23: Una Cena Que No Salió Tan Mal

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Y tal y como lo había dicho la abuela, al atardecer llegó Junhee a la casa de los Watanabe, pasando el tiempo con la abuela de la casa.

Por otro lado, Haruto y Junkyu se la pasaron en la habitación de este primero, platicando entre ellos y escuchando música. Haruto lo llevó a recorrer su cuarto, por lo que Junkyu empezaba a memorizarlo.

Junhee odiaba escucharlos juntos. Junkyu no merecía nada de lo que le estaban dando, Haruto sólo lo atendía tanto porque le daba lástima y eso nadie se lo iba a sacar de la cabeza. Junkyu se estaba aprovechando de la bondad de Haruto y ella lo iba a desenmascarar de cualquier manera.

— Yo tampoco estoy feliz de que ese muerto de hambre esté aquí. — dijo la abuela. — No sabes las ganas que tengo de sacarlo de esta casa.

— Haruto es demasiado para ese tipo. Es un aprovechado, en cuanto supo quien era Haruto, no dudó en meterse con él. — agregó Junhee. — Es un infeliz.

— Muy pronto me voy a librar de él, por eso no te preocupes. Preocúpate en seguir igual de linda para cuando mi nieto deje de ver a ese mosca muerta.

— Haruto sabe que lo amo y lo voy a esperar el tiempo que sea. Por él soy capaz de lo que sea.

.

Haruto estaba muy feliz de tener a Junkyu con él, y Junkyu tampoco hacía la excepción. Ambos estaban muy contentos de pasar su primer día como novios juntos. Sabían que nada tenía que cambiar entre ellos, pero a la vez, ambos querían dar lo mejor por el otro.

— Me gusta estar contigo. — susurró el japonés. Levantó la mano del otro y dejó un beso sobre ella. — Me siento feliz cuando estoy contigo.

Junkyu se acercó abrazándolo y dejando un beso en su mejilla.

— Supongo que es mi turno de invitarte a mi casa. — dijo Junkyu. — ¿Qué día puedes?

— Cualquier día está bien. Mis papás casi no están aquí. A excepción de hoy, pero no te sorprenda que alguno de ellos no esté o que de repente se vayan. Usualmente nunca lo hacen.

— ¿Significa que comes sólito?

— Algo así. — respondió recargando su mentón sobre el hombro del más bajo. — La verdad a veces me olvidó de comer, ya que no hay nadie, la mayoría del tiempo estoy solo. Mi hermana tiene trabajo también y yo me quedo aquí. Es aburrido comer solo, ¿sabes?

— Bueno, cuando te sientas sólito, puedes ir a mi casa. — propuso dando unas palmaditas en su espalda. — Así no comes sólito y te puedo dar una galleta de postre o tal vez una rebanada de pastel. Lo que tú quieras. No me gusta la idea de que no comas, por eso estás muy flaquito.

— No quiero ser una molestia para tu familia o para ti, Junkyu.

— Pero no lo eres. A mi familia le agradas y yo te quiero mucho. — Junkyu se separó un momento tomando su rostro en manos. — A mí me gusta que estemos juntos y me encantaría que fueras a mi casa todos los días a comer.

— Tal vez vaya algún día... Me gustaría comer contigo.

— Puedes ir cuando tú quieras. Sólo avísame para poner un plato más en la mesa.

Haruto lo volvió a abrazar refugiándose en él. Junkyu era tan cálido. Él era su refugio, lo único que necesitaba para sentirse mejor.

«lindo corazón» - [HaruKyu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora