Secuestrada y Maltratada

Parte 16

-Me levanto con unas ganas de vomitar, corro al baño pero no tengo nada que vomitar ya que no he comido nada, siento mucho mareo todo da vueltas mis parpados pesan y siento como caigo al piso.

Despierto con un fuerte olor a alcohol en mi nariz, al abrir mis ojos me encuentro el rostro de Axel y detras de el esta Martha con una bandeja en sus manos y sofi con una cara de angustia en ella.

-Creo que necesitas comer algo, dice el cretino de Axel retirándose del cuarto dejándome con Martha y Sofia, Martha deja una bandeja en mis piernas con un delicioso desayuno, aunque para estas alturas hasta un pedazo de pan  solo es algo delicioso, devore el desayuno en poco tiempo; mi cuerpo agradecía que le diera alimento.

Una vez termine de comer Martha se retiro y sofi se quedo en la cama mirando al infinito

-Gracias; fueron sus palabras mientras rodaban lagrimas por su mejilla

-De que hablas sofi?, comente un una cara de confusión

-Gracias a ti Anton paro aquel día; en su mirada veía que esta vez no iba a parar, seguía hablando sofi entre lágrimas, me acerque a ella y de di un abrazo que transmitiera mucho amor

- Siempre tratare de estar para ti; hable y omití comentarle lo que sucedió anoche creo que debo hacer esta vida

Tome una ducha y me vestí,  según Sofi Mi castigo había pasado y podía andar por la casa o estar en algún lugar de ella, decidí quedarme en el patio hace mucho no sentía el sol en mi cuerpo estar allí me hacia sentir un poco de paz, un rato mas tardes vino Axel y nos llevo a la sala nos contó que iban a salir por una semana y respire como nunca, una semana sin ver su rostro, sin respirar su mismo aire, de verdad que lo necesito; Además podría intentar salir de este lugar no podría perder esta oportunidad.

Escuche como las camionetas arrancaban y me asome por la ventana de la sala, se me dibujo una sonrisa en la cara al verlos partir, sentía una alegría tan grande en mi corazón; nos habíamos quedado solo con Martha y los guardaespaldas aunque no se quedaron muchos, y lo que nos hablo Axel en la sala dijo que su hermana alana iba a visitarnos para ver como nos comportábamos, ni que fuéramos unas bebes, en fin no me importa con tal de no verlo, que viniera el mismísimo presidente si quería.

Almorcé en el comedor con Sofia e invitamos a Martha; después de eso Sofi me dijo que quería entrar a la piscina; nunca había ido a una porque en el orfanato donde estaba no tenían los recursos suficientes; así que aquí estábamos en la piscina, nos habíamos puesto unos trajes de baño que teníamos en el armario de dos piezas, sofia ya había tragado agua mas de 3 veces y tenia que estar pendiente de ella si la quería con vida reí por mis pensamientos, parecía una niña pequeña; un rato después decidimos sentarnos en unas sillas que habían cerca de la piscina y allí me quede dormida

-Aria ya esta anocheciendo debemos ir a cambiarnos, escuche a lo lejos, abrí mis ojos y subimos a cambiarnos para luego bajar a cenar, entre risas y anécdotas terminamos de comer y cada una fue a su habitación, me puse la pijama pero no podía dormir.

Mientras estaba mirando el techo decidí poner mi plan en acción; no pensaba aceptar esta vida de mierda que me estaba imponiendo Axel; Me levante con mucho cuidado y baje las escaleras con rumbo a las oficinas de los hermanos Muller, sin hacer mucho ruido llegue a la primera intente abrirla pero estaba con llave, intente con la segunda pero esta si abrió, ingrese a ella cerré tras de mi y prendí la luz; vaya era muy linda, en el centro había un escritorio con 3 sillas dos de un lado y la otra en el otro lado, había otra mesa redonda con varias sillas a su alrededor, tenia unas puertas corredizas en la parte del frente y al lado derecho había una estantería llena de libros, me acerque a la ellos y había de toda clase, desde romance hasta de ciencia ficción, de quien será esta oficina?, me preguntaba, me acerque al escritorio y habían 2 marcos de fotografía, en una estaba una familia en la playa, reconocí a los niños al parecer no han cambiando nada eran los hermanos Muller supongo que los adultos son sus padres, se veían muy felices y en el otro marco estaban los tres hermanos sonriendo, decidí abrir el primer cajón del escritorio y habían documentos de una empresa llamada Alfa, la verdad me suena ese nombre pero no recuerdo bien, seguí revisando y en la mayoría de los documentos había una firma y bajo ella el nombre de Anton; supongo esta oficina es la de Anton , abrí el otro cajón y vi unas fotos, me dieron ganas de vomitar con lo que vi, habían varios 4 hombres colgados llenos de sangre uno de ellos tenia el estomago abierto y de ahí salía su intestino; deje esas fotos allí no quería ver mas pero antes de ponerla vi un fajo de billetes, no se de que denominación serán porque según veo es dinero alemán, tome un poco tratando de que no se viera la diferencia de haberle sacado dinero y deje el fajo en su lugar.

Sentí como alguien se acercaba a la oficina, cerré rápido el cajón corrí donde se apagaba la luz, me estoy orinando del miedo, decidí salir por la puerta corrediza pero tenia seguro; sentía mi corazón en la garganta, no encontraba donde esconderme y ya estaban llegando, así que me metí detras de las cortinas que cubren la puerta corrediza, abrieron  la puerta y encendieron la luz

-Seguro que había alguien aquí?, pregunto un hombre, y yo ya estaba temblando del miedo

-Hombre que si, cuando estaba pasando la ronda vi la luz prendida, hablo el otro; escuchaba los pasos por toda la habitación como si estuviera buscando algo.

-Ya revisamos y no hay nada debemos salir de aquí, esta prohibido ingresar a estas oficinas cuando los jefes no están, comento el hombre que dudaba de haber alguien aquí

-Si si si , lo que sea pero viste a las mujeres de los patrones, mmm están como quieren, hablo el otro hombre 

-uyyy si, cuando ellas quieran yo les hago el favorcito, de razón los jefes no las dejan salir ni al patio, con esas tetas y ese culo; de solo pensarlo me pongo duro.

Tenia unas inmensas ganas de vomitar, de solo escucharlos que degenerados iguales a sus jefes, escuche como la puerta era cerrada y decidí que era momento de volver al cuarto; y así lo hice al llegar al cuarto tome el dinero que traía en las manos y lo guardé en uno de los zapatos del armario allí nadie se daría cuenta, también debo estar mas pendiente de sofi no quiero que ninguno de estos degenerados le haga daño, mientras pensaba en la forma de salir de este lugar caí en los brazos de Morfeo.