28. Entre líneas

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Adrien gimió cuando las uñas de Marinette le arañaron su espalda. Estar dentro de ella era un sensación divino.

— ah! Increíble mylady. — gemió.

— me gustas Adrien, ah, ah!

[ Si no digo nada ahora... podría convertirme en alguien a quien amaba en el pasado. ]

— hey milady, sobre no tener una relación seria.... deberíamos cambiar eso? — dijo mirándola.

Marinette no dijo nada, no se movió, demasiado aturdida por las palabras del rubio para darle a su boca la orden que necesitaba para responder. Ella estaba tratando de decidir si había oído bien o si su mente apasionada estaba empezando a jugar una mala pasada.

— E-Espere. ¿Qué? — logró decir, parpadeando como si ya no supiera las órdenes faciales en su rostro.

Sin contemplaciones, Adrien la sacó de debajo de él, sentándola encima de él y cerrando sus brazos alrededor de ella. Apoyó la cara en el pecho de la fémina, su cálido aliento haciéndola temblar.

El modelo besó su pecho, rozó con sus labios la suave piel de la chica. La fémina medio china levantó las manos y las pasó por el cabello dorado del varón, echando su cuerpo hacia atrás dándole a Adrien más espacio para tocarla más fácilmente.

— Adrien... A-Ah!

— Odio que Luka te haya besado. — Comenzó Adrien, mirándola como si recordar eso lo molestara. — Odio que Natanhiel esté coqueteando contigo. Odio la idea de que cualquier otro hombre sepa lo sexy que eres... — Adrien volvió a entrar lentamente en ella. — Urg! Te quiero toda para mí. Sea mi novia, princesa.

Él se movió dentro de ella, su polla penetrando profundamente dentro de ella. Mientras la penetraba pensó en todas las formas en que podría devorarla. Quería acostarla, chuparla, correr en su cara. Pero él no quería hacer ningún movimiento que pudiera asustarla.

Esto no era solo sexo. Estaban haciendo el amor. Era solo la segunda vez que estaba dentro de ella, pero ya estaba conociendo todos sus puntos sensibles. Y ya sabía la adorable expresión que hizo cuando estaba a punto de correrse. Y así lo hizo. Estremecimiento al llegar al clímax.

— si hubiera sabido que serías tan sexy te habría pedido que salieras con migo antes.

— E-eso, lo hablas en serio?

— ¿Te parece que estoy bromeando?

— Yo... bueno... — ella se aclaró la garganta. — No quiero que te quedes conmigo solo por razones superficiales.— dijo, retorciéndose las manos.

— ¿ razones superficiales? — Adrien repitió la frase divertido y tratando de no sentirse ofendido porque no podía culparla después de todo. — Escuchaste lo que te dije? Yo te quiero. Cada momento. Pienso en ti todo el tiempo desde nuestro primer beso. Te quiero, Marinette.

— ¿A pesar de que soy una mariquita, estorba, torpe y molesto?

— Jajaja, principalmente porque eres una mariquita torpe y molesta. — él sostuvo su rostro entre sus manos. — Pero es mi mariquita torpe y molesta.

Él la besó de nuevo, acariciando su cabello.

— Oh, no puedo controlarme contigo a mi alrededor.  — él susurró. — Aún no ha oscurecido y ya tengo una erección por segunda vez consecutiva. — bromeó.

Marinette se debatía entre sonreír o sentirse avergonzada, pero luego se dio cuenta de que tenía muchas más razones para estar avergonzada, después de todo, realmente estaba teniendo sexo a plena luz del día.

|+18| Je déteste t'aimer ! - AdrienetteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora