18: Aprender De Ti

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— No sabes lo feliz que me siento de que vuelvas a comer y a sonreír como antes, dulzura. — dijo Sandara sirviendo el desayuno de su hijo frente a él. — Tu hermana y Ronwoo se fueron a la escuela hace un rato, pero estarán aquí para la comida. Se van a poner muy felices de que comerás con nosotros.

— Mamá, ¿puedo invitar a Haruto a comer con nosotros? — preguntó mientras tomaba los palillos.

— Por supuesto que si. Es más, preparé una orden especial de pan para él y su familia. Es un muchacho tan dulce.

— Haruto es muy dulce. — respondió Junkyu. — Él tiene el corazón más grande de todos. Siempre fue muy bueno conmigo. Además de mis amigos, nadie me había tratado tan bien como él.

En ese momento la campanilla del negocio se escuchó. Sandara salió para atender y Junkyu empezó a comer, percibiendo pronto ese aroma que lo hacía feliz.

— ¿Haruto?

— Cielito, es Haruto. — llamó Sandara entrando de nuevo con él a la cocina. — Por favor, toma asiento. Lo siento, Junkyu se despertó tarde y recién está desayunando.

— Está bien, también estaba desayunando hace un momento. — respondió el japonés tomando asiento junto al otro.

— ¿Te puedo servir algo?

— Estoy bien, Sandara, gracias.

— Mamá, dale una galleta. — dijo Junkyu. — Hice galletas ayer en la tarde para un pedido y sobraron algunas. Las guardé para ti. — agregó con una sonrisa.

— Si es así, me gustaría probarlas. — dijo Haruto volteando a él.

.

— Sólo den una vuelta más. Llévalo a la izquierda. — llamó Asahi caminando detrás de Junkyu para supervisarlo.

Junkyu lo direccionó a la izquierda y Tobby obedeció inmediatamente. Se guiaba a la vez con su bastón del otro lado, sólo para saber donde pisar, pero el echo de que Tobby lo guiara hacía que caminar por su cuenta fuera más fácil.

Asahi se adelantó a la sombra de un árbol, donde Haruto los veía practicar. Tomó una botella de agua y bebió un poco.

— Esto es increíble. — llamó Asahi mirando su expediente de avances.

— ¿Qué pasa? — preguntó el otro alzando la mirada.

— Junkyu y Tobby. — respondió mientras buscaba en su tableta algunos otros casos para mostrarselos al menor. — He atendido a al menos unas diez personas con la misma condición que Junkyu. A todas se les han asignado un perro guía y siempre es lo mismo. El perro suele ignorarlos en ciertos momentos, a veces no saben para donde ir realmente, a los dueños les cuesta direccionarlos o caminar a su lado, algunos se caen incluso, pero Junkyu no se caído ni una sola vez.

Asahi le mostró los casos y los registros. Haruto leyó el resumen de cada, notando lo que el otro le decía. A algunos pacientes incluso se les había tenido que cambiar debido a que no podían manejarlos, a otros incluso presentaban complicaciones con perros ya entrenados, pero Junkyu no había tenido ningún problema con Tobby hasta entonces.

— Tobby es muy joven. Realmente creí que sería difícil, nunca ha ayudado a ningún paciente. — agregó señalando a Junkyu y al canino. — Pero Tobby se acostumbró muy fácil a Junkyu, y creo que también es correspondida su comodidad. Sólo míralos, como si Tobby hubiera estado esperándolo.

«lindo corazón» - [HaruKyu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora