Lluvia

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El coche estaba en silencio. Nadie hablaba y NamJoon sólo miraba por la ventana mientras su novio conducía. «Una cita», aquellas palabras se repetían en su mente y lo hacían sonreír, pero él trataba de mostrarlo tanto. Miró por un momento a SeokJin y luego regresó su mirada a los coches que pasaban por su lado. A veces se preguntaba el por qué seguía el juego del chico a su lado. Él no ganaba nada, pero no había vuelta atrás. Había aceptado ayudar a saber lo que era estar enamorado y, tal vez, él también debería dejarse llevar y olvidar que todo era una farsa que terminaría en unos meses. Dejando todos esos pensamientos a un lado, decidió encender la radio. Un poco de música quizá podría ayudar a que iniciaran una conversación, pero SeokJin parecía estar realmente enfocado en el camino a su destino.

— ¿Y a donde iremos? — decidió preguntar el moreno.

— A una cita — respondió SeokJin.

— Eso lo sé, pero ¿en dónde?

— Ya casi llegamos.

NamJoon soltó aire por la boca con resignación y siguió mirando por la ventana. Ese camino lo conocía. sonrió. «¿Será que iremos al parque ecológico?», se preguntó NamJoon en silencio. No había ningún otro lugar cerca en donde podrían tener una cita más que el parque. Cuando el coche dio vuelta a la derecha, el moreno supo que estaba en lo cierto, su cita sería en aquel parque que tanto le gustaba visitar cuando tenía tiempo libre. Realmente, su novio se había tomado el tiempo de escoger un lugar hermoso para pasar la tarde. El parque lo tenía todo: restaurante, diferentes áreas para visitar con diferentes ecosistemas y alguno que otro animal libre al que se podía alimentar y acariciar.

— Llegamos — anunció el mayor.

— ¿Nuestra cita será aquí? — preguntó el moreno, viendo asentir a su novio.

— Sí. Pensé en este lugar porque te gustan muchos las plantas y creí que sería lindo venir contigo —explicó SeokJin —, pero si no te gusta, podemos ir a otro lugar.

NamJoon negó con una sonrisa en los labios — Me gusta este lugar. Es perfecto para tener nuestra cita.

Ambos salieron del auto y caminaron hasta la entrada. SeokJin se ofreció a pagar los boletos, pero NamJoon se le adelantó. Ya teniendo los boletos en sus manos, se adentraron al parque en donde el moreno se ofreció como guía, haciendo reír tiernamente a su novio, quien asintió con una sonrisa en los labios. El lugar era enorme. SeokJin nunca había tenido la oportunidad de visitarlo como ahora. Recuerda que, cuando estaba en la secundaria, hicieron una excursión al parque, pero sólo tuvo tiempo de visitar el área de las orquídeas y parte del ecosistema templado. Esperaba poder ver más que en ese entonces y disfrutarlo con su novio.

SeokJin escuchaba atentamente lo que NamJoon le iba diciendo sobre algunas plantas que estaban en el camino. Era bastante interesante cómo su novio hablaba de ellas con tanta emoción, eso lo hizo sonreír aun más. Había escogido el lugar perfecto, pero aún faltaba algo, y eso era ser un novio de verdad y no sólo de palabra, así que, soltó un suspiro y se acercó a NamJoon y le tomó la mano, sorprendiéndolo por dicha acción. El menor no estaba seguro si debía soltarla o sostenerla con fuerza. Al ver que SeokJin lo miraba con un leve sonrojo, supo que no debía soltarla y, entonces, entrelazó sus dedos con los de él. Así comenzaba una verdadera cita de unos verdaderos novios. Al parecer de SeokJin, sus manos encajaban perfectamente con los de NamJoon. Sus manos eran cálidas y suaves. Le gustaba esa sensación, aunque con el paso de los minutos comenzó a preocuparse por el sudor que comenzaba a generar su mano, seguro eso le molestaría a su novio, así que decidió soltarlo. Esa acción hizo que NamJoon lo mirara con cierta preocupación. ¿Lo había hecho mal?

— Yo... — empezó el castaño — Me está sudando la mano y no quiero que te incomode eso — dijo limpiando el sudor de su mano en su pantalón con cierta vergüenza.

Lo que es el amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora