CAPITULO 2

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Escuchando los bellos cantos de los pájaros se acomodó en el sillón frente a la chimenea, ya con el fuego dentro de esta dando su calor a toda la estancia.

Giro su mirada a la ventana empañada de las últimas gotas de lluvia que había caído hace dos días atrás, además de eso había comenzado a hacer frío así que aprovechó de prender la chimenea y sentarse frente al calor del fuego, mientras tomaba una taza de té caliente acompañado con unos bocadillos.

Volvió su vista al fuego mientras sorbia el líquido de la taza, acercó su mano derecha a un pastelito para tomarlo y darle un bocado. Cada bocadillo que había allí era de las recetas de su madre que recordaba y le gustaba preparar, los manjares que su madre hacia eran unos manjares que siempre disfrutaban su padre y ella.

Recordó las tantas veces que su padre alagaba por como cocinaba su madre. Volvió a la realidad al escuchar el golpetear de la puerta principal, sorprendida de que alguien este en medio de la lluvia; se levantó, aunque sin muchas ganas de atender porque estaba disgustado tan bien su paz.

Paso la sala hasta el pequeño pasillo que le llevó directo a la puerta, había unos cuadros en las paredes mostrando algunos paisajes o animales, suspiro frustrado antes de tomar el pomo y girarlo para abrir tan sólo un poco la puerta y asomarse, encontrándose con la persona que hace mucho no veía.

- Gandalf? -

Miro al mago de arriba abajo.

- Cirýe, querida tanto tiempo sin vernos, ¿no nos dejaras pasar?, hemos hecho un viaje muy largo para venir hasta aquí -

Confundida por lo que decía su amigo el gris, abrió del todo la puerta y haciéndose a un lado. Antes de que se diera cuenta una manada de enanos entraron en fila, empapados y dejando barro en el suelo y junto a ellos un pequeñín que no le llevaría más que bajo el hombro.

- Que significa todo esto Gandalf? ¿Porque ahí enanos en mi casa? -

Intentando calmarse para no gritar cerró la puerta una vez el mago entró y caminaron asta parar en la sala donde casi todos se sacaban sus abrigos y botas para dejar frente al fuego a que se secaran.

- Bueno, tú ya deberías saber a qué vamos, ¿no? - fruncido el ceño sin entender la pregunta.

- A que te refieres de que se algo, ¡¡¡lo que nunca entenderé es que demonios asen trece enanos en mi casa!!  - está ves grito llamando la atención de todos, ella los ignoró sólo enfocándose en el mago con los brazos cruzados y una mueca en los labios.

 - Cirýę querida, calma sólo será este día, además...

 - Quien es ella Gandalf? - pregunto uno de los enanos, de cabellos oscuros con varias canas a su alrededor, cejas pobladas y barba no muy larga ni muy corta con varias trenzas en ella, sus ojos eran de un azul profundo.

- Oh, Cirýę, primero te presentaré a la compañía y luego te lo explico - bufo sólo asintiendo mirando a los enanos con odio - Bien, ellos son Bilbo, Gloin, Oin, Ori, Bofur, Bifur, Balin, Nori, Banbur, Dori, Dwalin, Kili, Fili Y de él te debes acordar, ¿no? - Pregunto a la pelinegra quien miraba a todos con una gélida mirada.

- Gandalf, debes de recordar que yo odio a los enanos y si recordara a uno ya lo tendría bajo tierra '- dijo sin pena, todos los enanos le miraron con el ceño fruncido.

- Bueno, él es thorin hijo de Thráin II, nieto de Thrór,, también conocido como Thorin escudo de roble '- Tan rápido se giró que su cuello se escuchó crujir, miro a mago nuevamente, está ves con una mirada tan fría que hasta el propio Gandalf tembló de miedo.

- As traído a la escoria de esa cosa!! ¡¡De aquel que hozo tirarme a patadas de mi hogar, de aquel monstro que sólo pensaba en sus joyas!! Crees que dejaré que el bastardo del nieto de Thrór pise mis terrenos estas muy mal Gandalf!! - el grito que había pegado era tal que hasta los pájaros salieron volando asustados

Nadie hablo, todos estaban en silencio, analizando las palabras de aquella persona desconocidas para ellos, la persona que había hozado hablar mal de su Rey, Thorin escudo de roble de acercó furiosa asta ella quien ni siquiera se movió de su lugar, sólo fue en ese momento que hasta los animales cercanos salieron huyendo con tan solo ere ruido.

Como en cámara lenta el rostro de Cirýę se hizo a un lado y lo que tapaba la mitad de su rostro salió de su lugar, Gandalf no tubo suficiente tiempo para parar el golpe; el tiempo volvió a correr la mano donde tenía el anillo thorin fue suficiente para hacer un corte en la mejilla que dejó caer una gota de sangre por esta misma hasta caer directo al suelo.

- Quien te has creído para hablar así de mi abuelo, debes respetar a tu Rey nun.... - nadie vio el golpe que vino después sólo que Thorin escudo de roble estaba tirado en el suelo con un labio partido y un moretón en la mejilla derecha donde comenzaba a verse.

- Mi Rey? Ja, tú no eres mi Rey y nunca lo serás, ¿crees que me arrodillare ante ti por ser más poderoso que yo?, nunca, tu tan sólo eres un enano más entre nosotros, uno que no vale nada para mí, te crees Rey, pero mírate, as pegado a una mujer, a una mujer inocente a alguien que ha dicho la verdad, serás un pésimo gobernante Escudo de Roble....

Cirýę. (El Hobbit)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora