CAPITULO 8

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Pronto llegaron a una puerta de madera, alta y ancha, y desde allí, a lo lejos, podían ver jardines y edificios de madera, algunos con techo de paja y paredes de leños informes: graneros, establos y una casa grande y de techo bajo, todo de madera. 

Dentro, al fondo del gran seto, había hileras e hileras de colmenas con cubiertas acampanadas de paja. El ruido de las abejas gigantes que volaban de un lado a otro y pululaban dentro y fuera, colmaba el aire.

El mago y el hobbit empujaron la cancela pesada y crujiente, y descendieron por un sendero ancho hacia la casa. Algunos caballos muy lustrosos y bien almohazados trotaban pradera arriba y los observaban con expresión inteligente; después fueron al galope hacia los edificios.

-Han ido a comunicarle la llegada de forasteros -dijo Gandalf.

Pronto entraron en un patio, tres de cuyas paredes estaban formadas por la casa de madera y las dos largas alas. En medio había un grueso tronco de roble, con muchas ramas desmochadas al lado.

Los enanos protestaban a su alrededor y eso provocaba más dolor de cabeza de lo que tenía.

- Podrían Callarse!! Gandalf sólo ha ido a hablar con el gigantón- gruño molesta sentándose en el suelo dejando caer su espalda para poder relajarse, el lugar sería tranquilo sin los ladridos de esos enanos.

- Y por qué ha llevado al Hobbit? - Pregunto Dori.

- Probablemente para que vea que no son una amenaza para su hogar- pronunció cerrando los ojos.

- Que estupidez- ella sólo bufo.

- Ya pueden venir dijo Gandalf- pudo escuchar la vos del Hobbit, se paró de un salto tomando rumbo hacia la persona que los esperaba seguida del más pequeño y los demás, freno frente al gigantón quien la miro como si fuera un bicho raro, ya acostumbrada a esas miradas, se inclinó en una pequeña reverencia.

- Cirýę a sus servicios mi Gran Señor Beor- pronunció con todos los modales que tenía.

- Eh escuchado de ti, dicen los hombres del Este que eres muy buena cazando, aunque nunca escuche que fuera una enana-.

- Ah creo que la amenaza fue suficiente para que siquiera pronuncien mi raza, mejor- sonrió.

- Tu debes ser Thorin Escudo de Roble, Gandalf hablo bastante de ti- Bóer miro al enano más alto de arriba abajo- Bien podrán quedarse unos días- ignorando que los demás no se habían presentado- síganme por aquí-.

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Miro la comida frente a ella, examinándola el apetito se le había ido cuando el primer en comer fue Bambur siguiéndoles los demás con un apetito voraz, manchando sus barbas.

- Iré afuera- Aviso parándose.

- No comerás? - Miro de reojo a Nori que estaba más cerca eh hizo una mueca.

- Se me fue el apetito- finalizo caminando algo rápido sintiendo una mirada penetrante en su nuca una vez salir directo al exterior, paso su vista a su alrededor y más calmada se encaminó a los lugares más curiosos; los animales caminaban libremente de aquí para allá, sonrió cuando se cruzó con una oveja de lana tan blanca que la hubiera comparado con las nubes; vio a los lejos a dos caballos corretearse, a unas cuantas abejas de gran tamaño en sus colmenas zumbando, a un cerdo comiendo demasiado diría. Si Tulipán viera aquello se alegraría de ver a los animales ser cuidados muy bien, felicitaría a Beor con toda la alegría posible asta terminaría bailando, río 'típico de una Ninfa'.

- Veo que te ha gustado el lugar- giro encontrándose con la altura del dueño de la cabaña, Beor parecía examinarla demasiado.

- Si, es un lugar tranquilo sin mucho ruido más que el de los animales, debe ser relajante vivir en un lugar así- sonrió al ver a un caballo acercarse al gigantón quien lo acaricio.

- Si, el único hogar que tengo después de la caída de mi manada- volvió la vista a Beor.

- Debió ser horrible ver a tu familia muerta no? - se regañó mentalmente por pregunta algo tan personal.

- Horribles en muchos sentidos si- curiosa también revisó al más alto, aunque no le incomodaba como iba vestido él, su mirada quedó en los grilletes que tenía en las muñecas con las cadenas rotas sí.

- Es incómodo tenerlas? - Pregunto.

El de alta estatura siguió la mirada de la enana encontrándose con aquello que un día lo aprisiono.

- Ya me eh acostumbrado a ellos- respondió- Que te sucedió en el brazo? - fue el turno de él preguntar.

- Esto- apunto el brazo descubierto donde la herida carrizada todavía roja de aquella ves en el Bosque- Un accidente que se solucionó muy rápido- respondió acariciado a la pequeña oveja que se había acercado curiosa, sonrió.

- Ah ahí estas Pequeña Cirýę- la enana frunció el ceño, lo que le faltaba.

- Tu qué quieres ahora- enfureció la mirada asia el enano rubio- Sabes que es de mala educación interrumpir las conversaciones? - se tensó cuando el rubio rodeo sus hombros con uno de sus brazos

- Suéltame mocoso! - dio un manotazo al brazo alejándose como si fuera algún ser feo y asqueroso.

- Oh, bueno sólo quería saber dónde te habías metidos- se rasco la nuca incómodo, la verdad no esperaba a ser eso- Sólo quería seguir con la conversación de la otra ves- dijo.

- Vea a molestar a otra persona rubio- se giró para seguir con su paseo, pensando que los enanos eran muy molestos.

Cirýę. (El Hobbit)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora