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El "tic tac" del reloj empezaba a ponerlo ansioso, la aguja parecía ir demasiado lento y los segundos parecian volverse una eternidad.

El silencio tenso e incómodo de la fria oficina le daban ganas de salir corriendo, la mirada oscura y dura de la mujer sentada en frente suyo le exigía una respuesta que no estaba dispuesto a dar.

—¿Y bien? ¿No piensa responder? —preguntó nuevamente —¿Por qué lo hizo?

No sabia porqué preguntaba, podia ver en su mirada que ya lo había condenado. Estaba seguro que toda la culpa recaerá sobre él, así que tampoco se molestó en contestar.

—No voy a poder ayudarle si no coopera, Imaushi.

Relamió su labio inferior, sintiendo todavía el ligero sabor metálico en su boca, el pequeño corte ardía. Con lo que le costaba mantener su rostro intacto.

—¿Me expulsará? —preguntó directamente sin humor para andar con rodeos.

—Debería, ya se lo había advertido ¿recuerda? —Wakasa mantuvo su expresión inexpresiva, y ella suspiró con cansancio.— Agredió a un alumno que ahora está siendo atendido porque el sangrado en su nariz no ha parado desde entonces, dañó las propiedades de la enfermería, y por si fuera poco, también le faltó el respeto a un maestro, si por mi fuera usted no pondría un pie en esta institución nuevamente.

Alzó las cejas, procurando no verse afectado por sus palabras y el ambiente terriblemente tenso.

—¿Lo hará entonces?

Estaría jodido si fuera así, no quería aceptarlo, pero perder el año a ese punto era ridículo.

—Está a punto de graduarse, podría considerar suspenderlo una semana y otras de castigo, solo si está dispuesto a ofrecer una disculpa a todos los involucrados.

Quiso reír, pero se contuvo. Malditos castigos, no quería pasar sus tardes limpiando aulas o alguna mierda así.

—Voy a disculparme con el profesor y la enfermera, nada más. —Zanjó en un tono que sabía que no le convenía.

¿Pedirle una disculpa al imbécil ese? Ja, Primero muerto.

—Sabe a lo que me refiero.

— Incluso si le explicara, seguiría viéndome como el único culpable  —respondió y se cruzó de brazos —Pero déjeme decirle que no hay ninguna víctima aquí.

Por su propio bien sabía que debía mantener la boca cerrada, pero le era imposible quedarse callado, estaba dispuesto a ofrecer una disculpa a las personas que no tenían nada que ver y solo hacían su trabajo, pero ¿disculparse por romperle la nariz al imbécil troglodita que arruinó su poca tranquilidad? Su orgullo jamás se lo permitiría.

No le gustaba involucrar personas innecesarias en sus problemas, y este vez la había cagado en grande. Su intención desde el principio no era golpearlo, al menos no en ese lugar, estaba dispuesto a solo hablar... vale, quizás pensaba amenazarlo o algo así, pero nada que llegara a lo físico.

Pero había algo que no soportaba y era a la gente estúpida. Y ese chico lo era, no podían culparlo por perder el control si tenía a semejante humano sin cerebro queriendo hacerlo menos por sus preferencias, y si, sabía que no podia liarse a golpes con todos por no entenderlo, pero no podía dejar pasar que lo insultara en su propia cara, además había mencionado a Shinichiro, y era justo lo que menos quería.

—Veremos si sigue así cuando su madre llegue —Aclaró la mujer levantándose de su asiento con el ceño fruncido en completa molestia, rodeando el escritorio para salir de la oficina.

Con amor, S.S  [Shinwaka]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora