Enojado

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El tiempo parecía haberse detenido. Los minutos parecían horas y SeokJin sólo quería llegar a su casa a dormir. Su vuelo de regreso a casa se había atrasado debido a la fuerte lluvia y apenas llegó a tomar un baño y alistarse para acompañar a su padre a la empresa. Días antes de su viaje, su padre le había dicho que quería enseñarle sus próximas responsabilidades como aprendiz a director de la empresa y SeokJin no se opuso a eso debido a que estaba dentro del trato que habían hecho antes de que empezara la universidad. Camino a la empresa, el mayor de los Jeon se puso a pensar sobre todo lo acordado para que pudiera estudiar Psicología sin ninguna oposición por parte de sus padres. En tan poco tiempo procesando toda la información dicha aquel día, se dio cuenta que, definitivamente, el aún tenía todas las perder. SeokJin sólo consiguió una cosa para sí mismo, mientras que sus padres consiguieron lo que querían que su hijo mayor hiciera. No se había dado cuenta hasta ese momento que salió del auto, que él había perdido. Al final, él se haría cargo de la empresa que su abuelo y su padre lograron construir con mucho esfuerzo, y eso era todo lo que no quería hacer. Aceptaba el hecho de que gracias a esa compañía él estaba lleno de privilegios, pero estar al mando de todas esas personas y ser responsable de tantos proyectos, lo mareaba.

Al salir del auto de su padre, miró el edificio de cristal. Cuando era niño juraba que llegaba hasta el cielo, como un rascacielos, sin embargo, ahora veía que no era así, pero aún le temía. Temía arruinar todo lo que su familia logró para estar donde está. Tenía miedo de ser la decepción, pero ya no había vuelta atrás. Él había dado su palabra y no pensaba echarse para atrás. Ya no podía. Caminó detrás de su padre quien, se veía increíblemente poderoso con toda esa seguridad que mostraba. Esa era una de las tantas cosas que le asombraba a SeokJin de su padre. Él quería tener esa seguridad, quería mostrársela al mundo, pero ni siquiera estaba seguro de sus propias decisiones, así que, sabía que aún le faltaba mucho por aprender. Al entrar a la empresa, todos los empleados se detuvieron a saludar a su padre con respeto y los escoltas se quedaron en la entrada.

Después de tres tortuosas horas en la oficina aprendiendo diversas actividades que su padre realizaba y que próximamente él haría, se dirigió a la universidad. SeokJin se preguntó seriamente si era necesario asistir a sus clases, pero tenía que entregar un trabajo para su clase de la 1 de la tarde y le había prometido a Jimin que almorzarían juntos y le contaría de su viaje. Sabía que no había mucho que decir. Se tomaron de las manos y hubo un par de besos, pero la mayor parte del tiempo estuvieron entretenidos en las actividades que NamJoon había planeado para los dos días que estarían juntos. Y la única noche que compartieron sólo durmieron por lo cansados que llegaron al hotel. El viaje fue para conocerse más y lograr que el mayor tuviera una experiencia diferente a las que tenía. Lo único que pensó que podría sorprender a su amigo fue cuando NamJoon apartó a SeokJin del beso que comenzaba a subir de tono. Podría decirse que fue lo más lejos que llegaron estando solos. Pero es no le importó mucho al mayor, pues los recuerdos que había creado eran aún mejores porque los compartía con su novio.

— ¿Sabes? NamJoon me cae bien — aseguró Jimin mientras bebía de su té frutal —. Me gusta la forma en la que te cuida. No cualquiera se hubiera detenido. En este mundo hay muchas personas que sólo buscan un acostón y ya, sobretodo si es alguien como tú. Así que lo apruebo.

— ¿Alguien como yo? — preguntó un tanto confundido y algo indignado el mayor.

— Eres guapo, Jin — lo señaló de pies a cabeza —. Eres increíblemente atractivo y bastante inocente para ciertos aspectos.

— No tengo mucha experiencia en esto.

— ¡Exacto! — exclamó su amigo — Y eso no es malo, sólo que habrá personas que quieran aprovecharse o tal vez no. No lo sé. Sólo me preocupo por ti, así que si tienes alguna duda, ven a mí y yo te ayudaré a lo que necesites — le guiño el ojo y le dio otro sorbo a su bebida.

Lo que es el amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora