Plan

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Era una tarde soleada. A pesar de que el Servicio Meteorológico había pronosticado un día nublado y lluvioso, el clima era cálido y el sol brillaba sin obstáculos. NamJoon había elegido el día perfecto para invitar a SeokJin a una cita, aunque había pensado que su casa sería el lugar adecuado por si llovía. Claramente ya no lo era. Ahora se arrepentía de no haber reservado una mesa en algún restaurante al aire libre, donde pudieran disfrutar de una deliciosa comida rodeados de parpadeantes y flores frescas. Sería un ambiente romántico y tranquilo mientras disfrutan de una deliciosa comida, pero SeokJin estaba a punto de llegar a casa de su novio y no había tiempo para cambiar de planes, pues los sábados la gente solía salir a disfrutar su tiempo libre y era una misión imposible encontrar un restaurante disponible.

Los padres de NamJoon habían salido de viaje, dejándolo a él y a su hermano solos en la enorme casa. Al escuchar el timbre, corrió hacia la puerta principal, emocionado por la visita que esperaba, pues los fines de semana, no había nadie que se encargara de ayudar en la casa. Al abrir la puerta, se encontró con la sonrisa de SeokJin, su novio, que lo esperaba con una bolsa en la mano. NamJoon no perdió un instante en saludar a su novio con un beso suave en los labios antes de invitarlo a entrar. Justo antes de que su novio llegara, le había mandado un mensaje a su hermano para recordarle, o más bien, advertirle que no se atreviera a bajar e interrumpirlos, a lo que su hermano había respondido con un emoji de ojos rodando y otro de pulgar arriba. Él sabía que su hermano estaría ocupado jugando videojuegos en línea con sus amigos, así que no tenía que preocuparse por él a menos que le diera hambre, por lo que se anticipó y le compró una pizza. Lo único que quería era disfrutar del tiempo con SeokJin, sin distracciones ni interrupciones. Así, podrían disfrutar de la compañía mutua y del ambiente íntimo que la tarde les ofrecía.

— Traje vino y botana — le dijo, entregándole la bolsa y mirando a su alrededor.

— No tenías que traer nada — respondió NamJoon, dirigiéndose a la cocina.

— Lo sé — lo siguió SeokJin —, pero no podía llegar con las manos vacías.

— Qué atento de tu parte — se giró y lo besó —. El vino nos vendrá bien. He preparado lasaña.

— ¿Sabes cocinar? ¿No me habías dicho que tenían chef personal o algo así?

— No tenemos chef personal — negó con diversión —. La señora Shin es la que hace la comida. Y le pedí que me diera instrucciones para hacer la lasaña ayer — confesó con vergüenza.

— Lindo — dijo SeokJin, haciendo sonreír a su novio —. ¿Y Taehyung?

— En su habitación — contestó —. No va a bajar a molestarnos. Está jugando con tu hermano y Hana en línea.

— Por eso JungKook estaba gritando tanto — asintió —. Parecía que lo estaban torturando. Ahora entiendo que en realidad lo estaban matando virtualmente — rió.

— Vamos. Ya está todo listo en la mesa.

NamJoon condujo a SeokJin hasta el comedor. La mesa la adornó on un mantel beige y un par de velas. LLa comida ya estaba en la mesa, solo faltaba servir el vino que había traído SeokJin. NamJoon le llenó la copa y le ofreció la silla para que se sentara. Luego sirvió la lasaña y esperó a que SeokJin la probara. Estaba nervioso por su reacción, pues no sabía si le gustaría o tendría que recurrir al plan B de pedir comida a domicilio. Eso arruinaría el romanticismo.

— ¿Y? — preguntó el ojiverde —. ¿Qué te pareció?

— Está riquísima — elogió su novio —. Definitivamente ya puedes casarte.

Ambos se rieron por el comentario y NamJoon se relajó al ver que SeokJin disfrutaba de la comida. Entre risas y una charla amena, terminaron de comer. El postre que había preparado para su cita, o más bien, que había comprado, era pastel de chocolate.Le sirvió una rebanada a SeokJin y este quedó maravillado con el sabor, pues el pastel de chocolate era su favorito. Comieron con calma hasta que no quedó ni una sola migaja en el plato.

Lo que es el amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora