Cirýę. (El Hobbit)

CAPITULO 12

Examinó la bodega de arriba abajo buscando otra salida que no sea por aquella trampilla, pero un que buscará era la única salida, suspirando retomó el camino hacia los calabozos para informárselo a los demás.

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Sentía sus músculos tensos, todo el cuerpo le dolía no sabría cuánto tiempo estuvo divagando en sus pensamientos sin saber lo que sucedía a su alrededor, lo último que recordó era a ver matado o bueno cortado de un tajo la pierna del desgraciado que le había quitado su preciada mano. Sus sentidos comenzaron a volver de apoco, ¿estaba muerta no? Por qué no tendría que sentir dolor, ni siquiera el duro suelo en la que estaba tirada, le dio un escalofrío cuando escucho ruidos cerca de ella algo o alguien la estaba sacando casi con esfuerzo.

- Esta muy pálida, habrá perdido mucha sangre en el camino- escucho una vos.

- Otra carga por llevar! - Reconocería esa maldita vos en cualquier lugar, entonces si no estaba muerta, seguía con los vivos.

- Cállate Bastardo!!- Gruño molesta habriendo los ojos, volvió a Gruño al sentir la tenue luz en sus ojos, se sentó con todo el esfuerzo algo mareada, la pérdida de sangre fue demasiado para su salud, giro su cabeza como pudo y miro con odio profundo a Thorin, y más lo miraba más lo odiaba, maldito día en que lo conoció hubiera rechazado la oferta de Gandalf y quedarse en casa relajada, sin embargo estaba allí por su estupidez, el mago tenía razón en decirle que no se metiera en problema, pero los problemas siempre llegan a ella sin siquiera ella pensarlo, tanto le odiaba la humanidad para verla sufrir? Realmente le hubiera gustado morir antes de ver la cara odiosa de Escudo de Roble, miro al frente encontrándose al Hobbit quien la veía preocupada, era lindo ver que alguien realmente se preocupara por ella agradeció su amistad con el Hobbit, sonrió al pequeño.

- ¿Hola, mi pequeño amigo- viro a ver en el lugar que estaba y frunció el ceño, conocía el lugar en donde se encontraban- Como llegamos aquí? - Pregunto intentando pararse siendo ayudada de Bilbo, volvió a sonreírle.

- No es momento de Charles debemos irnos ahora, Hobbit llevamos a la salida- hablo Thorin sin despegar su vista de ella, quien lo ignoró mientras se estiraba, sus huesos crujieron al momento, suspiro al ver su mano Derecha, bueno la hora inexistente mano, el vendado era terrible a su vista, su mirada se dirigió al cinturón donde debería estar sus espada, más sólo encontró el vacío, sin ver que los demás se dirigían a otro lugar, volvió a mirar a su alrededor en busca de su preciada espada la que forjó su padre la primera de todas, no podría ser que esos malditos Elfos la tuvieran, no algo tan valioso para ella, maldijo a los cuatros vientos dirigiéndose junto a los demás.

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Frunció el entrecejo al encontrarse en las bóvedas reales, lo malo era que había dos elfos dormidos en la mesa, probablemente borrachos, escucho los murmullos de los enanos.

- Por aquí, vamos- el Hobbit parecía muy apurado.

- No puede ser, estamos en la bodegas- Hablo el Fili.

- Para esto mejor nos hubieras dejado donde estábamos- exclamo Bofur.

- Se lo que estoy haciendo- dijo Bilbo molesto- Por aquí, por aquí...por aquí- los guio hasta un monto de barriles vacíos- Métanse en los barriles- apresuro.

- Te has vuelto loco?, nos encontrarán- casi grito Dwalin al Hobbit.

- No, no que va, lo prometo- miro a los demás- Deben confiar en mi- vio a Thorin con duplica, esperando que le ayudará.

- Hagan lo que dice- Ordenó el líder de la compañía.

- Estas seguro lo que haces Bilbo- la pelirroja se acercó al más pequeño ignorando su estado.

- Muy seguro- al sólo ver trece barriles, la preocupación le llegó y su amiga donde iría.

- Y ahora que hacemos- se asomó Bifur curioso de lo que pasaría seguido de los otros.

- Aguantar la respiración- aseguró.

- Que no respiramos, ¿a qué te refieres? - tal vez no debió preguntar ya que terminaron rodando dentro de los barriles cuenta abajo, y los gritos fueron lo suficiente para despertar a los Elfos.

- Los estirados bienes, debemos irnos- sin gustarle de dejar su espada atrás los dos también cayeron a lo que parecía una caverna, cuando su cuerpo tocó el agua sintió la herida abrirse, aguantando todo lo que podía nado asta uno de los barriles y con su mano sana se sujetó de una de ellas.

- Buen trabajo señor Bolsón- agradeció el líder enano quien parecía preocupado por la pelirroja, sin demostrarlo a los demás- Vamos, venga, vamos- los que iban dentro de los barriles comenzaron a remar como podían con sus manos, hubo alguno que otro choque, pero siguieron.

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Terminaría muriendo de pulmonía si seguía dentro de esas aguas heladas, hace más de pocos minutos vio como los Orcos interrumpía la morada de los Elfos y su pequeña huida fue un caos, terminó con un desastre total, su Chaqueta habría sido saqueada por los Elfos al igual que su chaleco, su bolsa no lo tenía, volvió a maldecir a aquellos estirados, pagarían por todo.