Parte 25

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ha pasado un mes desde que intente suicidarme, me entere que los dos hombres que se aprovecharon de mi estaban tres metros bajo tierra gracias a Tomas; en este mes no he tenido noticias de la familia Muller, de Martha y menos de Sofia, al parecer las vacaciones se las tomaron muy enserio y para mi suerte estaba vigilada por Tomas dentro de la casa, y fuera de ella por muchos guardaespaldas, he aprovechado este tiempo para descansar, leer y hurgar entre las oficinas de los hermanos Muller, logre encontrar unos pasaportes falsos de Sofia y míos así que los guarde junto con un poco mas de dinero que encontré entre los cajones de sus oficinas.

Tomas ha sido como un padre para mi, ha sido mi confidente, al parecer el ha trabajado con la familia Muller desde antes que nacieran los hijos de Eliot, le tienen mucha confianza aparte me conto que tiene una pequeña familia, su esposa y su hija que es un poco mayor que yo, se expresa de ellas con un amor en su mirada, me dice que le recuerdo mucho a su hija por eso me trata de cuidar con mucha devoción, a pesar de trabajar con los Muller el es muy diferente a ellos, he ha enseñado un poco de defensa personal ya que yo le insistí mucho le prometí que nadie se daría cuenta.

Me encontraba sentada en el balcón de la habitación estaba cayendo la noche toque con mis dedos las marcas que habían en mis muslos, gracias a Eliot siempre recordaría ese día como el peor de todos, ese día perdí lo ultimo de humanidad que había en mi corazón; en este tiempo logre trazar un plan en mi cabeza, hace varios días jure en mi corazón vengar a toda mi familia y también vengar a todos aquellos que me hicieron daño, no he intentado escapar por dos razones, 

1. no quiero que le suceda nada a Tomas y mucho menos a su familia.

2. por Sofia, ella es lo único que me queda a pesar de todo la considero mi hermana y quiero protegerla como no pude hacer con mi familia.

Poco a poco sentí que mis parpados caían, así que decidí que era hora de dormir, me fui a la cama y caí en los brazos de Morfeo.

-ARIA, ARIA; escuchaban que gritaban en el primer piso, abrí mis ojos de golpe al saber de quien era esa voz, sofí, salí corriendo de la habitación y baje las escaleras lo mas rápido que pude tropezando en el camino casi caigo en el final de las escaleras pero me recompuse rápido y llegue a abrazar a esa niña que se ha vuelto como mi hermana

-Sofi, Gracias a Dios estas bien ya estaba pensando que te había pasado algo, hable en susurro mientras la abrazaba, ella rio por mi comentario de madre regañona pero de verdad pensé que le habían hecho algo, la solté y mi mirada fue a dar a su mano, estaba enlazada con la de Anton, Sofia siguió mi mirada y de inmediato soltó su mano de la de Anton y rio nerviosa, esto no me agrada dije para mis adentros

-Hola bella, como estas?; pregunto Axel intentando acercarse a mi, por inercia intente alejarme pero el me tomo rápidamente de la mano y me abrazo, su sola presencia me daba asco tenia muchas ganas de vomitar

-Estaba de lo mas feliz, hasta que te vi; respondí secamente, me aleje de el como si el solo roce de su piel me quemara, Axel me miro con cara de pocos amigos y me tomo fuerte del brazo halándome al segundo piso; a mi mente venían mil formas de como me torturaría pero yo ya no luchaba, A pesar de que sentía miedo, no quise demostrarlo, me deje llevar sabiendo que el podría hacerme las cosas que quisiera y nadie me ayudaria

-Te he necesitado tanto; decía mientras entrabamos a la habitación y me tiraba a la cama- tu eres la única que puede satisfacerme completamente; termino de hablar mientras se quitaba su ropa quedando en bóxer, se acerco a mi y con brusquedad me quito la pijama, quede en bragas y el empezó a besar y chupar mis senos, puse mi mirada en la nada, la verdad ya nada me dolía simplemente deje que hiciera conmigo lo que quisiera y en mi interior me juraba a mi misma que esto lo pagara mucho Axel Muller.

Termino de romper mis bragas y de un solo golpe entro en mi, mi cara se deformo por el dolor que sentí, pero no me permití derramar una lagrima, ni un solo sonido de mi boca salía, mientras Axel gruñía y decía obscenidades que no quería escuchar; Axel me tomo de los hombros me giro y volvió a penetrarme cogiéndome del pelo, estaba siento brusco empujaba cada vez mas profundo, empezó a besar y morder con fuerza mi espalda, no se cuanto tiempo paso, pero sentí como salía de mi y se acostaba al lado.

-Siempre lo dije el mejor sexo de mi vida; mientras lo escuchaba hablar me levante de la cama envolviendo mi cuerpo en las sabanas y camine al baño, me encerré y quise tomar una larga, larga ducha mis lagrimas querían salir a borbotones, así que no se lo impedí, me restregué con fuerza tratando de borrar sus toques de mi cuerpo, sentí que alguien abría la puerta de la habitación, salí del baño y no había nadie en el cuarto; menos mal lo ultimo que me faltaba era que se quedara en este cuarto, me vestí y quite todas las sabanas de la cama no pensaba acostarme en ellas después de lo que paso, me recosté en el colchón y abrace mis piernas mis ojos pesaban y cayendo en la oscuridad desee que no hubieran llegado nunca.


Secuestrada y MaltratadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora