a veces me cansas. — Dijo el chico luego de un profundo suspiro, pasándose la mano por el cuello mientras inclinaba la cabeza hacia atrás mirando hacia arriba.

Por lo general, era un gesto que indicaba que alguien estaba pensando, pero Marinette tuvo la sensación de que, en el caso de Adrien, en realidad parecía frustración. Había algo en su actitud desde el comienzo de la noche que sonaba irritado, como si se obligara a sí mismo a estar allí, el punto era que, para Marinette, no tenía ninguna razón para estar allí. Y si Adrien era honesto consigo mismo, ni siquiera él entendía por qué.

No era particularmente alguien a quien le gustara su música, no conocía muy bien a la banda de Luka, y ciertamente... no le gustaba el Couffainer. Todo indicaba que lo mejor sería pasar la noche encerrado en su habitación o en una discoteca donde acabaría en la cama con alguna mujer caliente.

En cambio, él estaba en la puerta de un concierto de una banda que no le gustaba, solo porque no pudo resistir la idea de pensar en Marinette en una fiesta. Adrián suspiró. Estaba harto de la inquietud que ella le provocaba.

|+18| Je déteste t'aimer ! - AdrienetteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora