CAPITULO 14

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- ¿Es necesario mirarme tanto, nunca as visto a una enana o qué? - Pregunto fastidiada sin dejar de mirar las aguas heladas.

- No -simplemente respondió el humano- Que sucedió con tu mano? - Pregunto está ves viendo el camino por donde iban.

- Un repugnante ser me la corto- Respondió con un suspiro- Termine siendo emboscada en el Bosque Negro por cosas que tu no entendería- dijo.

- Curioso, ¿que eran realmente? - miro al humano con una ceja alzada.

- Seres del más allá, criaturas Demoniacas que parecían buscarme, la verdad no me sorprende que estén tras de mí, en el pasado me eh desasido casi de muchos de ellos- dijo aquello sorprendiendo al humano.

- Bienes con ellos no? - Cirýę miro a sus compañeros de viaje y frunció el ceño.

- La verdad sólo los acompaño, solo hasta la Ciudad del Lago, si es posible seguiré con mi camino- Respondió.

- No te llevas bien con ninguno? - negó.

- Sólo con el más pequeño- pronunció en respuesta- Los demás no son de mi agrado- el hombre frunció el ceño.

- Pero son de la misma raza- ella bufo.

- Pues nunca debieron sacarme de mi hogar para en pesar, ellos provocaron la desgracia en mi familia por a ver nacido yo- se cruzó de brazos- Tuve que valerme por mí misma en el exterior, luchar para no terminar muerta, sobrevivir sin ayuda alguna, al final construí mi casa en medio de un bosque lleno de peligrosos seres, mi única compañía- terminó.

Hubo silencio entre los dos sólo escuchando las aguas moverse al paso de la barcaza y la disputa de los enanos al sacar el poco oro que tenían y como sería el pago.

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Hasta ese momento nadie había hablado por, la neblina era demasiado, el humano (Bardo) guiaba el barco a ciegas sin saber por dónde iban, los enanos menos ella, parecían preocupadas por no llegar a su destino.

- Cuidado! - Grito Bofur, la vista era espectacular para sí misma, altas rocas o murales, una antigua construcción ya derrumbado.

- ¿Que tratas de hacer, ahogarnos? - dijo furioso Thorin mirando frío a Bardo.

- Yo me crie en estas aguas, señor enano, si quisiera ahogarnos no lo aria aquí- explicó o eso quiso a ser.

- Estoy raro de este insolente hombre del lago, deberíamos tirarlo por la borda y se acabó- Hablo Dwalin con mala cara.

- Bardo, se llama Vaart- el Hobbit argumento.

- Como lo sabes? -

- Sentado me da igual como se llame, no me gusta.

- No tiene que gustarnos, solo tenemos que pagarle, venga muchachos, aflojen los bolsillos- apuro Balin, sentado junto a los demás-

- Quien no nos dice que no nos traicionara-

- Nadie.

- Tenemos un problemilla- Cirýę miro hacia el enano, esperando a que siguiera hablando- Nos faltan 10 monedas- se golpeó mentalmente.

- Gloin, vamos- "Por qué los enanos son tan cabezotas" pensó ella- Danos lo que tengas- Ordenó Thorin con los brazos cruzados, aunque parecía más tranquilo.

- A mí no me mires, esta aventura me ha dejado seco- "Que dramático, ni él se lo cree" hizo una mueca para no reír ante la actuación de este- Pero eh sacado de mi intención, nada salvo miseria, pesar y... - miro curiosa a los enanos al verlos pararse, parecía motorizados por algo, giro poco a poco para ver lo que tanto veían, encontrándose que la niebla se disipaba y dejaba a la vista lo que era Erebor la 

Montaña Solitaria, miro la magnífica montaña la que una vez ase mucho fue su primer hogar, donde había nacido y crecido, las pesadillas de cada noche.

- Por mis barbas, tomad...- ignoro su alrededor por un momento, sintió un escalofrío por su espina dorsal encogiéndose en su lugar, sentía el sudor en su frente, "Cálmate, debes calmarte, no debes entrar en pánico, fue tu elección seguirlos hasta aquí" aspiro el aire fresco.

- Denme en dinero rápido- alzo la mirada.

- Te pagaremos en cuanto tengamos las provisiones, no antes- aplicó Thorin.

- Si valoran la libertad, aran lo que yo diga, hay guardias ahí- .............

- Shhh, que está haciendo? - Dwalin pregunto.

- Está hablando con alguien- explicó el Hobbit- Está, está señalando hacia aquí- pauso un momento- Ahora se dan la mano- terminó.

- Que? El muy canalla nos ha vendido- maldijo Dwalin.

- Creo que no- murmuró ella al ver como los barriles desde su escondite eran llevados por pescados, río bajo imaginándose el olor apestoso de los pescados impregnados en la ropa, ella tubo bastante suerte de esconderse en una esquina rapada por algún tipo de piel gruesa de oso, volvió a reír por lo bajo.

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Hubo algunas quejas que escucho de los barriles que al momento fueron callados.

- Silencio... nos acercamos al peaje.

Cirýę. (El Hobbit)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora