Se removió inquieto sintiendo el peso de alguien sobre él de manera gentil, quiso observar el rostro de la persona pero por alguna razón le fue imposible, sus ojos se cerraron disfrutando de la extraña sensación.
Dedos fríos le recorrieron desde el cuello hasta el torso, el tacto fue suave pero a la vez ansioso. Unos labios tomaron los suyos en un beso hambriento, robándole el aliento.
La cercanía del cuerpo contrario, la presión que ejercía sobre él, la forma en que sus dedos de movían sobre su piel, todo aquello era tan confuso, el calor en su cuerpo crecía cada segundo, incapaz de poner freno a aquella situación simplemente podía dejarse sumergir.
—¿Quieres que pare, Waka?—murmuró Shinichiro en su oído.
¿Qué...?
El timbre de la puerta sonando atropelladamente le obligó a abrir los ojos de sopetón, y la realidad le dio un duro golpe. Se sentó rápidamente, observando a su alrededor con la respiración ligeramente acelerada.
Se había quedado dormido en el sofá.
El único sonido era el de la televisión donde pasaban un programa de moda que veía antes de que el sueño le ganara. Se dejó caer de nuevo sobre la suave superficie.
—No puede ser —gruñó cubriendo su rostro.—Carajo.
¿Qué diablos te pasa, Wakasa?
Observó de reojo el reloj, casi las seis de la tarde y estaba completamente solo, al parecer su madre no llegaba y agradecía aquello. No quería verla en ese momento. ¿Qué se supone que significaba aquello? Era lo más vergonzoso que había soñado en mucho tiempo. Y de todo modos, ¿tenía que ser exactamente con él?
Solo fue un sueño, a cualquier le puede pasar ¿no?
El sonido de la puerta casi siendo derribada lo hizo salir de sus pensamientos.
¿Quién carajos toca así?
Se levantó haciendo una mueca, dispuesto a partirle la cara a quien sea que esté al otro lado.
Realmente tenía mala suerte.
Lo primero que vio fue el rostro de Takeomi, sonriendo de manera extraña. Cerró la puerta en su cara, ignorando su presencia.
—¡Waka! —le escuchó reclamar, la puerta fue abierta y Takeomi asomó su cabeza —¿Por qué eres tan grosero? Vengo a visitarte, y de paso te traje un regalo.
—Vete Akashi, no estoy de humor —le hizo una seña para que se fuera, pero el azabache la ignoró y entró a su casa completamente.
—Hum, sí. Lo haría, pero tengo un pequeño problema, y necesito tu ayuda.—respondió dando un vistazo afuera de la casa.
—No puedo.
—Ni siquiera sabes de qué se trata.
—Me corrijo. No quiero.
Takeomi sonrió.
—Te encantará, lo sé. —respondió y abrió la puerta —Pasen.
El peliblanco se cruzó de brazos, rindiéndose para ver de que se trataba aquello. Primero vio a Benkei y su gran musculatura entrar y junto a él un chico pelinegro mucho más delgado.
Parpadeo varias veces para verificar si no estaba viendo mal. Era Shinichiro, y no sólo eso. El chico tenía las mejillas rojas y un brillo particular en los ojos, al verlo una enorme sonrisa se cruzó en sus labios.
Oh no.
No no no ¿Por qué ahora?
Desvió la vista rápidamente de nuevo hacia Takeomi, disimulando su interna vergüenza. Un ligero olor a alcohol llegó hasta su nariz provocándole una mueca, supo lo que pasaba enseguida.
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Con amor, S.S [Shinwaka]
أدب الهواةWakasa recibe cartas cada lunes, con palabras cursis y relatos que le dan ganas de vómitar, o eso es lo que les dice a sus amigos. ------------------------ • Shinichiro x Wakasa • AU/ Escolar • Capítulos cortos y soft pq si. (Edit. Ya no tan soft...