Haruto llegó como de costumbre a aquel salón. Junkyu ya lo esperaba con una mochila y un sombrero para el sol.
— Hola Junkyu. — llamó acercándose a su lugar.
— ¡Ruto-ya! — llamó al escucharlo.
Haruto pensaba que Junkyu era lindo físicamente, pero si hablamos de su actitud, no hay duda de que Junkyu es realmente adorable.
— ¿Estás listo para irnos? — preguntó Haruto. El otro asintió entusiasmado y señaló su mochila abrazándola a la vez.
— Mami me dio lago muy rico para comer contigo. — dijo mientras se ponía de pie. Junkyu se puso su mochila y extendió su bastón.
— Bueno, vámonos. — respondió el otro haciéndose a un lado para que pudiera pasar.
— Haruto, antes de que nos vayamos, ¿Puedo hacer algo? — preguntó Junkyu.
— ¿Pasa algo?
— No, sólo quiero hacer algo.
— Bueno, supongo que no hay problema. — respondió encogiendose de hombros.
Junkyu se acercó a él hasta tocar su brazo y lo siguió hasta su cabeza. Se tuvo que alzar de puntitas hasta que alcanzó el final de su cabeza.
— ¿Qué estás haciendo? — preguntó Haruto confundido.
— Jihoon me dijo que una vez te vio salir de nuestro salón y que eres muy alto. Perdón, sólo quería saber que tan alto eras. — respondió mientras se alejaba nuevamente. — Y eres muy alto, Ruto.
Haruto sonrió de lado asintiendo con la cabeza.
— Supongo que lo soy. — respondió. — Bueno, vámonos, dejé nuestro lugar asegurado. Junkyu asintió y ambos empezaron a caminar.
Junkyu tomaba el hombro de Haruto para guiarse y caminaba con ayuda de su bastón para saber donde estaba.
— Bueno, llegamos a las escaleras. — dijo el japonés. — ¿Cómo te puedo ayudar aquí?
— Descuida, esto puedo hacerlo yo sólito. — respondió el pelinegro acercándose a la pared hasta tomar el barandal de las escaleras.
Junkyu empezó a contar en voz alta mientras bajaba los escalones. En total eran 12, así que al llegar al número 12, esperó por Haruto para que lo siguiera guiando.
— Genial. — dijo el otro detrás de él. — Ayer estaba leyendo sobre tu condición. Leí que puedes llegar a memorizar algunas áreas comunes.
— Si, puedo hacerlo. Pero jamás he podido memorizar el instituto porque es muy grande y mis amigos no quieren llevarme a conocer al menos el piso donde yo estaré. Dicen que ellos están para ayudarme y siempre terminan llevándome a todos lados. — respondió Junkyu. — Pero conozco mi casa y mi habitación. También la habitación de mi sobrino y de mi hermana. Y el negocio de mis padres también lo conozco.
Ambos empezaron a caminar nuevamente mientras platicaban.
— Te llevaré a conocer tu piso. — dijo Haruto. — Mañana tú y yo recorreremos todo el piso de Derecho para que lo conozcas y cuando lo hayas hecho, te mostraré otros lugares más para que puedas moverte sin ayuda, o al menos no tanta. Sin ofender, no me lo tomes a mal.
— No lo hago. Al contrario, te agradecería mucho que hicieras eso, prometo que pondré todo de mi parte para no molestarte demasiado. — dijo Junkyu con un notorio sentimiento de emoción y felicidad que delataba su sonrisa.
.
— Ya casi llegamos. — dijo Haruto.
Los dos invitados que los esperaban se levantaron al verlos llegar. Junghwan y Doyoung habían esperado ahí para apartar aquella banca, además de que Doyoung quería conocer a Junkyu desde que le hablaron de él.
Doyoung sacudió la mano de Junghwan señalando a Junkyu, estaba muy emocionado.
— Junkyu, te quiero presentar a dos de mis amigos. — dijo Haruto.
Doyoung se señaló a él poniéndose en frente de Junghwan para que lo presentarán primero.
— Doyoung y Junghwan.
— ¡Hola! — soltó Doyoung de repente. Lo había practicado toda la tarde anterior para no trabarse.
— Hola. — respondió Junkyu con una sonrisa.
— Son de mi clase. — explicó Haruto. — Junghwan está en el equipo de fútbol y recientemente ambos nos unimos al de baloncesto también. Y Doyoung es su novio. Él sabe tocar el piano.
Doyoung asintió, pero después se detuvo. Olvidaba que el otro no podía verlo.
— Oh, si. — llamó Junghwan. — Bueno, yo soy Junghwan. Mi novio es el que saludó un momento. Él se disculpa contigo porque no puedas escucharlo, él no puede hablar, está en rehabilitación aún, pero practicó algunas palabras para poder saludarte y descargó un aplicación para poder hablarte, pero olvidó su teléfono.
— Oh... Que lindo es tu novio. — respondió Junkyu.
"Dile que yo también pienso que es lindo."
— Dice que también eres lindo. — tradujo Junghwan.
Junkyu sonrió ante su respuesta.
— Bueno, nosotros nos vamos. Voy a ir a entrenar y tengo que ir por mi uniforme a la oficina del entrenador. Doyoung, ¿Qué te parece si esperas con ellos? Regreso pronto.
Doyoung asintió sentándose en su lugar nuevamente.
Junghwan repitió que regresaría pronto y empezó a caminar nuevamente hacia el edificio.
— Junkyu, ven, siéntate. — llamó Haruto tirando de su mano.
Junkyu sintió el banquito y se sentó con ayuda del otro.
Dejó su mochila a un lado y sacó un paquete de galletas de la panadería de su familia.
— Traje esto. Doyoung ¿Quieres una? Mi familia las hace. Yo preparo la masa. — invitó Junkyu sosteniendo sus galletas en manos.
— S-si. — respondió el otro.
Haruto lo ayudó a ponerlas en la mesa indicándole donde estaban para que comiera también si él quería y Doyoung tomó una mientras alzaba el pulgar con una gran sonrisa en su rostro.
— Creo que a Doyoung le gustaron mucho. — comentó Haruto viendo que su amigo tomaba otras dos para comer y se guardaba dos más en el bolsillo.
— Me alegro mucho. — respondió Junkyu con un pequeño sonrojo en sus mejillas.
— Junkyu, mi madre hizo algo especial para ti. Es su receta secreta de pasta, te serviré.
— Si, por favor. Tu mamá siempre cocina muy rico. — respondió mientras sacaba lo que él había traído para compartir con Haruto, además sacó otro dos juguitos. Se alegró de aquel día haber llevado uno más, ya que se lo dio a Doyoung.
Doyoung estuvo un rato más con ellos hasta que Junghwan regresó y se fue con él, no sin antes llevarse otro buen montón de galletas para comer en el camino.
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«lindo corazón» - [HaruKyu]
FanfictionHaruto una vez encontró a un chico sentado sólo en un aula vacía y jamás supo como dejar de ir en todos sus descansos a verlo. -Capítulos cortos -Historia corta