Cirýę. (El Hobbit)

CAPITULO 4

Que sucede Gandalf? Porque Cirýę se ha ido- pregunto curiosos el Hobbit, todos tenían la vista en el mago quien seguía en silencio con la mirada en un punto invisible en la pared- Gandalf? - llamo más preocupado Bilbo.
- No sucede nada mi pequeño amigo, Cirýę tuvo una emergencia ya dijo que nos esperará cerca- el silencio Reino denuedo- Bien creo que es mejor ir a dormir, mañana debemos levantarnos temprano-.

Nadie protestó, ya que todos se dieron cuenta que la noche había llegado, tal vez descansar les haría bien. Todos se levantaron de sus asientos, el primero en salir fue Thorin y Dwalin en lo que entraban a la sala se encontraron con la enana guardando algo en un bolso de cuero, mientras que los demás entraban pudieron analizar lo que traía puesto (siendo que está estaba de frente): unos pantalones pegados, un cinturón donde en el costado muy bien atado traía una funda de cuero de alguna piel escamada, ya con su espada dentro mostrando solo el puñal incrustado con algunos rubíes en ella; en la parte de arriba traía una blusa sin mangas dejando ver un tatuaje de un Dragón de escamas verdes y ojos dorados, las botas que traía puesto parecían de cuero muy resistentes: bota que en el medio de la punta algo metálico brillaba.

- Que tanto miran, sigan con lo que estaban haciendo- dijo colocándose un chaleco que parecía traer bolsillos a montón con cosas dentro, en lo que se lo abrochaba miro a Gandalf que tenía la mirada pensativa, se acomodó la bolsa en el otro costado de la cintura. - Que piensas Mago? - Pregunto tomando la larga chaqueta de cuero negro.
-Ten cuidado con ese Libro - la más pequeña miro con el ceño fruncido al de gris, pero asintió.
-si no te preocupes tendré cuidado, lo necesito para el viaje, no te preocupes no lo utilizaré contra tus enanos- adivino lo que pensaba el Gris- Además necesito reconocer algunas hierbas que me encontré ase dos lunas atrás- concluyó terminando la conversación con el mago, se acomodó el cuello de la chaqueta, verificó que los broches estaban en su lugar, agarro los guantes que descansaban en la mesa baja para ponérselos.

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A la mañana del día siguiente los enanos junto al hobbit y el mago salieron de la vieja casa siendo guiados por el mago que parecía muy alerta a cada movimiento ruido o cosa a su alrededor, ya había tenido experiencia con los animales de los alrededores y no fue muy bonito que digamos, miro por su hombro a los enanos seguido por el pequeño Bilbo Bolsón.

- Bilbo no te alejes del grupo, la zona por aquí es peligrosa- hablo el de picudo sombrero, el hobbit dio un respingo acelerando el paso acercándose lo suficiente a los demás- El pequeño riachuelo no está lejos así que marcha más rápido- Nadie protestó de nuevo, aunque los más jóvenes se quejaron a las insistencias del Viejo, pero siguieron las órdenes.
Thorin quedó mirando al mago con las cejas juntas fruncidas.
- Por qué dices que es peligroso, la zona parece segura desde que la pisamos- El mago negó.
-  Nada es seguro por aquí- murmuró- Callados! - Casi grito al escuchar a los demás hablar fuerte- Hagan silencio, y sigan caminando- Dijo molesto sin importar las caras que ponían los demás de disgusto.

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Se movió rápido cual rayo esquivando las largas garras del humanoide de gran tamaño, piel verdosa de ojos pequeños y negros totalmente, la altura era mucho más a la de un humano normal, 3 metros, su apariencia era una mezcla entre un humano y una bestia inexistente que sólo en los libros que ella poseía encontrarías, estas cosas solían cazar de noche teniendo la posibilidad de ser invisibles a la vista humana u otra raza, ella era la única que los había visto. Un rugido a sus espaldas la alertó.

- No debiste traer a tus crías si no querías terminar así, tu provocaste esto- Le Gruño como respuesta.

El ser volvió a rugir con rabia viendo los cuerpos fallecidos de sus crías, rugió más furioso mientras ellas se preparaba para atacar, la bestia volvió a embestir contra ella sin mucho éxito dando contra el tronco de un árbol con una fuerza bruta, esa fue la señal de ataque para ella, corrió asia el humanoide que al ser tan alto tubo que herirle las piernas, el de piel verde Gruño todavía aturdido por el golpe cayendo de rodillas, no tuvo tiempo a un que sea de devolverle el ataque cuando la larga espada atravesó por completo la hoja el estómago, segundo después está misma había salido y había perforado el cráneo totalmente (desde la nuca hasta la frente) la hoja de la espada salió de un tirón salpicando la sangre oscura en el árbol, y en un momento el cuerpo cayó al suelo es trépidamente, el silencio volvió a reinar en el Bosque, sólo se lamentaba que la madre de las crías había huido probablemente para aparearse con otro de su especie.

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- A dicho que nos esperará aquí! Por qué confías tanto en ella Gandalf, puede ser espía de Elfos- El más alto de la compañía miro con molestia al líder.
- Basta Thorin Escudo de Roble, deja de juzgar a las personas sin conocerlas, no entiendes que ella es importante para la compañía- dijo ya cabreado el mago.
- Que te hace creer que ella está con nosotros, ella nos puede traicionar, debe de ser amiga de los Elfos esos- Miro desafiante al Gris.
- ES SUFICIENTE, NO PERMITIRÉ QUE HABLES MÁL DE ELLA, CIRÝĘ NUNCA TRAICIONARIA A ALGUIEN, LA CONOSCO DEMACIADO Y ELLA SERÍA INCAPAZ, además no le gusta los Elfos ya eh visto su cara de disgusto cuán los ve- dijo un poco más calmado, pero sin dejar de mirar mal a Thorin.
- Quien diría que serías un gran Amigo Gandalf, tenerte como uno es bueno, y hablando de Elfos me encontré en el camino a algunos perdidos, tuvo que ayudarlos con mala cara a distraer a algunos animales que se les acercaban- A la vista de los enanos y el Hobbit se la veía relajada, pero Gandalf la veía muy incómoda por algo.
- Que sucedió? ¿Ha pasado algo en el camino después de los Elfos? - La enana suspiro, Gandalf la conocía mejor.
- Quiero que me ayudes en algunas cosas, mientras caminamos te voy platicando- miro de reojo a Escudo de Roble quien la miraba sin muy bien humor, sonrió provocando una mueca en el enano, río burlón girando para pasar el pequeño riachuelo seguido de Gandalf, los demás le siguieron el paso, con un Hobbit más preocupado de lo normal.