~Tenía los ojos café, su típica sonrisa y un carácter de mierda. Pero cuando estabamos juntos, esos ojos brillaban por mí, esa sonrisa me pertenecía, su carácter se iba a la mierda y para mí era lo más tierno que podía existir.~
• Lenguaje explicito...
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Jaemin estaba sentado en el patio acariciando el pelaje de Jen mientras esperaba que su novio terminara de jugar, odiaba cuando el pelinegro se sentaba en su escritorio frente a su computadora, no despegaba su mirada de ella hasta que pasaban horas.
Ya habían pasado unas cuántas y Jaemin ya estaba cansado, solo quería recibir atención de su novio. Estaba maldiciendo en voz baja hasta que sintió unas manos tapar sus ojos, ni siquiera se inmutó, estaba tan enojado que no tuvo ninguna reacción.
Cuando Jeno quitó las manos del rostro de Jaemin, se puso frente a él y le dio un beso en los labios, uno que claramente no fue correspondido por el menor.
—Mi amor ¿Estás enojado?— preguntó sentándose en una silla a su lado.
—¿Tú qué crees?— respondió sin mirarlo
—Ay bebé, no te pongas así, solo estaba jugando con los chicos un rato.
—Demoraste 3 horas, Lee Jeno.
—Perdóname, te prometo que ya no volveré a jugar por tanto tiempo, pero no te enojes conmigo, ven aquí— abrió sus brazos para que el menor lo abrazara.
Jaemin rodó los ojos y esperó unos segundos, soltó a Jen y el cachorro se bajó de sus piernas, el menor se levantó de la silla y se sentó en las piernas del pelinegro, para luego abrazarlo.
—Dame un besito— pidió el mayor.
Jaemin volteó su cara a otro lado, por lo que Jeno lo tomó de las mejillas e hizo que lo mirara.
—No te hagas de rogar, ven, dame un besito— se acercó a él y le dio un beso en la mejilla.
El pelirosa lo miró por unos segundos antes de volver a rodar los ojos y darle un beso en los labios. Se besaron por unos cuantos minutos y cuando se separaron Jaemin escondió su rostro en el cuello de Jeno.
Estuvieron un rato sin hacer, ni decir nada, el mayor solo acariciaba la espalda de Jaemin y le daba uno que otro beso en los hombros y el cabello.
—Estoy aburrido— dijo Jaemin separándose del mayor, aún sentado en sus piernas.
—¿Te aburres conmigo?
—No tonto, es solo que estuviste mucho tiempo jugando y me puse de mal humor.
—Si quieres puedes llamar a Hyuck para que hagan algo.
—¿Y tú que harás?— preguntó el menor tomando la mano de Jeno para empezar a acariciarla.
—Volveré a jugar.
Jaemin lo miró mal, algo que hizo que el mayor riera.
