CAPITULO 15

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Era demasiado su risa al ver a los enanos tener que pasar por el retrete para no ser vistos por los mortales, ella tuvo la suerte de pasar por el techo y colarse en una de las habitaciones de la casa del humano, eso sí, el infarto que le da casi a la hija mayor del nombrado

Se había sentado junto a la chimenea, dejando a los enanos y al humano discutir, después de todo era asunto de ellos. Todavía extrañaba sus espadas que los malditos elfos le había quitado, era molesto no tener en sus manos sus armas, pero intentaría encontrar unas nuevas para no tener que meterse en territorio élfico.

- esa es una ballelanza - dirigió su mirada hacia Thorin quien veía por la ventana semi abierta

- Ni que hubieras visto un fantasma - fue la respuesta del hobbit

- Lo ha visto, - hablo esta vez el viejo Balin - La última vez que vimos un arma así, una ciudad estaba en llamas, fue el día que llego el dragón y el día que Smaug destruyo valle Girion señor de la ciudad reunió sus arqueos para maqui a la bestia, pero la piel de un dragón es dura, más dura que la coraza más fuerte, solo una flecha negra disparada desde una ballelanza podría atravesar su piel, pero solo existían unas pocas flechas - se había acercado para ver también por la ventana, sujetando su muñeca en donde debería estar su mano - la existencias se agotaban, cuando Girion se jugó sus última carta - Balin termino de narrar.

- Si ese día los hombres hubieran sido certeros, todo hubiera sido muy distinto - concluyo con pesar Thorin

- NI que hubieras estado allí - el humano se había metido esta vez

- Todos conocemos la historia - contrataco el líder de los enanos.

- Entonces sabrás que Girion lo alcanzó, se soltó una escama del ala izquierda, una flecha más ya hubiera matado al dragón - Bain hijo de Balin había contado serio.

- eso es solo una leyenda, muchacho nada más - risa Dwalin. 

solo ubo una pausa antes de que Thorin se acercara al barquero.

- Aceptaste el dinero, donde la armas - 

Se alejó un poco para poder sentase, había sentido una punzada en su herida que la molesto un poco, siguió con la mirada al humano.

- Mañana comienza los últimos días del otoño - la desesperación en el tono de voz del futuro rey de Erebor la ponía de los nervios.

- El día de Durin es pasado mañana y antes debemos llegar a la montaña - había recordado Balin.

- Y si no llegamos, y si no encontramos la puerta - esta vez desesperado Kili, parecía que no le importaba su pierna herida.

- Todo habrá sido en vano - hablo Fili

En el momento que termino de hablar apareció el barquero para colocar lo que parecía armas cubiertas con una tela mojada en la mesa, por el sonido que hiso contra la madera. La verdad no se esperaba mucho alver lo que parecía un martillo y demás. La discusión comenzó allí, los reclamos de los enanos que querían armas de verdad y no aquello que deshacer que se podrían romper con un solo soplido, lo que parecían pensar los demás no ella, que revisaba de vez en cuando su muñeca.

- Thorin y si aceptamos solo esto y nos vamos, eh visto en otras peores y tú también - el vejo Balin parecía preocupado por la forma que se miraron Dwalin y su líder - deberíamos irnos.

Ella sospechaba que esto pasaría 

 - No se irán de aquí - el humano parecía enojado.

- Como has dicho - pero comparado con el gruñón de Dwalin.

- Hay espías vigilando en la casa y probablemente todos los embarcaderos, esperar a que anochezca - Cirýę realmente no se había equivocado en que el barquero tramaba algo contra ellos.

Sacudió la cabeza sacando esas idas y se acomodarse mejor en el asiento.

Cirýę. (El Hobbit)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora